Eren | Punto ciego

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–Llego en 10 minutos. ¿Te pusiste la falda y la ropa interior que tanto me gusta?– preguntó Eren por mensaje de texto.

–Ven y averígualo– contesté

Al paso de 6 minutos escuché el timbre.

Bajé al primer piso de mi casa donde estaba la oficina de mi papá, aprendí cómo causar un fallo en las cámaras de seguridad pero solo por tres minutos, suficientes para que Eren pudiera entrar sin ser captado.

–Llegas antes– dije abriendo la puerta

-Vine corriendo, no podía aguantar más sin verte-  me agarró de la cintura y me pegó a él para después besarme

–Aquí no, mira lo que pasó la última vez que nos vieron así– volteé a ver las cámaras– Ven, solo tenemos tres minutos para llegar a nuestro lugar.

–Nuestro... Me gusta.

Llegamos al garage y nos metimos a un cuarto que había en el, por suerte ese era uno de los pocos lugares en la casa que no era grabado.

–Lo logramos–dije mientras cerraba la puerta

–Si te pusiste la falda–me susurró al oido detrás mío y rodeó mi cintura con sus brazos.
Comenzó a dejar besos sobre mi cuello al mismo tiempo que metía sus manos debajo de mi playera.

–Hey, no ha pasado ni un minuto, espera– hablé poniendo mi mano sobre su pecho.

–Lo siento, no puedo evitarlo, me gustas mucho–dijo dándome vuelta sin soltarme.

–Adivina qué más me puse– mordí mi labio mientras lo veía a los ojos.

–No quiero adivinar, quiero verlo– me cargó poniendo mis piernas al rededor de su cintura y sus manos en mis muslos.

Me sentó sobre la pequeña mesa de trabajo que estaba ahí y comenzamos a darnos besos largos mientras Eren presionaba sus manos con mis glúteos y yo trataba de pegar aún más nuestros cuerpos.

–Bien, veamos qué tenemos por acá– dijo pasando su dedo en mis pechos por encima de la ropa, acto seguido quitó mi playera dejándome en sostén y pasó sus dedos de nuevo, está vez sobre mi piel expuesta.

Comencé a subir su playera para quitársela pero me detuvo.

–Aún no termino contigo– sonrió.

Pegó su cuerpo contra el mío y volvió a unir nuestros labios, esta vez con sus manos acariciaba mi espalda y jugaba con el broche del sostén

–Ya quítamelo–dije entre jadeos

–Shhh–se separó un poco de mi.

El castaño dejaba besos por mi cuello, iba bajando cada vez más, primero por en medio de mis pechos, después se detuvo en mi ombligo y bajó hasta mis muslos.

–¿Ya te dije lo mucho que me encanta esta parte de ti?– dijo acariciando la parte interna de mis muslos

–¿Cómo sé que te encanta?– pregunté pícara

Eren repartió besos por mis dos muslos, cada que llegaba a la parte interna de estos lamía o daba mordidas suaves y volteaba a ver mi reacción ante esto, se detuvo antes de llegar a mis bragas.

–¿Por qué te detienes?– bajé la mirada

–Si te pusiste los que me gustan–sonrió

–¿Te detuviste por eso?

–Es que te ves tan bien con eso– se mordió el labio sin quitar la mirada de mis bragas.

–Sigue por favor– supliqué

–¿Quieres que haga esto? –dijo bajando mis bragas hasta quitarlas por completo

–Mmmju.

–¿Y esto?– pasó sus dedos rozando por mis genitales, yo solo asentí y comenzó a masajear mi clítoris mientras se levantaba a besarme. Cada vez aumentaba el ritmo del masaje y de vez en cuando bajaba los dedos hasta rozar con la entrada 

–Ya he esperado mucho– comenté desesperada separándome de él

–Todavía no estás lista– se llevó sus dedos a la boca para lamerlos –Y falto yo–

Bajé de la mesa de trabajo y me arrodillé frente a Eren, comencé a masajear por encima de su pantalón, tenía una erección bastante pronunciada pero me gustaba hacerlo esperar un poco.

–Solo hazlo y ya–dijo echando su cabeza hacia atrás

Desabroché su pantalón y bajé su boxer, dejando ver su miembro erecto. Lo tomé con una mano y empecé a hacer movimientos hacía arriba y hacía abajo cada vez aumentando más la velocidad.

–¿Por qué paraste?– se quejó Eren

–Porque voy a hacer esto– sonreí para después lamer su miembro del tronco a la punta, hecho esto lo metí a mi boca poco a poco logrando que el castaño soltara un gemido que intentó ahogar. Combiné mis movimientos de la mano con los de la boca a propósito para hacer que Eren sintiera aún más placer y me pidiera más.

–Así, estoy a punto de...–al escuchar eso me detuve.

–No– dije levantándome– guarda lo mejor para mi–  lo besé mordiendole el labio

–Ven acá–volvió a cargarme y dejarme en la mesa de trabajo. Bajó hasta mis genitales y sin decir nada comenzó a pasar su lengua humedeciendo todo, solté un gemido y eché la cabeza para atrás. Una vez más sin avisar utilizó su lengua, está vez introduciendola dentro mío mientras masajeaba con sus dedos mi clítoris. Intenté ahogar mis gemidos pero me era casi imposible.

–No lo hagas, me gusta escucharte– dijo Eren deteniéndose y obedecí, cada que sentía la necesidad de hacerlo gemía.

Comencé a sentir espasmos en mi vientre y creo que Eren lo notó, pues se detuvo y me dijo

"Guarda lo mejor para mi"

Antes de poder contestarle, se levantó, me agarró de los muslos y entró por completo en mi, ambos soltamos un gemido, enrollé mis piernas en su cintura y él empezó a dar embestidas rápidas y fuertes.

Cambiamos de posición, él se sentó sobre la mesa y yo me coloqué encima de él, ahora yo tenía el control. Bajé poco a poco hasta que tenía su miembro casi por completo dentro mío. Eren no pudo aguantarse y agarró mis caderas haciendo que bajara por completo, me abrazó por la cintura y empezó a mover sus caderas.

–Se supone que debería tener el control– dije.

–Tal vez otro día– respondió acelerando sus movimientos y besándome el cuello –No puedes venirte hasta que yo te diga– advirtió.

–¿Y si no qué?– lo reté.

–No querrás saberlo.

–Estoy.. a punto de ...– avisé entre jadeos

–Un poco más– dijo marcando más las embestidas y agarrando fuerte mis caderas.

–¡Ya!– soltamos al mismo tiempo llegando al tan esperado orgasmo

Hubo un silencio por unos segundos mientras nos recuperabamos.

–No sabes lo mucho que te extrañé– susurró Eren recargando su frente contra mi hombro.

–Yo también te extrañé, fueron dos semanas sin poder estar juntos.

–Pronto podré comprar un departamento para los dos y no habrá más cámaras de vigilancia, que molestia.

–Lo dices como si fueran a dejarme  ir a vivir contigo.

–Escapa conmigo– propuso sonriendo.

–No juegues conmigo.

–No estoy jugando, piénsalo, podríamos estar todo el tiempo así sin tener que escondernos– tomó mi mano y me miró con ilusión.

¿Será prudente escapar con él? ¿A dónde iremos? La última vez que intenté escapar mi padre contrató a un investigador .

Fin

SNK One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora