Se necesitó una mentira muy bien construida para convencer a pamela de que los padres de james lo habían invitado para su cumpleaños.
Por suerte ella lo creyó fácilmente, aunque Severus estaba seguro de que solo estaba jugando.
No obstante, el trabajo de Severus estaba hecho y se sentó de vuelta en su cama.
Miró hacia la cama vacía de James, sus nuevos regalos cuidadosamente guardados en su baúl.
Severus no sabía por qué pero lo extrañaba. Extrañaba a James sentado allí, en compañía de Severus.
Realmente no se preocupaba mucho por él. O al menos eso pensaba. Pero si ya lo extraña a pesar de que solo han pasado 30 minutos, debe significar algo, ¿verdad?
-Hm. Supongo que realmente somos amigos, ¿eh? Si voy tan lejos para complacerlo, debo considerarlo un amigo.-
Hizo retroceder los pensamientos de James cuando sintió que su corazón se contraía. Casi dolía estar solo ahora.
Se había acostumbrado a que James siempre estuviera allí. Constantemente molesto, hurgando y pinchando en su negocio. Pero ahora que la habitación estaba inquietantemente silenciosa, se sentía raro. Y casi incómodo.
Decidió tomar una siesta, tal vez dormir la extraña cantidad de angustia que estaba sintiendo por la partida de James.
Se acostó, con la cabeza hacia la almohada. Estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó algo detrás de él.
Fue un granido. Casi como un pájaro.
-¿Qué carajo?- Severus maldijo e inmediatamente se giró nervioso.
Entonces vio la fuente del ruido.
Un pavo real albino brillante y resplandeciente en el centro de su habitación.
-Hola Severus Espero que esto te haya llegado bien-
La sangre de Severus se heló ante el sonido de su voz. No quería nada más que la voz se transformara en otra persona.
-Lo siento, no puedo hacer esto en persona. Realmente deseaba que pudieras estar ahí para mí y para Narcissa. Ella te quiere mucho-Envió un escalofrío por su espina dorsal. La forma en que dijo el nombre de su prometida y la forma en que sintió que le picaban los pulmones de irritación.
Severus llevó sus piernas hacia su pecho, escuchando la voz salir del pavo real con nerviosismo. Sabía de qué se trataba. Sabía cuál era la próxima semana. Lo había contado hasta el último día.
-No sé si sabes esto...-
Pero él lo sabe, lo sé Así que por favor no lo digas. por favor no
-pero me caso la próxima semana-Severus sintió que se le rompía el corazón. La idea de que Lucius se casara. La idea de verlo con su hermosa novia el día de su boda.
Se sintió horrible. Se sentía la peor persona del mundo porque no podía estar feliz por Narcissa. Conocía a Narcisa. Era amigo de Narcisa. Pero también estaba enamorado de Lucius y se sentía terrible por no poder apoyarlos.
Escondió su rostro entre sus rodillas, sintiendo las lágrimas calientes comenzar a rodar por su rostro.
-Esperaba que pudieras venir. Después de todo, te pedí que fueras mi padrino-Severus solo sollozó más fuerte. Esto fue muy difícil. ¿Por qué fue tan difícil? Se sentía como si estuviera desgarrando su corazón aún más con cada palabra que salía de este pájaro.
-Espero que lo logres varas... te extraño-
tu no, No digas cosas que no quieres decir.
- te quiero-
