Capitulo Seis.

8 0 0
                                    

Matteo Lyon


—Nos vemos luego.


Me fui y deje la frase en el aire, porque mis planes eran quizás verla por más tiempo pero ahora necesitaba un poquito de felicidad y relajación.


Entonces empecé a buscar gente que venda marihuana y encontré a un tipo se llama Francisco y la verdad es que estaba bastante cerca como a unas 3 cuadras de mi casa.


Nos juntamos en una plaza, no aparentaba tener mas de 16 años, me dijo que mantuviera el secreto y que no le diga a su hermana pero yo no sabia quien era su hermana.

***


Ya estaba más o menos volao' aunque no tanto ya que fumar frecuentemente ha hecho que mi resistencia sea mayor, cuando un pensamiento me vino derrepente.


Porque no vamos a ver a la vecina linda.


¿Vecina linda? Que … no ella es, bueno si es bonita pero no me gusta.


¿O si?


La verdad es que me llama la atención.


Pero yo Matteo Lyon no voy a caer en los hermosos ojos de un chica como Emma.


Bueno ya me dejo de tonterías.


Vamos donde la vecina.


Cruce la calle y vi que la puerta estaba abierta.


—Hola vecina.—dije entrando a la casa.

— Sabes que tienes que poner pestillo a la puerta no?.


—¡Ay conchatumadre!—. Grito dando un salto y asustando me a mi también.

—Casi me muero ¿Qué haces aquí?.


Yo que ya me estaba riendo a carcajadas por su reacción me calme para contestarle y que no se molestara.


—Pues yo solo quería pasar este hermoso día sábado con esta chica tan linda de ojos verdes.


No me digas que dije eso.


—A emm bueno. — noto que se sonroja.

—Emm yo estaba apunto de empezar a leer así que, a menos que te guste estar en silencio o no tengas otro plan estoy un poco ocupada. 


La note algo tensa y pesada.


—Yo tengo muchos planes pero nose si te guste. —Saco de mi bolsillo dos cigarrillos de marihuana.


Ella mira los cigarros y luego a mi con cara de espanto y sorpresa -creo que no se imaginaba que yo fumara-.



—Estas loco. — dice y retrocede dos pasos. — ¿tu crees que yo voy a fumar esa cosa? Claro que no, y tu tampoco deberías hacer eso.


Okey creo que estaba exagerando un poco la situación así que decidí ir por otro lado para que no se altere más.


—De acuerdo, lo siento solo era una sugerencia.


Ella me queda mirando aún estupefacta pero me sonría levemente.


—Si ya no importa, pero eso si no fumes en mi casa.


—No tranquila. — me acercó a ella mientras cierro la puerta. —Solo te ofrecía pero si no quieres no voy fumar.


Ella asiente y me señala el living y yo la sigo, nos sentamos en el sofá para tres personas y ella me queda mirando fijamente.


—¿Qué? Se que soy bello pero no me mires así que me desgastó.


Se empezó a reír y yo la acompañe. Me empujó suavemente el hombro.

Mi unico amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora