IX

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Una brisa leve acaricia mi rostro mientras siento la arena entre los dedos de los pies, llevamos rato caminando por la orilla del mar, lejos de los niños, escuchando el oleaje tranquilo que el mar hacía y viendo como el sol se cuela por las montañas del horizonte, tiñendo el cielo de colores anaranjados.

—¿Te gusta? —la voz calmada y suave de Sunghoon llega a mis oídos, haciéndome mirarlo desde abajo.

—¿Qué? —la pregunta sale automáticamente y él me mira, agarra una de mis manos cercanas al detenernos.

—Si te gusta todo esto, no dejo de pensar en si estás cómodo o sientes la necesidad de salir corriendo. —en ningún momento dejó de ver mis ojos y mi corazón comenzó a bombear más rápido al entender su pregunta. ¿De verdad estaba sintiendo eso? ¿Se estaba preocupando por mí? Una sonrisa cubre mi rostro y aprieto su mano.

—Haber venido para ser tu novia falsa, fue una de mis más locas y vergonzosas ideas. Nunca en mi vida pensé que estaría siendo un intento de mujer para ayudar a un amigo. —hablo sincerándome, siendo escuchado atentamente.— Pero, no quita que me sienta feliz conviviendo unos pocos días contigo y tu familia, me alegra haber venido y haber aceptado ese contrato asqueroso que hicimos. Realmente me siento en paz aquí, lejos de todo, cómodo sobre todas las cosas. Gracias hyung, por todo. —me quedo callado, observando las facciones del mayor al procesar todo lo que dije. Me siento tranquilo después de confesarlo porque Sunghoon nunca sería capaz de reírse.

Con la espera de alguna palabra, pestañeo rápidamente y aclaro la garganta.

—¿Y tú? ¿Te gusta este fin de semana? —pregunto con una pequeña sonrisa, buscando señales de vida en el callado hombre que simplemente mantenía los ojos sobre mí.

Simplemente toma los costados de mis mejillas y eleva un poco mi cabeza para depositar un pequeño beso sobre mi frente, haciendo que mis ojos se cierren ante la caricia.

—Créeme que lo estoy clasificando como el mejor fin de semana. —habla alejándose y nuestros ojos se conectan, estamos tan cerca que los dedos me picaban para que lo toque.— Gracias por venir y cumplir, lo estás haciendo fantástico.

—Sobre todo porque ahora soy alérgico al sol. — hablo divertido y se ríe, tomando mi mano para volver por donde veníamos.— No puedo creer que tu mamá se haya creído eso.

—Es rara y cree cosas absurdas. —dice divertido sin dejar de sujetar mi mano, ahora entrelazando nuestros dedos.


Caminamos de regreso, todavía no puedo creer que hoy sea el último día de las minis vacaciones, quiero quedarme más tiempo pero todos debían volver al trabajo. Me gusta el lugar para sacar fotos y quedarnos por un largo rato, simplemente es hermoso.

Una vez que llegamos a la casa, tomamos un baño y aproveché para avisar que esta noche cocinaría yo. Quería prepararles una cena en agradecimiento por todo, ellos simplemente no se negaron cuando los niños dijeron que mi comida es deliciosa.

Por lo tanto mis últimas horas allí, la pasé cocinando una de las recetas que tanto me gustaban. Los niños hicieron de ayudantes mientras me preguntaban cómo era que sabía hacer eso, le decían a cada persona que pasaba que eran mis asistentes de cocina y luego empezaron a jugar con Sunghoon tratando de robar un poco de la salsa que estaba haciendo. Los cuatro terminamos riendo a carcajadas porque el padre de los pequeños me sujetó para que ellos fueran a robar comida, bajo la excusa de que les compraría algo más tarde. Resulta que pude zafarme y rescatar la comida, haciendo cosquillas a los dos pequeños cuando los veía.

El fotógrafo de papá - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora