He vuelto, hijos míos. Mis excusas baratas están al final del capítulo.
* * *
Una hora. Había pasado una maldita hora desde que comenzaron a buscar a Kaminari en cada rincón del maldito local. Buscaron en cada baño y habitación, pasaron por la cocina y la azotea, pero nada. El rubio eléctrico se había esfumado completamente del mundo.
Y obviamente entraron en pánico, porque desaparecer una noche después de una fiesta mientras estabas drogado era una señal enorme de peligro. Hasta la boca afilada de Bakugou había guardado silencio a medida que se agotaban los lugares en donde buscar.
—¡Mi bebé Kaminari debe estar asustado! ¡O peor aún, puede estar muerto! —Mina dramatizó soltando pequeñas lágrimas. Sero se llevó una mano a la frente y suspiró, ya no podía seguir caminando más, estaba muy cansado.
—Tranquila Mina, no creo que haya ido demasiado lejos. ¿Y si salió a tomar aire? ¿Por qué mejor no buscamos afuera?
—No quiero arruinar sus malditas esperanzas, pero todos aquí sabemos que el imbécil de Kaminari no es el más listo, y eso significa que si decidió salir por aire seguramente se perdió —dijo Bakugou con molestia mientras tapaba los oídos de Kirishima, quien aún lo llevaba cargado sobre su espalda, sin desear que el pelirrojo entrara en pánico por su estúpido mejor amigo.
—¡No seas pesimista, hombre! —Sero tomó asiento en un banco cerca de la barra y miró a sus amigos preocupado, internamente sabía que el rubio tenía razón—. Tenemos que salir a buscarlo, ahora.
—Mierda... bien, escuchen. —Bakugou liberó la cabeza de Kirishima y se bajó de su espalda ignorando sus ojos confundidos—. Dividámonos, así tendremos más posibilidades. Dos de ustedes irán afuera a buscarlo mientras los otros dos nos quedamos y recolectamos información. Alguien debe haber visto a ese idiota.
—Tienes razón, hay tanta gente que sería raro que nadie haya visto nada. —Mina torció la boca pensativa—. Pero... ¿Quién irá con quién?
—¡Vamos juntos Bakugou! —De inmediato un emocionado Kirishima se lanzó a abrazarlo. Bakugou hizo una mueca de molestia y acarició el suave cabello rojo sin saber cómo decírselo. No quería herir los sentimientos de cachorro de su novio.
—No... no podemos ir juntos, Kiri. —Enseguida se arrepintió de sus palabras al ver la brillante sonrisa desaparecer lentamente.
—¿P-por qué no?
Bakugou suspiró y lo tomó de las mejillas suavemente, esto era malditamente difícil. Los demás chicos fijaron sus ojos en ellos, sin poder creer que Bakugou rechazara a Kirishima. Era posiblemente, la primera vez que lo presenciaban.
—Mira Kiri, no es que yo no quiera ir contigo... es solo que me siento un poco mal y tengo frío. Pero sé que harás un buen trabajo allá afuera mientras yo me quedo, ¿está bien Kiri?—Esa no era la mejor excusa, pero era algo. No podía decirle a Kirishima que no confiaba en la capacidad intelectual de su grupo de amigos para obtener información. Si quería respuestas, tendría que elegir bien a su compañero, y su novio no estaba en la lista de los más brillantes. Kirishima le serviría más buscando afuera, sabía que tenía buenos instintos en el exterior.
—¡¿Te sientes mal?! ¡¿Dónde te duele?! ¿Quieres que te lleve de regreso para que descanses? ¡Lo sabía, esto es mi culpa! —Kirishima comenzó a tocar el cuerpo de Bakugou en busca de un problema. El rubio rodó los ojos.
—Basta idiota, solo es un dolor de estómago. Ya pasará —mintió para que quitara esa mirada triste de su rostro.
—¿Es mi culpa verdad? Sabía que no debía correrme dentro, es mi culpa. Soy un imbécil —Kirishima soltó una lagrimita y apretó uno de sus puños sintiéndose impotente. Por su descuido Bakugou no iría con él. Porque aunque fuera solo por un corto tiempo, Kirishima estaba tan acostumbrado a estar pegado al rubio que ahora no podía asimilar la separación.

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EUPHORIA [kiribaku]
FanfictionCiertos chicos van a pedir su mercancía a la fiesta organizada por la clase 3-A. Ellos esperan pasar una noche increíble con la ayuda de una nueva droga que promete hacer volar y tocar el cielo a quien la pruebe, pero conforme pasa el tiempo y las...