𝙇𝙤𝙫𝙚𝙧 - ʟᴜᴢᴜᴘʟᴀʏ ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛꜱ

"𝙍𝙤𝙣𝙧𝙤𝙣𝙚𝙤"

Donde después de un largo día de trabajo, Auron solo necesita poder descansar en cama junto a su novio y poder oír los ronroneos que emite una vez sus cuerpos se juntan.

- Luzu tigre, trabaja cuidando niños tres veces a la semana, y los demás días se queda en casa.

- Auron pantera, trabaja en una oficina, donde de vez en cuando hay papeleos y termina estresado.

Mundo de híbridos-

Escrito largo

Simplemente algo cortito Ao, COR - TO- La ptm- corto- no te loquees-

Narrador omnisciente:

Era un día cotidiano que sucede una vez a la semana, donde a pesar de que tuviera que estar acostumbrado al ser siempre el mismo, Raúl siempre terminaba agobiado a más no poder con todo el papeleo que tenía encima. Saliendo dos horas tarde del trabajo, con una llovizna encima, haber traído un paraguas junto a la bufanda tejida por su novio, complementado por un mensaje de texto de su querido felino de rayas negras, que preguntaba si quería que lo fuera a recoger, siendo eso lo único que alegraba su camino de regreso a casa

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-Cariño! Voy a recogerte al trabajo? Está lloviendo, no quiero que te empapes... -

-No hace falta, Lusu ... Llego en una hora-

-Nos vemos en casa entonces, Auroncito <3-

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Tomando el autobús una vez llegó a su paradero, llegando a casa luego de una hora como le había escrito a su novio. Empezando a subir las escaleras hacia el tercer piso del departamento donde comparte uno junto al anteriormente mencionado, no sin antes cerrar el mojado paraguas que había usado bajo la lluvia que un poco más y se lo llevaba volando para no mojar todo el suelo.
Saludó a uno que otro vecino que se encontraba por las escaleras o algunos en la puerta de sus departamentos, ya sean a su mejor amigo junto al novio de este que solo permanecían mirando por la ventana, a saber esperando qué; y al subir un piso más, encontrándose con tres amigos de ellos, fácilmente reconocibles, que al parecer habían ido por un par de compras "ilegales" a escondidas de alguien.

-Ahí viene Vegetta

Logrando asustarlos con esas palabras, algo tan simple, pero que les dejaba los pelos de punta, tanto para que terminan pasando las bebidas a otro de sus conocidos que simplemente había abierto la puerta para saber qué pasaba, y ahora tenía dos botellas de alcohol en las manos, escapando de la tonta situación, al correr una vez más a su departamento mientras ahogaba las risas bajo las bufanda que traía y escuchando de fondo un par de voces que llamaban por su nombre, así como aseveraciones sobre que en verdad Vegetta dijo que llegaría tarde, no por algo decían que el edificio donde vivían era el más desastroso de todos. Mientras no los botarán a todos de patadas de allí ya le bastaba.