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Con su mirada aun sostenida en el ahora peli rojo, Yedam dio un paso al frente por impulso involuntario. Sus pies se movían lento hacia la caja, donde Doyoung se encontraban.

Dejo sus snacks que había tomado de las góndolas, sobre el mostrador donde se encontraba.

Sus ojos querían gotear, no sabía si era de felicidad o todas las emociones que venía cargando por años.

-Dobby...- soltó en un susurro con una sonrisa y sin desprender su mirada del otro, con miedo que, si la quitaba, este desapareciera como una ilusión.

Doyoung le asintió algo dudoso, y volvió a su trabajo. Pasando la comida por el escáner para que saltara el precio en el monitor.

-Serian 8 mil wons por favor- Yedam hizo una mueca, sentía que el otro lo estaba ignorando.

Saco de su bolsillo el dinero y se lo extendió.

-te extrañe- soltó sin más, tomando por sorpresa al menor quien reacciono de sobremanera, observándolo exaltado- me alegra haberte encontrado ahora- sonrió. Doyoung aún seguía mudo- perdí las esperanzas luego de estos dos años, pero aquí estas, yo...- se acercó más al contrario, este automáticamente retrocedió en un rápido impulso, el mostrador se interponía en el camino de ambos.

- ¿Qué haces? - Yedam frenó.

-Doyoung, paso mucho tiempo... iba a abrazarte.

- ¿Por qué? - algo nervioso miro a su alrededor, habían entrado un par de adolescentes hacia segundos atrás y se encontraban entre las góndolas de comestibles.

-Do, yo...

-Yedam, por favor, me duele decirlo, pero no creo que sea correcto...

- ¿correcto? ¿A qué te refieres? – Yedam miraba extrañado la actitud distante de Doyoung, el punzón que sentía en el pecho incrementaba con los segundos que el peli rojo quedaba en silencio, tenía miedo de lo que Kim estaba pensando decir.

-mira, Yedam...-suspiro tratando de procesar bien en su cabeza lo que quería decir sin llegar a herir al australiano.

Como una brisa de alivio que llego en el momento justo para salvar a Doyoung de aquella incomoda situación, un hombre poco robusto con un pack de cervezas se acercó a la caja.

-Yedam debo trabajar, si me disculpas- el rubio vio por su hombro notando el cliente a su lado y se apartó dándole lugar a la caja. Vio a Doyoung pasar las cosas por el escáner y cobrarle, luego a aquel hombre irse de la tienda sin más.

- ¿a qué horas sales del trabajo?

-A las 2 am.- Yedam asintió y se dio vuelta, sin decir nada salió de aquel lugar, Doyoung suspiro aliviado.

La noche no había sido pesada como pensó que iba a ser, solo un par de grupos conformados por lo que él creía eran universitarios, llegaron a comprar bebidas y snacks. No tuvo mucho que reponer ni tanto para limpiar, lo que le resultaba aliviante porque las clases de danza aquella noche habían sido demasiado exhaustivas para Doyoung.

Cuando vio que su turno estaba por finalizar, su compañero de trabajo quien le seguía aquella noche entro a la tienda. Siendo algo escandaloso con sus pasos, y el tararear de su boca al ritmo de lo que parecía ir escuchando en sus auriculares, un castaño poco más joven que Doyoung entró.

-Hola hyung- saludo inclinándose mientras retiraba los aparatos de sus oídos.

-Hola, Jeongwoo- sonrió- llegas un poco antes.

El castaño asintió- no calcule bien el tiempo al salir de casa- se encogió.

-Entiendo, voy a terminar de cargar las bebidas y luego me iré, Woo- el nombrado asintió y camino hacia el depósito para colocarse su uniforme mientras Doyoung caminaba cargando un cajón de cervezas hacia las heladeras.

Lost Dreams | °Dodam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora