Capítulo 2

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Ahora la jóven formaba parte de la Liga de Villanos, debía dejar toda su vida y reiniciarla de vuelta.

Sin continuar la charla Tomura Shigaraki se acercó hacia la jóven peligrosamente para observarla directamente a los ojos.

– Si intentas algo que me perjudique estarás muerta en menos de un segundo. –Amenazó el peliceleste.

– No haré nada malo...no es como si me importara hacerlo. –Respondió mientras admiraba los ojos carmesí del contrario.

– Bien, te llevaré a tu nuevo dormitorio pero antes conocerás a algunos integrantes de la Liga.

– Señor Tomura, me retiraré para continuar con los papeles de antes. –Hizo una pausa– Es un placer que usted esté en la Liga de Villanos señorita T/n, cuente conmigo para lo que necesite.

La pelicastaña solo asintió con la mirada perdida mientras era liberada completamente. Sus piernas estaban frágiles y sentía punzar un fuerte dolor en su cabeza.

  Kurogiri salió de la habitación dejando a los dos jóvenes solos. T/n al ponerse de pie se tambaleó un poco por la poca estabilidad que tenían sus piernas.

– Oye, no puedo caminar ¿Qué me hicieron? –Preguntó calmada la de ojos bicolor.

– Es un efecto de la inyección que te dimos, sirve para que no utilices tu don durante unas horas y aún mejor...te debilita. –Sonrió sádico al pronunciar las últimas palabras.

– Oh, está bien, me resultará difícil caminar entonces. ¿Vas a ayudarme o te quedarás viendo como me caigo?

– Verte caer sería entretenido, pero no lo haré. Vamos con todos los demás.

La jóven estiró su mano hacia el peliceleste pero este se negó a sujetarla de esa manera. Ya que no había una silla de ruedas T/n iría sobre la espalda de Tomura aunque a él le molestara debía hacerlo hasta que se sintiera mejor, la jóven solo estaría así por unas horas más.

Al pasar por tantos pasillos y subir escaleras T/n estaba confundida y no recordaba por dónde era el camino de vuelta.

Perspectiva de T/n

Sin darme cuenta ya estabamos frente a una cortina de color violeaceo y al abrirla pude ver a varias personas sentadas en taburetes rojos frente a una barra, una chica de cabello rubio muy inquieta, un tipo con un disfraz de color gris y color negro, otro sujeto con partes de el rostro quemadas, ¿Un humano mitad lagarto? Junto a un hombre de cabello rojizo...no, no era un hombre, era una mujer de cabello rojizo y una fuerte apariencia y también se encontraba allí un misterioso hombre con un sombrero de copa color marrón. Al parecer esos eran los integrantes de la Liga.

– Ella es T/n, es la mocosa que el maestro ha estado buscando para que colabore con nosotros así que no la asesinen ni nada por el estilo. –Dijo mientras me bajaba de su espalda.

– ¿Eh? ¿Esta niña estará aquí? –soltó una carcajada– No creo que sea capaz de sobrevivir un día.

– ¡T/n-chan seremos las mejores amigas y me darás de tu sangre! –Dijo emocionada

La chica rubia saltaba a mi alrededor mientras sonreía, lucía completamente alegre de que yo estuviese allí o tal vez...de que yo le diera mi sangre. Que tierna y extraña es.

–¡Hey T/n! Seguramente pasaremos grandiosos momentos juntos y jugaremos mucho –Dijo emocionado junto a la rubia– No, de hecho ni siquiera te sientas cómoda de hablar conmigo ¡No es así, puedes hablarme cuando sea!

Drásticamente cambió de humor y comenzó a discutir consigo mismo. Agradable pero un poco desesperante.

Los demás sólo me observaban mientras los dos de antes corrían dando saltos alrededor de mí, era un poco incómodo no saber que decir en ese momento así que rápidamente miré a Shigaraki el cual solo rascaba su cuello y maldecía en voz baja.

– Ya dejen de saltar. –Ordenó ya perdiendo los estribos.

– ¡Pero Shigaraki-san! ¡Estamos emocionados por la llegada de T/n-chan! –Dijo alegremente la chica de cabello rubio.

•••

Pasaron cuatro horas desde que llegué a ese lugar y las personas de ahí ya me caían bien, pero no debía confiarme demasiado, después de todo nadie es lo que parece ser realmente. Formaba parte de la Liga de Villanos, ahora era libre de estudiar aunque sinceramente no quería dejar de hacerlo... quizá cuando tenga tiempo libre leeré.

– Oye T/n, has estado muy callada los últimos tres minutos ¿Tienes sueño? –Preguntó burlonamente el de cabello azabache.

– Verás Dabi, normalmente no tengo sueño pero el día de hoy fue agotador, así que sí, tengo sueño. –Sonreí de manera indiferente.

– Ya era hora...tardaron demasiado. –Ingresó el peliceleste a la habitación.

Lo observé por unos segundos para luego bostezar y sin darme cuenta ya estaba siendo arrastrada por Shigaraki hacia algún lugar.

– ¿A dónde vamos? –Pregunté viendo todo el lugar.

– A tu dormitorio, tonta. –Hizo una pausa y me observó de pies a cabeza– Habías dicho que tenías sueño ¿Verdad?

– Sí, eso dije.

Caminamos un poco más y nos detuvimos frente a una puerta.

– Oye, no recuerdo el camino...¿Cómo regreso después? –Bajé la mirada de manera vergonzosa.

– Tsk, no sé como el maestro pudo ver algo en ti que me sirva. Luego vendré a buscarte, ahora entr-

Se detuvo al darse cuenta que había tomado mi brazo. Rápidamente se alejó de mí y se quedó observándome sorprendido.

– ¿Cómo es que no te has desintegrado? –Preguntó alterado.

– Espera, ¡¿Ibas a desintegrarme?!

– ¡No, idiota! Fue un accidente, pero...¿Por qué no funciona?

  Rápidamente sujetó mi abrigo y este se desintegró en menos de un segundo.

– Oye...ese era uno de los que más me gustaba. –Dije decepcionada.

– No lo entiendo, ¿Qué hiciste para que no funcione mi don en ti?

– Mmh, supongo que es debido a mi maldición. No lo sé, dejame probar. –Sugerí emocionada.

– No. –Se alejó rápidamente– ¿Qué tal si ahora sí funciona? Vas a morir y me meteré en problemas con el maestro.

– No sucederá nada, te lo aseguro. –Dije mientras reía maliciosamente.

Sin su permiso junté nuestras manos dejando a Shigaraki sorprendido otra vez.

– ¿Ves? No sucedió nada ¡Soy inmortal! –Mi felicidad se fue automáticamente al oír mis propias palabras– ¿Soy...inmortal? ¡No! ¡No! ¡No! ¡Yo quiero morir en algún momento!

Necesitaba calmarme o entraría en crisis frente a mi líder, siquiera me había visto pelear cuerpo a cuerpo y ya estaba viendo una escena deplorable de mí.

– Ya niña, cálmate...yo estoy pasando por un momento peor, acabo de enterarme que mi don puede dejar de funcionar en personas con un don como el tuyo.

–Uno, no es un don, es una maldición y dos...soy la única persona con esta maldición, supongo que por eso tu "maestro" me necesita para ayudarte, y tres...¿Qué vamos a hacer ahora?

Una maldición | Shigaraki×Lectora |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora