Rick
La pequeña pelirroja me había declarado la guerra. Yo sabía que no era como todos me habían dicho. Los girasoles resultaron no ser tan reales. Entré en la base de datos de la empresa. Muchos años de computación me habían preparado para entrar a cualquier sitio. Y ahora iba a leer su historial. Conocería todos sus secretos. Cada paso que dio y sus futuros proyectos. Todo. Alexandra Stone iba a ser mi empleada.
Revisé sus archivos. Era verdad, hacía casi siete años que trabajaba en la empresa. Ni una llegada tarde, muy pocas faltas. Solo por enfermedad. Seguí leyendo. Muy interesante. Robert casi siempre la puso al frente de los proyectos más importantes. Un par de contratos no se llevaron a cabo pero ella luchó y buscó a otros. Parece que iba a ser una contrincante a mi medida. Por fin un buen reto.
Golpearon la puerta. Elizabeth, una de las secretarias de Robert me trajo unos CV para encontrar una secretaria personal para mí. Si iba a hacerlo, iba a necesitar un buen equipo. Me dejó la carpeta sobre mi escritorio y antes de marcharse me guiñó un ojo y sonrió coqueta. La miré y sonreí. Ella cerró la puerta y mi sonrisa desapareció automáticamente. Ayer había sido mi primer día y ya varias me habían echado el ojo. Riendo cuando pasaba o cruzándose en mi camino. Pero ésta, no disimulaba nada. Ladeé la cabeza pensando. Me podría servir. Tenía algo a su favor, era secretaria de Robert y por lo tanto, ella sabía todos sus pasos. Pasé los dedos por mi barbilla y crucé mi brazo sobre el pecho. Mi plan estaba avanzando y al parecer, había encontrado la pieza fundamental.
La tarde había transcurrido rápidamente y no había salido de mi oficina en ningún momento. Tenía que ponerme al día con los trabajos de la empresa. Los futuros contratos con empresas de alimento para mascotas, artículos de limpieza y otros, deberían cerrarse rápidamente. Suponía que el equipo de Audio Visuales estaría terminando las ediciones para los futuros comerciales. Apoyé los antebrazos en mi sillón y respiré hondo. Un golpe en la puerta me distrajo.
-Adelante.
La puerta se abrió y Alexandra estaba detrás. Su mirada calculadora se fijó en mí y entró a mi oficina.
-Robert quiere vernos en su oficina.- Ella se había vestido con una pollera tubo negra y una camisa blanca que traslucía su sostén color crema. Desvié mis ojos de su escote. No podía ser tan... Tragué saliva.
-Ah, gracias. Enseguida subo.
-Ahora, Rick.- Ella estrechó su mirada y sonrió. Salió de mi oficina y escuché el sonido de sus altos tacones.
Me puse de pie y salí. Alex estaba esperando el ascensor. Ah, no. Otra vez no iba a dejar que lo hiciera. Caminé rápidamente y justo se abrieron las puertas. Ambos entramos y ella apretó el piso 5. Una leve sacudida y el elevador se dirigió hacia el piso de Robert. Ella no me habló. Ni siquiera hizo ademán de mirarme. La tensión se respiraba en el aire del ascensor. Alex estaba cruzada de brazos y golpeaba rápidamente sus dedos contra el antebrazo. El timbre sonó y las puertas se abrieron. Ambos salimos disparados y pasamos frente a Suzanne, que nos saludó con una sonrisa. Nosotros le devolvimos un movimiento de cabeza a modo de saludo y Alex abrió la puerta del despacho de Robert, como si fuera el suyo.
Robert la saludó con una sonrisa y una mirada llena de afecto. Definitivamente era su favorita pero vamos a ver por cuanto tiempo.
-Tomen asiento, por favor.- Robert se sentó en su sillón frente al escritorio y nosotros frente a él.
-¿Qué tal le va, Señor Harrintong?- Le pregunté con mi sonrisa compradora. Incluso tenía apellido de poderoso.
-Hola, Robert. Lamento no haber podido venir antes pero tenía que arreglar algunos asuntos con RRHH.-Alex le sonrió con cariño.
-No te preocupes, Alexandra. Espero que se haya resuelto.
Ella le sonrió.-Claro que lo hice. Nadie como yo conoce esta empresa.-Ella me lanzó una mirada de soslayo y sonrió. Ladeó la cabeza, acomodando su cabello sobre su hombro, dejándome ver su tentador cuello. Era muy buena distrayendo. Se cruzó de piernas y apoyó suavemente sus manos sobre su regazo. Arrastré mis ojos de ella y me obligué a mirar a Robert, que esperaba mi informe.
-Bien-comencé. - El equipo de Audio Visual se está encargando de las nuevas promociones y está trabajando arduamente en superar las de Hanks. Estamos investigando el efecto que tiene en el público y como llevarlo a las radios y transmitirlo sin necesidad de que al ver las imágenes pierda el efecto que deseamos.- Robert me miraba sin pestañear, escuchando cada palabra y analizando mis movimientos al hablar.
Él asintió en un par de ocasiones y miraba a Alex en otras.
Dejé de hablar porque había terminado con el informe y la miré. Ella se miraba las uñas pintadas de rojo sangre, ignorándome completamente.
-Eso es todo.-Terminé. Volví a mirar a Robert esperando una respuesta.
-Bien,-dijo él. —Alexandra, ¿terminaste el proyecto de presentación para Miller? Sabes que la próxima semana debes reunirte con él y terminar el contrato.
-Si, lo terminé ayer y está listo por si quieres leerlo antes de entregárselo a Steven.-Ella sonrió e incluso se sonrojó.-Sabes que puedo manejarlo.
Robert sonrió en respuesta, como algo que solo ellos podían entender.
-Estupendo, Alexandra. Bien. Richard, voy a tener un ojo en tu proyecto; Alexandra, te dejo a Miller en tus competentes manos.
-Por supuesto, Robert.-Le respondió.
-No hay problema,-le respondí pensativo. Realmente la subestimé. Iba a ser difícil poder quitarle el lugar de favorita pero lo iba a lograr. Soy Rick Rogers, por Dios.
Al volver al ascensor. Alexandra todavía seguía sin hablarme. Esto ya me estaba molestando. Lo de la guerra lo entiendo pero el no hablarme. El ignorarme no me gustaba para nada. No soy alguien a quien ignorar y ella no iba a hacerlo.
-¿Tienes planes para esta noche, Alex?-Podía ver su reflejo en el espejo del ascensor, estaba pensando en contestar. Las puertas se abrieron y ella se giró.
-Sí, pero contigo, ninguno.
Me quedé mirándola. No podía ser tan seca conmigo. Casi se me cierran las puertas pero las detuve a tiempo.
Volví a mi oficina hecho una furia.
ESTÁS LEYENDO
Encanto (Editando)
RomanceAlexandra es de carácter amable y buena compañera. Pronto será la jefa del equipo de publicidades Touch y tiene planificado un futuro muy prometedor. Eso es hasta que conoce a su nuevo compañero de trabajo. Rick es controlador y un manipulador prof...