6._Alivio

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-¿Te han puesto la vacuna antirrábica antes?- le preguntó la enfermera.

-Una vez- contestó Mary- Cuando tenía doce años.

-Entonces sabes que son cinco dosis- le dijo la mujer preparando la inyección, mientras su compañera terminaba de curar las heridas de la muchacha.

-Sí, lo sé- murmuró Mary mientras cerraba los ojos. La luz de la lámpara le molestaba.

-Tu gato está bien- le dijo otra enfermera que sostenía al dios entre sus brazos- Aún así deberías llevarlo al veterinario.

Mary se sonrió sin hacer comentarios. Bills se le quedó viendo con una calma extraña. La enfermera que lo sostenía le puso unas vendas después de revisar sus heridas. El cuerpo le dolía, pero era verdad lo que dijo la mujer. Él no tenía nada grave. En cuanto a Mary... La sangre en su ropa le daba un aspecto más dramático a sus lesiones.

Mary golpeó al pitbull, pero no advirtió que el doberman había sido soltado. El perro cerró su mandíbula en el antebrazo de la mujer y la derribo de espaldas al suelo. El animal era grande, tenía bastante fuerza y su mordida era poderosa. Los dientes del doberman penetraron la carne de Mary que intentaba no tirar de su extremidad para evitar hacer el daño más grande. El Pitbull se unió a la contienda una vez se recuperó del golpe y estuvo a centímetros de morder el rostro de la muchacha, pero Bills lo atacó desde abajo. Nadie vio en que momento ese pequeño gato tomó tan buena pocisión, logrando hundir sus dientes en el cuello del perro. El can gimió agudamente, retrocedió y se sacudió intentando quitarse al felino de encima, mas solo consiguió que esté le hundiera las garras sin piedad. No sólo eso sino que le arrancó un trozo de piel y carne cuando se aparto de él. El dios, para el cuarteto de inmóviles espectadores un gato, estaba verdaderamente furioso. En la oscuridad de aquel rincón sus ojos brillaban como las pupilas de un demonio, desgraciadamente no era suficiente para amedrentar a esos tipos ni a sus animales. El Pitbull arremetió contra Bills, pero uno de los sujetos le dió un golpe con un madero lanzando al dios contra la pared, antes de que el perro pudiera alcanzarlo.

-¿Grabaste eso?- le preguntó al que sostenía el teléfono celular.

Estaban fuera de este mundo. Insensibles a los gritos de la mujer que presa de ambos perros, intentaba proteger su rostro y su cuello. El pitbull le mordió un muslo arrancándole un grito, mezcla de rabia y dolor, tan ronco que raspó los oídos de Bills, que en ese cuerpo insignificante no fue capaz de levantarse otra vez. Seguía conciente, seguía mirando y la sangre del trozo de piel del perro que apretaba en su hocico, se fue mezclando con la que él mismo de extrajo de pura indignación. Los gritos de la mujer alarmaron a los vecinos que empezaron a encender las luces de sus casas,  como un intento pasivo de auyentar a los maleantes. Funcionó y los tipos llamaron a sus perros para retirarse no antes de patear un poco a la muchacha, en represalia por lo que hizo a una de sus mascotas. También la registraron rápidamente, pero no llevaba nada de valor. Uno de ellos la escupió por eso. Nadie salió a ver qué estaba pasando. Algunos se asomaron por las ventanas, mas nadie fue a auxiliar a Mary que sangrando de los brazos, la pierna y el costado de la cabeza. Se puso de pie a duras penas, llamando a Bills. Estaba un tanto aturdida, sucia y dolorida, pero su única preocupación era saber que pasó con el dios. Vio cuando lo golpearon por lo que dió unos pasos hacia la pared, logrando verlo allí tirado.

-¡Bills!- exclamó con alivio y fue hacia él para tomarlo entre sus manos- ¿Estás bien?- le preguntó un poco angustiada mientras lo ponía en su regazo- ¿Bills? ¿Bills estás bien?

-Sí, ya deja de preguntar- le contestó con una voz ronca, cansina y un tono brusco.

No la miró. No podía hacerlo. Se quedó tendido en el regazo de Mary respirando como una fiera y teniendo que soportar otro golpe más a su ego mal trecho. Ella estaba llorando. No hacia ruido, pero un par de lágrimas cayeron sobre él quemándole la piel. Cerró los ojos para escapar un poco de ese vergonzoso momento, sin conseguir mitigar ni un poco la terrible humillación que acababa de sufrir.

Novio guión mascota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora