Lost Dreams | °Dodam°

°2°

Un escalofrío se deslizo por la espalda de Yedam impidiendo que volteara al instante, unos brazos rodearon su cintura terminando en un abrazo.

-Minjeong... ya hablamos

- Lo sé, Yedam, pero pensé que al menos me recibirías en el aeropuerto- Yedam volteo separando las manos que se entrelazaban alrededor de él, termino mirando a los ojos aquella muchacha que le hacía un puchero bastante fingido.

-No tuve tiempo, le llame a Minho cuando me entere que estabas aquí- se encogió de hombros y dio pasos hacia atrás para tomar distancia.

La chica suspiro- Yedam, no soy tonta, sé que preferías no verme- rodeo al rubio siguiendo en la dirección que este tenía desde un principio.

-Cuando terminamos te fuiste del país por cinco meses, Minjeong, y vuelves como si hubiera pasado nada- la chica se detuvo a mitad del pasillo, se giró clavando su mirada en él.

-Porque yo quiero arreglar las cosas Bang Yedam, pero al parecer tu no, espero te hayas divertido estos cincos meses sin cargar conmigo.

-No hay nada que arreglar, Minjeong, creo que estamos bien. Y no eres una carga, eres mi mejor amiga, no podrías serlo.

- Sí, ya lo dijiste antes, será mejor ir al salón Yedam, hablaremos luego- ignoro por completo la chica de cabello corto.

Ambos chicos caminaron sumidos en un silencio incomodo en busca de su respectivo salón, cuando al fin lo encontraron sintieron alivio al ver que aun la clase no iniciaba y tenían diez minutos de sobra para que esta lo hiciera.

Christopher noto a Lee Minho y Kim Junkyu, dos de sus amigos más cercanos en corea, sentados en sus asientos hablando, suspiró. Minjeong paso sobre el algo entusiasta y corrió hasta donde los otros dos estaban. Yedam veía como los tres reían, eran un grupo de amigos después de todo, aunque admitía extrañar Australia. Entonces Doyoung volvió a pasar por su mente e hizo una mueca involuntaria. Noto como Junkyu le hacía señas que se le acercara y tome asiento junto a él, mientras lo hacía saco su móvil para buscar en sus contactos el número de su mejor amigo.

"Hey Luke, encontré a Doyoung"

Y le envió el mensaje esperando que este le contestara rápido, no tenía a quien más contarle de Doyoung ¿Qué pasaría si alguno de sus actuales amigos se enteraba que también le iba a los chicos? Yedam nunca se había sentido tan inseguro respecto a lo que era o sentía, todo era distinto y ahora no tenía una playa o una persona a la que escapar, por ello la mayoría de su tiempo se la pasaba encerrado en su departamento, el cual era demasiado grande y frio para él solo, se le había pasado por la mente decirle a Minho que viviera con él, pero este no dejaría las comodidades de su gran casa para ir a vivir a aun departamento sin empleados que lo atiendan, por otra parte sabía que Junkyu vivía con su novia así que no era opción. Estaba solo.

-Yedam ¿me estas escuchando? - la azabache lo saco de sus pensamientos.

- ¿Qué decían? - volvió a tomar conciencia de su alrededor, observando las tres miradas pegadas en él.

-Que saldremos a beber algo luego de la clase ¿vas a venir?

-Sí, claro- asintió aun perdido en sí, su celular vibro. Luke le habría respondido el mensaje, pero antes de poder verlo la clase inicio con el profesor haciéndose presente en el salón.

El resto de la clase no pudo poner completa atención, agradeció el no tener que responder alguna pregunta o que la atención no haya ido hacia él, al finalizar sus amigos comenzaron a guardar sus cosas a toda prisa.

-Vamos, Damie hyung – apresuró Junkyu.

-Vamos Yedam, además eres el único que vive solo ¿no tienes problemas con que vayamos, verdad? - dijo la azabache, esperando que este aceptara, lo cual hizo.

Yedam asintió rendido ante las peticiones- bien, vamos entonces.

Salieron de la institución caminando por las calles algo frías por la noche, Yedam se atrasó algunos pasos del grupo, haber visto a Doyoung allí parado aun le dejaba sensación extraña.

-Hey Kyu- hablo por fin el rubio atrayendo la atención del menor de ellos- ¿sabes que enseñan en el salón 1-B en el segundo piso?

Junkyu lo pensó unos segundos- en la zona este de la universidad están las clases de danza, si te refieres ahí, creo que este salón es un estudio de baile- se encogió de hombros - ¿Por qué?

Yedam negó- nada importante, curiosidad supongo.

Siguieron su camino hasta llegar a la tienda de conveniencias cerca de la universidad, Yedam y Minjeong entraron y compraron algunas latas de cerveza y un par de jugos, caminaron a la caja para pagar y terminaron saliendo de allá hasta el departamento de Yedam a unas cuadras más adelante.

Algo sudado, Doyoung corría a su trabajo, se le había hecho tarde porque sus clases nocturnas duraron más de lo esperado, daba gracias que su compañero de turno se había ofrecido a cubrirlo unos minutos hasta que llegara, y que la tienda donde trabajaba por las noches quedaba cerca de la universidad. Llego agitado hasta el lugar y a instante visualizo a su amigo atendiendo la caja.

-Junghwan, me salvaste, te debo una amigo- dijo con dificultad tratando de recuperar el aliento.

-No es nada Doyoung hyung, la noche estuvo tranquila hasta ahora.

Doyoung asintió- apenas son las diez de un viernes, espera a que comiencen a salir- rieron.

-Bien me voy, adiós hyung.

-Adiós Hwanie, hasta mañana.

Doyoung saco su uniforme y se lo puso rápido en el depósito y procedió a tomar una de las cajas de comestibles para reponer las góndolas, salió de la habitación y comenzó con su trabajo. En lo que colocaba las cosas en su respectivo lugar, escucho la puerta abrirse y alguien ingresar, vio una cabellera rubia pasearse por los pasillos de frituras.

-Enseguida lo atiendo- aviso y se apresuró a dejar todo en el estante. Camino a la caja y aguardo a que la persona llegara a pagar.

Doyoung nunca se imaginó encontrarlo allí, parecía irreal, una ilusión ¿estaba soñando? La cabellera rubia salió de los pasillos leyendo los paquetes de frituras que cargaba.

- Olvide comprar para comer- rio levantando su vista hacia el cajero, quedando paralizado una vez más ¿era aquella una señal o sola una mala coincidencia? - Hola, Kim Doyoung no esperaba encontrarte aquí- saludo el australiano con total naturalidad, aunque estaba muriendo por dentro.

- Hola, Yedam, me sorprende verte en corea- Doyoung soltó una sonrisa forzada.