SEIS

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Al terminar de leer la carta, Jeni sintió que todo era justo como debía ser.

Lo único que no terminaba de gustarle es que debía partir en el primer traslador. 

Era aliviador saber que ya tenía todo el equipaje preparado desde hacía meses (odiaba que las cosas la tomaran por sorpresa). Aun así, lamentaba no poder despedirse de Charlie.

“Le escribiré una carta”, pensó.

Utilizó accio para traer papel y pluma y comenzó a escribir.

“Querido Charlie:...”

No, eso era demasiado. Aunque solo Charles sería algo frío. ¿Ayudaría si agregaba su apellido?

Estimado era muy formal… ¿Cómo empezar la dichosa carta?

“No importa, utilizaré “Charlie” y lo arreglaré con la despedida”.

“Charlie:

“Lamento no poder verte mañana en Gura de Dragón. Tampoco podremos vernos esta semana, y puede que incluso en todo el mes.

“No ha pasado nada malo, pero tengo que salir a un viaje de trabajo muy importante.

“Te echaré de menos.

“Con afecto

“J. S.

“PD: siéntete libre de escribirme durante el tiempo en que no esté.”

La leyó un par de veces hasta estar conforme y llamó a Costel con un silbido.

-De acuerdo, presioso, este será un viaje corto-dijo acariciandole las plumas-. Luego de eso… bueno, ya te contaré cuando vuelvas. Solo intenta no entretenerte en el camino y volver lo más pronto que puedas.

El búho ululó con afecto y salió volando por la ventana.

Jeni sintió una pequeña punzada en el corazón e intentó grabar los dulces ojos de Charlie en su memoria. 

“Quisiera poder mirarte una última vez antes de partir”, pensó con anhelo.

No había pasado media hora cuando Costel regresó. Sus ojos denotaban la curiosidad por lo que Jenica había mencionado antes de que se fuera.

-Costel, debo viajar otra vez. No podemos ir juntos porque el viaje en traslador podría hacerte daño-dijo ella, y Costel ululó en protesta-. No te preocupes, podemos reunirnos allá, pero debemos viajar por separado, ¿entiendes? Y serán ocho horas de viaje para ti. No voy a obligarte a venir, pero si quieres acompañarme deberás partir de inmediato.

Costel le picoteó la mano con cariño, señal inequívoca de que deseaba estar con ella.

-Muy bien. En ese caso te calentaré algunos ratones y luego… bueno, nos veremos en Austria.

Luego de alimentar a Costel y de despedirse de él, Jeni tomó su equipaje y se apareció en el Ministerio.

El Ministerio de Magia Rumano era uno de los más grandes de Europa, aun si no se comparaba con los Ministerios de Francia o Inglaterra. Desde fuera resultaba evidente que era un edificio magico, pero los hechizos anti muggles se encargaban de que eso no fuera un inconveniente.

Jeni le dijo su nombre a la recepcionista que, al igual que el resto de los empleados, vestía el uniforme del ministerio. La mujer le entregó un collar con su nombre y le dijo que pasara a la oficina de trasladores.

Por alguna razón, Jeni se sentía realmente nerviosa. El viaje en trasaldor no era algo nuevo para ella, pero esta vez sintió el repentino temor de tomar el traslador equivocado y terminar en Checoslovaquia, sin poder ver a Grindelwald, ni a Charlie ni a su hermoso y fiel búho real bizantino.

-Austria-dijo el encargado, y Jeni se acercó con cautela. Al parecer, solo tres personas contandola a ella realizarían el viaje. Poco para ser un país tan poblado.

Jenica colocó su dedo en el traslador y se aferró más fuerte a su equipaje.

-6…5…4…3…2…1…

Las tripas de Jeni hicieron una especie de danza y en un par de segundos sintió que se elevaba del suelo. No tardó mucho en encontrarse en el Ministerio Austriaco.

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2022 ⏰

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DINAMITA || Charlie WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora