7._Entre líneas

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Después de un rato las manos de Bills se deslizaron a la espalda de Mary, que se había acomodado en el hombro de él, perdida en lo agradable de la situación. Los dedos del dios subieron y bajaron, un tiempo, por encima de esa prenda suave que ella tenía puesta, para terminar cerrando un aro entorno a la cintura de la mujer, para unos minutos después dejarlo caer a sus caderas y sostenerlo allí como una cuerda que sujeta un bote al muelle.

De sus errores, Bills era muy conciente. De ahí a poner su culpabilidad en palabras, había un abismo. En muchas ocasiones, sin vergüenza o remordimiento, culpó a otros de sus faltas o al menos intentó compartir un poco de responsabilidad para minimizar el reproche, regaño o castigo. Pero en ese momento, uno de los pocos en su vida, hubo ausencia absoluta de defensa contra cualquier reclamo que ella pudiera hacer. No estaba callado por evasión, sino por total y absoluta sumisión a lo que ella deparará para él.

Siempre había que dedicar atención a Bills. Ya fuera porque él la demandará o porque sus acciones así lo exigían. Mary lo sabía y para fortuna del dios,  estaba dotada con la facilidad de poner atención, de apreciar detalles, de ver un poco más allá de lo evidente, de tal manera que aunque la mayoría del tiempo optaba por reñir con él (casi como si de un juego se tratase), Mary entendía lo que Bills no ponía en palabras, lo que negaba de sus acciones, lo que exageraba y lo que escondía en lo más recóndito de su alma. Él había hecho su mea culpa y a su manera estaba siendo consecuente con ello. No muchos tuvieron ese privilegio en la vida de Bills.

Mary se separó de Bills despacio y sin salir del anillo de sus brazos, se quedó un momento viéndolo con toda la ternura que podía destilar de su ser puesta en sus ojos. No lo diría, mas le era extraño ver a Bills tan dócil.  Tanto que hasta le era un poco incómodo. De una manera amorosa le hizo una caricia en la mejilla. Estaba helado y eso tampoco era natural en él. Bajó la mirada al hombro del dios, luego al brazo encontrando allí una herida. Mary recordó que cuando estaban en el hospital, la enfermera puso una venda en la pata derecha de Bills. Al recuperar su forma real la lesión quedó en su brazo. Un poco alarmada intentó dar un paso atrás para poder apreciar mejor al dios. En el costado del torso tenía una enorme mancha oscura producto de su azote contra la pared.

-Estoy bien- le dijo él, al tomarle la mano que ella estiró hacia esa zona.

Mary miró los dedos de Bills. Todavía tenían restos de tinta entre ellos.

-Al menos dejame cubrir esa herida-le pidió la muchacha estirando una de sus manos hacia el primer cajón del escritorio, dónde guardaba algunos objetos de botiquín.

Bills no puso objeción y se limitó a observar el como ella usaba aquellos objetos. Había cosas de esa mujer que todavía permanecian en el misterio para él. La calma con la que se enfrentaba a situaciones como las de la noche pasada, por ejemplo. Él era viejo, sabía más cosas por la experiencia que por ser un dios. Podía darse una idea muy nítida del como Mary desarrollo ese temple que le permitió no salir más lastimada en esa confrontación, sin necesidad de preguntar. Aun así tenía la necesidad, a veces, de indagar un poco más en ella que si bien no le guardaba nada, tampoco le decía todo. Pero esa noche solo había algo que quería saber y lo estaba descubriendo.

-Ven, vamos a dormir un rato- le dijo Mary cuando terminó de vendar la herida.

Tomándolo de la mano, la muchacha, lo llevó a la cama. Él la siguió callado y sin resistencia. Terminó acostado detrás de ella, acurrucandola en posición fetal, mirando los dibujos que Mary colgaba en aquella grisácea pared. No tenía sueño en realidad.

-Tenía doce años cuando me mordió un perro por primera vez- le dijo Mary mientras acariciaba la mano de Bills sobre su abdomen- Pero cuando tenía cinco había un perro gris que me odiaba, cerca de mí casa. Una vez me persiguió por tres calles cuando iba a la tienda... Creo que nunca les he agradado a esos animales.

Novio guión mascota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora