4: Million little reason's

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Toqué el timbre de la casa de Taeyong con una sonrisa en mi rostro. Hace ya bastantes meses Doyoung me había perdonado y habíamos comenzado a salir. Hoy saldríamos a dar un pequeño paseo.

El dueño de la casa abrió la puerta, llevaba una sonrisa brillante que pocas veces tenía cuando estaba conmigo, pero eso no hizo que mis ánimos bajaran.

—Pasa, Doyoung aún se está arreglando—Habló Taeyong sin quitar la sonrisa de su cara. Entre a la casa y me senté en el sofá totalmente en silencio, la expresión del mayor se ensombreció—Escucha, tú le llegas a hacer algo a Doyo y me aseguraré de desfigurar tanto tu rostro que él no te querrá ni ver ¿Entendido?

—S-si, si—Asentí repetidas veces tragando duro, Taeyong realmente daba miedo, pero al yo decir esas palabras su sonrisa amable volvió.

—¡Bien! Le diré a Doyoungie que ya estás aquí—Exclamó el más bajo subiendo por las escaleras.

Solo tuve que esperar unos segundos para que Doyoung bajará. Se veía hermoso, traía una camisa blanca con un chaleco de lana celeste arriba y tenía puesto un pantalón negro que resaltaba sus largas piernas. Tenía su pelo negro ligeramente rizado, agarrado levemente con varias hebillitas de corazones y flores de colores pasteles. En sus labios llevaba gloss que probablemente era de cereza.

Doyoung se acercó a mí y me abrazó, yo correspondí al abrazo. Al separarnos tome su mentón y me acerque a besarlo, efectivamente sus labios sabían a cereza—¡No permitiré que se anden besuqueando! ¡No en mi presencia! —Exclamó Taeyong haciendo que nos separáramos.

—Bien, entonces nos vamos—Dijo Doyoung con una sonrisa burlona.

Salimos de la casa y nos dirigimos al parque, teníamos pensado hacer un picnic. Al llegar buscamos un árbol que de bastante sombra y fuimos allí. Doyoung estiró la manta que usaríamos y nos sentamos mientras comenzábamos a sacar la comida que habíamos llevado.

Comimos entre risas, contando anécdotas y recordando momentos juntos, cuando nos quisimos acordar ya nos habíamos comido todo, ambos reímos por eso. Yo no podía explicar cuanto amaba la sonrisa de Doyoung, como amaba su estilo y personalidad. Era el chico más lindo que había visto nunca.

—¿Te quedaras mirándome por mucho más rato? —Interrogó él mientras tomaba un sorbo de jugo.

—La pregunta es ¿Cómo no mirarte? —Dije con una sonrisa.

—Ay tú siempre eres tan lindo—Exclamó tirándose para abrazarme, así quedando acostado con Doyoung arriba—Te quiero demasiado.

—Yo más—Murmuré en un suspiro, cerrando los ojos.

I Want You Back || JaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora