Una maldición | Shigaraki×Lectora |

Capítulo 3

El peliceleste observó a la chica mientras un incómodo silencio se apoderaba del lugar rápidamente.

– Por la mañana comenzaremos a hacer pruebas y experimentos contigo, ya veré otra forma de matarte si no sigues mis órdenes. –Dijo sádico mientras abría la puerta del nuevo dormitorio de la menor.

La de ojos bicolor se mantuvo en silencio, decepcionada, ingresó a su nuevo dormitorio, el lugar donde pasaría desde ese momento hasta el día de su muerte seguramente.

•••

T/n durmió muy poco, a pesar de tener que cumplir el trato y lo interesante que se oía destruir todo, le gustaría estar en su aburrido departamento tomando café por la madrugada desvelándose leyendo algún libro o simplemente contemplando la nada. Pero intentaba mantenerse positiva, desde ahora sería una villana.

Las horas se hicieron eternas y por primera vez la jóven deseaba que amaneciera pronto, comenzaba a aburrirse estando ahí, sola y sin hacer nada.

  Afortunadamente Shigaraki abrió la puerta y T/n fingió estar dormida aunque se sintiera aliviada de que la noche acabara.

– Oye, mocosa... –Dijo desganado el peliceleste.

No obtuvo respuesta por parte de T/n

– Tsk, maldita sea –Maldijo susurrando– Ya es hora de despertar T/n.

El mayor frunció su entrecejo al ver que la jóven no reaccionaba aún. Colocó su mano en el hombro de la chica, deseando que su don funcionara, pero no fue así, T/n lentamente dejó de darle la espalda a Shigaraki y cuando se volteó lo observó.

– Oh, buenos días Tomura. –Saludó tranquilamente la jóven–

El de cabello celeste sólo chasqueó la lengua y levantó lentamente su mano izquierda la cual sostenía una pequeña caja de medicamentos.

– Mira mocosa, desde hoy comenzarás a tomar pastillas que controlarán tu don, así no asesinas a todos para ir con la policía o los héroes.

– ¿De qué me serviría hacer eso? –Cuestionó incrédula las palabras del mayor–

– Tsk, ¿Qué importa? Toma las pastillas y deja de estorbar.

– Como usted diga “Lider” –Se burló la de ojos bicolor–

A T/n le costó más de veinte minutos tomar las pastillas, la chica se sentía completamente inútil por demorar tanto en algo tan simple, por otro lado, Shigaraki estaba perdiendo los estribos de solo ver a la jóven intentando tragar la pequeña pastilla. Varios insultos y quejas por parte de ambos despertaron a varios integrantes de la Liga, luego de todo el esfuerzo dado, el peliceleste cargó en brazos a la pelicastaña ya que esta no podría caminar correctamente por el efecto de las pastillas que había consumido para “controlar” su don.

– ¿Cuánto más vamos a seguir caminando por estos pasillos con paredes blancas sin salida?

– Si continúas quejandote voy a dejarte caer.

– Mmh, ¿Por qué tu cabello es de ese color? –Preguntó repentinamente–

– No te importa. –Respondió distante a la chica–

– Si no me importara no hubiera preguntado –Habló con obviedad– Pero si no quieres responder está bien.

El mayor se mantuvo en silencio esperando a que la jóven volviera a hablar para mencionar alguna idiotez o hacerle preguntas para conocerlo más, pero se sintió extrañado al verla callada observando la nada, parecía llevar un cadáver en brazos y dejó de caminar para verificar que la chica estuviera bien.

Abrió la boca para pronunciar su nombre pero rápidamente se tensó al ver los ojos bicolor de la jóven que giraron pesadamente hacia su dirección. T/n se mantenía en silencio mientras observaba a Shigaraki dudosa sobre el porqué había dejado de caminar, pero ninguno de los dos habló, continuaron en silencio hasta llegar a una habitación parecida a un laboratorio, en medio de esta había una camilla y el peliceleste dejó allí a la pelicastaña.

– Enseguida regreso, no toques nada, no mires nada, no te acerques a nada, no... –Fue interrumpido–

– ¿También quieres que no respire? Por favor, no soy una niña pequeña, no romperé nada...voy a quedarme justo donde estoy.

– Bien, ya regreso. –Dijo para brevemente retirarse de la habitación–

T/n divisó el lugar en donde se encontraba, no comprendía del todo qué hacía ahí y mucho menos porqué necesitaban de ella. Comenzó a sentirse desorientada y sus ojos se cristalizaban lentamente, después de todo, sólo tenía quince años.

Shigaraki regresó y mientras le colocaba anestesia a la pelicastaña, su sonrisa macabra se desvanecía al ver los ojos de la chica.

– Tomura... –Pronunció suavemente el nombre del contrario– ¿Qué va a pasar conmigo?

– Nada malo, T/n, solo haremos un par de pruebas con un poco de tu sangre, si las cosas no salen como espero que sean...tendremos que recurrir a utilizarte estando conciente.

La anestesia comenzaba a hacer efecto y la jóven balbuceaba tonterías hasta quedarse profundamente dormida.

•••

Perspectiva de T/n:

  No recordaba absolutamente nada además de el rostro de Tomura, repentinamente abrí los ojos y me senté, no entendía que estaba sucediendo, no sabía dónde estaba, seguía en el mismo lugar que me trajo Tomura pero en vez de que estuviera él, estaba Dabi.

– Vaya, después de dos semanas al fin te dignas a despertar –Dijo burlonamente–

¿Dos semanas? ¿De qué estaba hablando? ¿Despertar? No entendía absolutamente nada cuando comencé a sentir mi garganta seca y mis manos temblar.

– Mmh, toma un poco de agua, quizás evites tu muerte si lo haces. –Volvió a burlarse mientras me alcanzaba un vaso con agua–

Desesperadamente tomé agua, al parecer sí habían pasado dos semanas... tenía sed, hambre, cansancio y confusión.

– Gracias... –Me detuve un segundo para pensar qué preguntaría primero–

– Imagino que tienes muchas dudas...¿No es así?

– Exacto, tengo demasiadas dudas.

– Bien, responderé lo que pueda responderte.

– ¿En verdad llevo dos semanas aquí? ¿Estuve en coma o algo parecido?

– Sí. –Respondió indescifrable–

– ¿Sí qué? Te hice dos preguntas, Dabi.

– Respondí con un “Sí" a ambas preguntas idiota.

– ¡¿Cómo llegué a quedar en coma?! –Pregunté asustada–

– No lo sé, algo no salió bien del todo y tuvimos que despertarte para comenzar el plan B, pero no despertaste y hemos estado turnandonos para vigilar que no te suceda nada extraño