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Tom agarró mi muñeca y pude bajar de las nubes, él sonreía con malicia. ¿Qué estaría pensando hacer?


- ¡Ven conmigo, tengo que enseñarte algo de la gira!- jaló de mi brazo, llevandome tras él.


Llegamos hasta su cuarto y Tom cerró la puerta. Comenzó a besarme y me dejé llevar. Sus caricias y besos me hacían estremecer, era consciente de lo que ocurriría pero no me opuse a ello.

Bill abrió derepente la puerta, él sabía perfectamente las intenciones de su hermano y quiso interrumpir los planes de Tom.

Me separé rápidamente de Tom y notaba cómo mi rostro se tornaba a rojo.

¿¡Dios, qué estaba haciendo!? Sería una más para Tom, una groupi más a la que hacer lo mismo que las otras...

(Noche apasionada y al día siguiente, si te e visto no me acuerdo).


- Bill, ¿Qué demonios haces aquí? ¡Vete, estás molestando!- le replicaba a su gemelo molesto.


Bill le sacó de la habitación, parecia estar molesto también.

Irina apareció poco después, agarró a Tom y se lo llevó de allí. Según ella, tenía que ayudarla en algo muy importante.

No entendía bien lo que estaba pasando, ni tampoco el por qué de la actual actitud de Bill. Este se acercó a mí y con una dulce voz me quiso resolver las dudas.


- Siento haber aparecido así como así, pero mi hermano...- calló por unos segundos- Me agradas demasiado como para dejar que Tom te haga lo mismo que las... otras chicas... de su lista.- esto último lo dijo con pena.


- No pasa nada.- sonreí- Te lo agradezco, de veras.


Bill sonrió conmigo y me hizo un gesto de querer un abrazo y así lo hice, me era imposible negarle un abrazo con su hermosa sonrisa. Aun que me desconcertó su cambio repentino de actitud ante mí, también me agradaba.

¿Por qué Tom no podía ser como Bill? Al menos, un poco...

Bill y yo salimos de la habitación de Tom y nos quedamos sentados en las escaleras.


- ¿Cómo es que tú sigues soltero y Tom se liga a quien le dé la real gana?- pregunte con timidez.


- No lo sé. Pero supongo que es porque yo busco el amor verdadero y Tom... se conforma con cualquier tía.


- ¿A sí que cualquier tía?- dije algo ofendida.- ¿Insinuas que soy una "cualquiera"?


- ¡No, no!- se alarmó- ¡No quise decir eso! ¡Mi intención no fue ofenderte! Lo siento, de verdad.


Bill estaba taaan mono así, con esa carita de preocupado. *-*

- Sabía que no lo decías por mí.- le sonreí dulcemente mientras le acariciaba el pelo.


Bill me respondio con otra sonrisa. Y de nuevo, alguien interrumpió el entorno que se creó entre un Kaulitz y yo.

Für Immer JetztDonde viven las historias. Descúbrelo ahora