Mark ama entrar a su oficina y ver los pequeños postres con su fruta favorita, que alguien deja ahí antes de que el llegué. Donghyuck es solo su asistente que entra siempre con su café a tiempo para admirar los brillantes ojos de su jefe por los pos...
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Mark salió de la pizzería con las cosas en la mano, llegó hasta el auto y dejó todo en los asientos de atrás. Se dirigió a su asiento y cerró la puerta antes de volver a ver a Donghyuck, que arrugó su nariz y volvió a ver a otro lado.
─ ¿Qué pasa, Sol?
─ Es algo tonto.
─ Nada que venga de ti es tonto, dime.
─ Es que hueles a otro Omega ─ Dijo sonrojado e incónmodo.
─ Lo siento, Sol, la cajera intentó coquetear conmigo y no ponía atención a mis negativas, pero Taeil logró pararla y alejarla.
─ ¿Puedo..? ─ Mordía su labio sin completar la frase.
─ Claro que sí, ven aquí, Sol.
Puso a su pequeño Omega sobre sus piernas, agarrándolo por la cintura. El pequeño se acercó y comenzó a chupar y morder su cuello, cerca de su fuente de aroma, antes de comenzar a restregar su cara en su pecho hasta quedar satisfecho. Se apartó cuando no sintió más ese olor a Omega, ronroneando feliz.
─ ¿Podemos irnos?- Volvió a ver a otro lado, estaba avergonzado de su reacción.
─ No debes estar así, es algo normal y me encanta, podría llevar tu aroma en mí toda la vida.
─ No debí reaccionar así, pero me sentí tan celoso, no lo pude evitar.
─ Está bien, pero no deberías ponerte celoso. Soy tuyo por siempre y para siempre, Lee Donghyuck.
Un muy feliz y sonrojado castaño se acercó y besó algunas veces la mejilla del Alfa mientras este conducía. Decidió cambiar de tema para no dejar un silencio incómodo.
─ Espero que esto no arruine los planes para el fin de semana.
─ Bueno, si te sientes mejor el viernes en la tarde, todo debería estar bien.
─ Yo ya me siento bien, y estoy ansioso por ir, es muy importante para mi.
─ ¿Qué es tan importante?
─ Todo sobre esos dos días lo es.
─ No puedo esperar.
Llegaron a la casa de Mark, donde se podían admirar por fuera tres pisos, paredes en un color gris claro, árboles y flores en la mitad del enorme patio delantero, también había un lugar con techo, que tenía un sillón para cuatro personas, dos sillones individuales y una mesita en el centro. Podía imaginar la casa por dentro.
Su casa también era grande, pero sólo tenía dos pisos, era lo suficientemente grande para tener los tres cuartos de la familia y otros tres de invitados, un enorme patio y mucha vegetación. La de Mark parecía ser una de esas casas de revista, le encantó.
