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La habitación totalmente blanca, silenciosa y distante.

El único sonido que se escuchaba era el del maldito péndulo que lo tenía como un estúpido. Mirando su movimiento oscilatorio de izquierda a derecha, prácticamente babeándose.

Las manos resguardadas en su ropa blanca e insípida al igual que el resto del lugar, como un sistema de seguridad.

En ese sitio por más peligroso que afuera fuese, ahí no importaba, no era más que una persona afectada psicológicamente... Tan necesitada de atención... Tan aberrante... Tan... Inútil.

Heeseung ni siquiera se conocía a sí mismo.

── Muy bien, Lee. Veo que tu comportamiento ha mejorado con el paso de las semanas... No eres el lobo agresivo que fue capturado en Oxford. Los sedantes están haciendo un excelente trabajo en tu organismo ──

La voz del director de aquel hospital psiquiátrico para él se escuchaba distante. Vagamente dejó de mirar el artefacto que hasta hace unos segundos lo tenía bobalicón y miró al dueño de la voz.

La imagen era nublada, aunque varios pestañazos después se fue ajustando al exceso de claridad de la sala y pudo enfocar el rostro del hombre de ojos verdes, pecas y cabello naranja canoso.

James Putnam... Ese hijo de perra...

Beta. Dueño de un hospital psiquiátrico. Mantenía un perfil bajo y juraba abogar por el bienestar de los mentalmente dañados... Sin embargo no hacía más que tomarlos como sus ratas de laboratorio y experimentar con ellos hasta volverlos más locos de lo que ya estaban.

Y vaya que le costó tener bajo su techo descolorido al alfa más peligroso de toda Gran Bretaña... Heeseung era toda una eminencia, a causa del temor que resguardaba bajo las garras de su lobo. Un alfa perturbado.

Cuando su lado animal "Ethan" tomaba el control todo era sangre y gritos adoloridos.

Cuando sólo se trataba de él, presenciaba el caos que había comenzado estando prácticamente inconsciente.

Pero el señor Putnam se las arregló para emboscarlo cuando más vulnerable se encontraba.

Y ahora estaba allí. Formando parte de una comunidad de personas con trastornos disociativos, quizás hasta esquizofrénicos.

── Trastorno de identidad disociativo ──

Un recuerdo vago de la voz de Jake, su mejor amigo, llegó a su mente.

── Perdona, ¿qué? ──

── Tienes trastorno de personalidad múltiple, Heeseung. Tú y tu lobo son dos personas completamente distintas pero básicamente se encuentran en el mismo cuerpo ──

Cerró sus ojos, masajeando una de sus sienes, y luego miró a Sim.

──  A ver si entendí... ──pidió.── Tú estás diciendo que Ethan y yo... ¿No somos el mismo? ──

── Incorrecto. Sim, creo que no le estás dando las respuestas que él necesita ──Jay hizo entrada, ganando la atención de los otros dos anglofonos.

── Oye, Jay... ¿Tú sabes que está diciendo? Porque yo no estoy entendiendo nada ──Lee parecía estar a punto de explotar con tanta información por procesar.

── Jaeyoon sólo está confundido. Ethan y tú son la misma persona, en el mismo cuerpo. Son uno solo. Aparente y evidentemente están divididos porque tú aún no has sabido tomar el control de él. Tu lobo ha desarrollado vida propia, Heeseung, y poco a poco te está consumiendo a ti. Debes aprender a someterlo, tú eres quien debería mandar... De lo contrario, si él gana... Dejarás de existir ──

El alfa de cabellos rojo sangre jadeo, y tocó su pecho. Sentía que le faltaba el aire.

── Mierda, Heeseung, necesitas respirar. Te traeré agua ──un asustado australiano salió en busca de esta.

Park miró preocupado a su amigo y le ayudó a calmarse.

Y puede que pasaran minutos, para que esté recuperase el habla... Estaba perdido en sus pensamientos, y con la mirada opaca.

── Mierda, ¿qué voy a hacer? ──preguntó en voz baja.── Ni siquiera sé en qué momento él toma el control, sólo sucede y lo sé luego de que lo hace... ¿Cómo pretenden que lo someta? Ni siquiera lo siento en mi interior, él sólo, es como si en verdad fuese alguien aparte de mí ──

── Necesitas ayuda, Heeseung ──dictó el americano.

── Chicos, ustedes... ──Lee balbuceó, sin embargo Jongseong volvió a interrumpirle.

── Por mucho que nos gustaría, nosotros no podemos hacer nada al respecto, Heeseung. Debes encontrar ya a tu omega... Él es el único que puede regresar a Ethan a tu interior, es el único que puede solucionar esa perturbarción que hay en tu ser ──

── ¿M-Mi omega? ──

── Sí, tu omega ──

Entonces había dejado de recordar. Volviendo a la realidad, donde el director Putnam caminaba en aquella sala, resonando las suelas de sus zapatos en el costoso suelo de granito.

Heeseung fijó su vista en el pavimento, sin pestañear, ni tragar saliva. Pareciendo un cadáver. Sólo respirando, -tan pausadamente- que había que mirarlo desde cerca para notar el movimiento de su pecho al expandirse sus pulmones con cada inhalación y exhalación.

── O-Omega ──murmuró de la nada, con voz baja y algo rasposa.

── ¿Qué? ──James volteó a verle, con un trago de whisky en la mano.── ¿Dijiste algo, Lee? ──

── ... Omega ──volvió a balbucear.

── Oww... Cariño, estás delirando, creo que la dosis que te puse esta mañana fue muy fuerte... Ha llegado la hora de la siesta para ti ──soltó, antes de presionar un botón en su escritorio.

Segundos después dos alfas altos y uniformados entraron a la habitación.

Uno de ellos se encargó de tomar la silla de rueda donde estaba Lee, listo para empujarle.

── Llévenlo a su habitación, necesita descansar. Y asegúrense de que no hable con nadie más. Vigílenlo, puede ser peligroso ──ordenó.

── Como usted diga, mi señor ──habló el segundo tipo, despejando el camino, para permitir el paso del paciente que sería trasladado.

Lee le dio una última mirada al dueño de aquel lugar de mierda, y luego pestañeó con dificultad. El sueño y el agotamiento psíquico le estaban jugando una mala pasada.

Observó todo lo que pudo, y memorizó los detalles de aquellas ventanas del pasillo, quizás podría servirle de algo para escapar de ese martirio al que ridículamente llamaban hogar para enfermos mentales.

Segundos después sus ojos no aguantaron más y cayó rendido. Dejando despierta aquella parte suya que era la más temida.

Abrió sus ojos color rojo y lamió sus labios, sintiendo los colmillos crecer en su boca. Miró sus propias piernas y rió con sorna, casi inaudible. Era una total ridiculez que lo tuviesen en aquella silla de impedidos físicos... Él podía caminar.

Los quería matar a todos y cada uno, por las torturas que le hacían pasar a él y a su parte humana a diario.

Sin embargo prefirió quedarse tranquilo. Aún era temprano. De noche sería el momento perfecto para tomar venganza y salir de aquel lugar asquerosamente simétrico.























































Interesante, verdad? Díganme sus opiniones :>

Chain Wolve [Heeseung x Sunghoon] HeeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora