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El clima algo ventoso no mejoraba el ambiente, Kim no sabía descifrar si el escalofrío que recorría cada centímetro de su cuerpo se debía a la helada noche o si estaba a punto de colapsar frente Yedam ¿Qué estaba pensando? Estaba estático, justo al borde de arrepentirse y caer en los brazos del australiano, sintió aquel dolor de estómago, ese mismo que se generaba cada que se permitía pensar en él. Por instinto surgió la necesidad de alejarlo.

-Si ella- Doyoung noto como la mirada de Yedam se apagaba, aquello le dolía, se odiaba por lastimar de esa forma al rubio.

Una presión en su pecho le hacía pensar en arrepentirse por haber hablado, estuvo agradecido que el bus llegara de manera sorpresiva porque sabía que si tardaba unos segundos más se arrepentiría y terminaría cediendo a la mirada del mayor.

Por la ventanilla veía lejana la figura del australiano, quien no le había pedido más información del tema, se había resignado en un sentimiento de desilusión. Aunque Doyoung sabía que aquello era lo que suponía debía hacer, aun si le extrañaba de tal sobremanera que no se sintiera correcto.

Cuando abrió la puerta de la casa de su tía, vio en el sofá de la sala a su prima mirando televisión, le sorprendió verla a esa hora, pero no era quien para decidir lo que ella hacía.

-Hola, Chaer- la saludo con desgano, algo que ella noto al instante aun cuando estaba prestando atención a la pantalla frente suyo.

- ¿Y esa cara, Kim?

-¿Ah? Es la que tengo siempre, Chaeryeong, no sé de qué hablas- trato de ignorarla pasando directo a la cocina por un vaso de agua.

-Mira, Doyoung, sabes que a mí no me puedes engañar, normalmente tienes cara de chico emo que escucha DAY6 mientras llora en su cuarto- este blanqueo la vista ante ella y siguió ignorándola- pero ahora pareces como si te hubieran roto el corazón como a ese cantante de TXT.

-Chaer, no te miento, estoy bien, es en serio- esta lo observo y suspiro.

- bien, es que... pareces igual de triste que cuando llegaste para irte al servicio militar o cuando llorabas hace meses por ese Yedam- la chica quedó apoyada sobre el marco de la puerta quedaba entrada a la cocina, sin perder de vista a su primo que ahora se preparaba un sándwich, así que si, notó muy bien como este se tensó al oír el nombre del australiano.

-Doyoung...- continuo ella- ¿estas así por ese chico? - este la miro unos segundos y volvió a apartar la mirada algo nervioso- ¡Por dios, Doyoung, no me digas que te hablo!

Kim se dio cuenta que su prima estaba a punto de levantar más la voz, y no quería despertar a su tía o que esta escuchara sobre Yedam otra vez. Corrió lo más rápido hasta ella e intento callarla poniendo su mano sobre la boca de esta.

-Silencio Chaer, no grites por favor- cuando la vio más calmada se sintió seguro para quitarle la mano de encima.

- ¿me estas jodiendo, Doyoung? ¿Cómo fue? ¿te mando un mensaje de texto? ¿Cómo tiene tu numero? - Doyoung suspiró.

-No fue así- ella quedo a la espera de que siguiera hablando, y no le quedo de otra- vino a mi trabajo esta noche- noto al instante los indicios que comenzaría a gritar y volvió a colocar su mano para que no hablara- tranquila, fue coincidencia, supongo. Él estaba igual de sorprendido que yo- agacho su cabeza para ignorar aquella mirada que su prima había comenzado a tener sobre él, otra vez. Si, otra vez lo miraba con tristeza y pena y Doyoung se sentía tan débil, humillado y vulnerable. Pobre niño con un amor adolescente fallido.

- ¿Y qué hiciste? ¿Hablaron, arreglaron las cosas? ¿se besaron, están saliendo? - Doyoung suspiro y negó con la cabeza- ¿entonces, Kim?

