3. Win.

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- hermana. - me acerqué a ella y la abracé.

- winnie.
¿Cómo estás?

- bien, tratando de salir adelante.
¿Y tú?, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.

- ¿Cinco años?, ha sido mucho.

- si... - muchas cosas han cambiado desde entonces.

Estuve un par de horas hablando con ella hasta que se hizo de noche.

- Me alegra mucho verte, tengo que irme. - me dió una sonrisa triste.

- está bien.
Mañana tengo que ir a una nueva empresa.

- qué bueno. - me abrazó - Entonces me voy, mañana vengo de nuevo.

- adiós.

Cinco años...

En realidad me habían despedido del lugar dónde llevaba dos años trabajando pero el jefe me ayudó a entrar a la otra empresa y bueno...

Aquí estoy.

- buenos días. - llegué a la recepción.

- buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?

- tengo una cita para un puesto de trabajo.

- oh, ¿es usted metawin?

- sí.

La mujer asintió y miró detrás de mí antes de volver a hablar.

- Dylan, ven.
Lleva al señor a esperar por gus.

¿Dylan?

Volteo lentamente con mucha curiosidad, no puede ser cierto. No puede existir tan sorprendente coincidencia.

O sí.

Era él...

También me miró sorprendido y se acercó con un leve sonrojo en sus mejillas.

- yo me encargo. - le habló a la recepcionista.

Lo seguí hasta el ascensor.

- que sorpresa... - rompió el silencio.

- sí... quién lo diría.

- no pensé que te encontraría aquí...

- yo menos... no sabía que vivías aquí en Tailandia.

- tengo una tía que vive aquí, hace un par de años me vine a vivir con ella.

- hmm, entiendo.

Por fin el ascensor llegó.

- espera allí sentado, - señaló un sofá - le avisaré a don gus que estás aquí.

- gracias. - asintió con una sonrisa y se fue.

Bueno, encontrarme con mi ex amante aquí es raro, pero lo bueno es que ya no puede ser peor.

- win, el señor Gus está en una reunión y se va a demorar un poco, puedes esperar aquí o ir a la cafetería y cuando se desocupe yo te aviso.

- hmm, está bien, gracias.

Me fui a la cafetería y compré un ponquesito y una bebida, los nervios me dieron hambre.

- auch!

Algo chocó con mi pierna y calló al suelo.

Un niño.

- ¿Estás bien, pequeño?

- shi.

Lo ayudé a levantarse y se me quedó viendo.

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