*ágata*
A: *salí a buscar a robert ya que necesitaba hablar con el* Robert...
-colocandose frente a el golpeándolo en la mejilla, a lo que robert se quedó serio mirando atento a ágata- no quiero ser una chica a la cual puedas dominar cuando se te pegue en gana, no quiero ser tu juguete, mejor dicho no lo soy, te amo y te amo demasiado, pero no a sí robert, no pude dejarte que me des un trato como una sumisa y un dominante.
Tal vez tú hayas tratado a mil chicas de la misma forma.... Pero yo no quiero ser una más y no lo seré, -diciendo firme ante el-R: lo sabía.... -sonriendo- claro que no volverás a tener un trato a sí no eres una chica igual a las demás eres única, quise darte una prueba pero al parecer resultó bien... No serás una chica igual a las demás, Tú serás la que estará a mi lado... La que quiero que duerma en mi cama, quiero que....-siendo interrumpido por ágata-
A: no le creeré a una persona que acaba de ser masoquista conmigo, no soy una cualquiera para que me des ese trato... No te reconozco -llorando- eres igual a ankor -a lo que robert se torno serio con la mirada fría- no sientes nada por las personas, a hora me doy cuenta que en verdad todos son iguales, -apartandolo dirigiendose a su habitación-
R: arabella... -llamandola serio en voz baja- detente, -caminando hacia ella-
A: eres un idiota solo alejate de mi -entrando en su habitación-
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Z: juraste nunca volver a usar esos objetos con nadie... Nunca habías faltado a tú palabra... ¿Por qué lo hiciste? -parado tras el con un vaso de whisky en la mano, recargado en la pared-
R: deberías de estar en la fiesta,
-colocando su mano sobre su cabeza, mirando hacia el-Z: tardaron demasiado a sí que vine a buscarlos... -acercándose a el-
R: estoy confundido... -mirando al suelo- mate a ankor.... Era una mierda lo sé, pero los malditos recuerdo las palabras no paran de divagar en mi cabeza... -confuso-
Z: lo merecía... El fue el que causó todo esto, el remordimiento, o el miedo no está en nosotros recuérdalo, hiciste lo correcto, -abrazándolo- A hora es mejor que le pidas una disculpa a ágata por lo que hiciste, no le gusto... A si que a hora tú enmienda tus errores, -tomando su rostro con ambas manos mirándolo a los ojos-
R: tienes razón, pero no quiere hablarme, soy un asco -mirando hacia la ventana-
Z: sal afuera, yo bajaré junto con ella... -caminando hacia la habitación de ágata-
R: ¿pero que le diré? -confuso-
Z: te veo abajo, -entrando en la habitación de ágata-
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A: necesitaba estar con robert pero no esa manera, quería tenerlo junto a mi piel con piel, inundar la habitación con nuestros gemidos, escuchar su voz ronca, -bajando una mano hacia su intimidad, estando sobre la cama- comenze a masturbarme era increíble, necesitaba estar con el, hasta que de pronto veo a alguien entrar a mi habitación, tome mi bata cubriéndome y me levanté rápidamente,
Z: ay.... Lo siento, -cubriendose la cara con ambas manos volteando hacia la puerta que ya estaba cerrada y chocando contra ella- Auch... Ágata de verdad perdón pero tienes que bajar todos te están esperando, en tu closet en el primer cajón bajo la puerta dorada hay un vestido póntelo que tenemos que bajar,
A: acaso no sabes tocar, -buscando el vestido-
Z: no, al parecer no señora arabella, y usted no sabe nada más que masturbarse...
A: imbécil, -terminando de colocarse el vestido- bien ya estoy,
Z: valla, te vez muy linda a hora vámonos, -tomándola de la mano y saliendo junto con ella-
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"La elocuencia del silencio" (+18)
Novela JuvenilUn silencio, después de palabras hirientes, dice mucho. Un silencio acompañado de una mirada, incluso de una mano tendida, dice mucho. historia de profesor y alumna, un amor apasionado y candente, una jovencita de 17 años encantadora, ingenua, linda...