-Le dije que ya salía con alguien, una chica para ser especifico- caminó hasta la mesa de la sala y tomó asiento para poder comer algo al fin, fue seguido obviamente por su prima quien se sentó justo frente suyo para seguir aquel interrogatorio.

- ¿Con una chica, en serio? – esta rio- ¿y él te creyó?

-Supongo, no lo sé, salí huyendo antes de ver su rostro. Doyoung suspiro.

-No entiendo por qué hiciste algo tan tonto, Dobby, además sé muy bien que no lo has superado y creo que él tampoco.

-eso no es lo que importa, Chaer ¿Qué se supone que debía hacer? ¿dejarme llevar por mis sentimientos? ¿Qué seamos novios y vivamos felices? Por favor, no seas ridícula, prima, es el mundo real, no una película adolecente- este tomo las cosas que uso para comer y las llevo a la cocina- además sabes que estoy aquí porque mis padres no pueden verme a la cara, me estoy arriesgando mucha ya con ir a la academia de danzas como para meterme otra vez con un chico.

Chaeryeong sentía la voz débil de Doyoung, podía notar su tristeza y cansancio, ella sinceramente no entendía a sus tíos, el cómo podían haber distanciado de tal forma a su hijo.

-Escucha Dobby, creo que ya es momento que dejes de hacerlo que otros esperan de ti- Doyoung elevo su mirada hacia ella- si realmente quieres debes salir con Yedam o con cualquier chico del que gustes.

-Lo se, pero eso no quita el miedo que siento de volver a pasar todo otra vez, Chaer- suspiró – de todas formas, lo aleje, quizás no vuelva a la tienda nunca porque le deje en claro que estoy saliendo con una chica.

Chaeryeong lo observo jugar con sus dedos, con el semblante caído y ese tono apagado en su voz, se sentía tan mal por él y más sin saber que decirle. Por varios segundos quedaron callados sin saber que decirse o como romper aquel incomodo momento. Ella camino hasta su lado, apoyando su mano sobre el delgado hombro del peli rojo.

-Mira Doyoung, fuiste hasta Australia para encontrar a alguien a quien estoy segura que amas demasiado, tan así que te estas consumiendo- este la miro atento sin entender bien a donde estaba intencionada a llegar- tuviste dificultades, si, y aun así después de tanto tiempo te vuelves a encontrar con esta persona, Doyoung, se volvieron a encontrar en otro continente, ligeramente- suspiró- así que dime, Doyoung ¿crees en el destino?- este automáticamente se mostró confuso ¿A que iba aquello?- No me mires así- rio Chaeryeong- yo sí creo en el destino, tu cursi historia de amor adolescente me está haciendo creer en algo ridículo.

-No entiendo a dónde quieres llegar.

- ¡Dios, Doyoung!, simplemente no te rindas, después de todo lo que pasaste te vienes a encontrar al extranjero en corea, los dos siguen solteros y enamorados del otro, si crees que son coincidencias es momento que empieces a soñar o creer en la magia del ratón de Disney y crear tu final feliz.

Doyoung empezó a llorar, no era escandaloso, simplemente las lágrimas caían por sus mejillas, había esperado tanto tiempo aquel incentivo que cuando llegó no estuvo preparado y todos sus sentimientos se desbordaron de su interior. Haber escuchado aquello le devolvía un poco la esperanza de algún día ser feliz. Tal vez no encontraría a Yedam otra vez, obviamente esperaba hacerlo y no haber perdido la oportunidad de poder estar a su lado, pero el hecho que al menos sabia de alguien allí, junto a él, que lo apoyaba, le daba un poco de paz.

Había abrazado a su prima y prometido que al menos intentaría llegar a ser feliz y dejar de complacer al resto. Esa noche sintió alivio, el cual se había vuelto algo extraño de sentir desde hacía mucho tiempo. Ahora Doyoung se había propuesto a intentar encontrar a Yedam otra vez y esperaba que este le entendiera y supiera disculpar sus mentiras y actitudes pasadas.


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Lost Dreams | °Dodam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora