Después de charlar con Wen durante horas, había decidido dormir un poco. Era sábado por la tarde y solo me quedaban dos análisis más para que me dieran el visto bueno; aunque ya estaba programado que me dieran de alta el lunes, así que no habría nada que interfiriera en aquello. Mis padres habían llamado horas después de enterarse y decidieron viajar el domingo para que pudieran estar al tanto de los cuidados que debían tener para quedarme en casa.
—La herida ya está cicatrizando en su mayoría, así que no hay problema. Tan solo no puedes hacer ninguna tontería como tocártela e infectártela. Porque regresaras al hospital de inmediato. —explico con tanta amabilidad mi doctor asignado.
—Está bien, no hay de qué preocuparse. Soy inteligente—dije sonriendo.
—No hay duda en eso—dijo devolviéndome la sonrisa.
¡Y qué bonita sonrisa!
—Tan solo quiero hacerle una pregunta—agregue—¿Por qué estoy en este hospital? Si el seguro médico de mis padres es solo en Lima y no entie...
—Abril tienes más de 18 años, ya no te cubre el seguro de tus padres—¡que estúpida! —Además la empresa responsable del accidente tuvo que hacerse cargo de los gastos, y es por ello por lo que estás aquí. —explico mi doctor 'favorito'.
—Ahora entiendo—dije dándome un golpe mental en la cabeza.
—Bueno no hay nada más por hacer, así que hablare con Wen para que puedan traer tu cena y descanses.
—Después de que el 'doctor sonrisa bonita' se fuera a hacer quien sabe que, Wen ingreso a la habitación con una bandeja de comida, claramente mi cena. A diferencia del almuerzo, esta solo llevaba la ensalada de verduras, el yogurt con frutas y el agua sin sabor. ¡Amo los hospitales!
—Tengo que salir por unos minutos, ahora vuelvo Abril.
—¿A dónde vas? —pregunte con la intención que me dijera o simplemente que no, a veces suelo ser muy chismosa y a la gente no le agrada mucho.
—Estaré afuera un momento, solo quédate aquí. —la mire un poco confundida, ella se dio cuenta y dio un suspiro largo. —Abril, en serio. Quédate aquí quieta.
Y obviamente no lo iba a hacer. Tan pronto Wen salió de la habitación trate de hacer el menor ruido posible para seguirla. A diferencia de la primera vez que salí de la camilla, esta vez no había caído y ya no sentía el suelo tan frio. Ubique mis sandalias y me las puse con cuidado, tome impulso y logre quedarme parada por unos segundos. Me retiré las vías que conectaban al suero y gemí bajito para que no escucharan mi dolor.
Me aproxime a la puerta y deslizaba mi cuerpo por la pared. Me sentía en una película de espías, donde claramente no te tienen que ver y Abril Bond lo estaba logrando. Acerque uno de mis oídos a la puerta y logre escuchar algunas voces, solo podía entender lo que Wen decía, pero parecía que hablaba sola.
—¡Se va el lunes! ¿Puedes reaccionar? Volverá a su vida de antes, y tú eres parte de ella.
¿Acaso estaba hablando de mí?
—¡No, no puedo!
¿Chico misterio?
No sabía lo que estaba haciendo, tan pronto escuche su voz, mi corazón empezó a latir muy rápido, mi respiración lucia agitada y mis manos comenzaban a sudar. No había rastro de los dolores de cabeza y de ningún malestar. Miraba hacia todos lados, lo tenía a menos de un metro, tan solo con abrir la puerta bastaba para verlo. Y eso era justamente lo que tenía que hacer. Coloqué una de mis manos en la manija de la puerta y conté hasta tres antes de girarla.
Uno
—¡No me recuerda y tampoco lo que pasó!
Dos
—¡Me va a odiar Wen!
Tres
—Yo no soy un buen tipo...
Gire el pomo de la puerta y lo siguiente que vi me apretó el corazón, el chico 'tal vez pueda hacer algo' me miraba con una ceja enarcada, sus ojos prácticamente estaban volando, sus labios temblaban al igual que sus manos; y claramente no era el único, Wen se encontraba de la misma manera. Pero yo solo podía notar la presencia de él, su rostro desencajado, su cabello alborotado como si se lo hubiera jalado un par de veces, y esos ojos, los ojos más bonitos que haya visto. Trago saliva y claramente pude ver su nerviosismo. Sus mejillas lucían sonrojadas y se mordía el labio de par en par. Tomó un respiro y fijo su mirada en mí, me miraba como si no lo hubiera hecho nunca, abrió ligeramente los labios y soltó un suspiro.
—Abril...—murmuro.
Y tan pronto lo hizo, miles de imágenes sacudieron mi cabeza, como si se trataran de recuerdos que quisieran entrar a la fuerza.
ABRIL 2020
—Hola, soy Sebastián de la Facultad de Medicina.
—Abril, Facultad de Derecho.
MAYO 2020
—¿Quieres ir conmigo? Mira que soy aburrido en las fiestas.
—Créeme que soy igual que tú.
JUNIO 2020
—Felicidades mi amor.
—Gracias mi linda, aunque no tendré mucho tiempo para ti.
—Eso no importa Sebas, el poco tiempo que tengamos será el mejor del mundo.
—Te quiero mi chica bonita.
—¿Sebastián?
Me miro sorprendido, como si hubiera dicho algo extraño. Sus labios comenzaron a curvarse y mostro una sonrisa. ¡Diablos! Era la sonrisa más bonita del mundo. Dio algunos pasos para acercarse y quedar a centímetros, su respiración estaba agitada, igual que la mía minutos antes.
—¿Me recuerdas? —preguntó, deslizando una de sus manos por mi rostro y despejando cualquier mechón de mi cabello.
Asentí con la cabeza y me regalo una sonrisa, de esas que te vuelven loca. Respire cortito y lo abracé, me aferre a él como si mi vida dependiera de su agarre; sus brazos rodearon mi cintura y pude sentir su aliento en mi cuello. ¿Así se sentía estar enamorada?
Me solté por un minuto y pude ver a Wen, quien lloraba de la emoción. Sebastián pareció darse cuenta y sonrió como un niño pequeño burlándose de su hermana menor. Rodeó mi cintura con uno de sus brazos y poso sus labios en mi frente, al extremo de mi herida 'no cicatrizada'.
—Estoy tan feliz—susurro en mi oído, ocasionando miles de cosquilleos en todo mi cuerpo, y poniendo mi piel de gallina. Sonrió al percatarse de mi reacción, y yo solo reí bajito.
Tenía enamorado, y ese era Sebastián.
Al parecer.
(...)
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☁️Laguna Mental☁️
RomanceUn viaje de vacaciones que cambió por completo su vida. Desconoce de su pasado y lo que sucede en su presente, Abril Ortiz debe averiguar que pasó durante ese año. ¿Será posible?