Chain Wolve [Heeseung x Sunghoon] HeeHoon

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Sunghoon sintió un escalofrío, la mirada ajena le penetró hasta los huesos, pero aún así le obligó a su organismo a no flaquear frente al alfa.

── ¿Por qué crees que te estaba buscando? ──preguntó con diversión para aligerar la tensión que entre ellos se estaba generando.

── Es obvio que lo hacías... Me seguiste hasta aquí ──

── Te equivocas. Tengo familia aquí a la que quiero visitar ──y no mentía del todo...

Tenía a sus abuelos paternos. A los que no veía desde... Bueno, desde que tenía como 3 años.

── Uhmm... ──musitó el omega bonito.── Supongo que ha sido una coincidencia entonces ──

Oh, qué jodidamente tierno e ingenuo.

── O simplemente cosas del destino ──

Heeseung levantó sus hombros.

── Soy Lee Heeseung, o Ethan ──le sonrió, tendiéndole su mano.

El más pálido observó a sus alrededores y luego de unos segundos finalmente tomó la mano que le era ofrecida.

Una corriente eléctrica los sacudió a ambos desde dentro.

── Sunghoon... Park Sunghoon ──

Lee asintió, a pesar de que ya conocía su nombre. Aunque bueno no su apellido, eso había sido un plus que le vino muy bien. Jay le ayudaría a conseguir toda la información acerca del omega que necesitaba.

Sonaba horriblemente enfermizo, él no desconocía eso. Pero era la única manera...

── Bueno... Creo que debo seguir con mi rumbo ──murmuró el universitario.── Pero antes... ──

El mayor le miró con atención.

── ¿P-Podría tener tu número? ──

La voz temblorosa, los nervios le traicionaron. Pero es que aquel alfa le hacía perder el control de sí mismo.

Vamos, no estábamos hablando de cualquiera... Era su jodido destinado, lo sabía.

Hee alzó una ceja con diversión y no tardó en tomar el celular que le era extendido, apuntando el número de Jongseong en este.

── Este es mi número temporal, por eso es extranjero. Recién llegué, así que cuando obtenga uno de aquí me encargaré de hacértelo llegar ──

Sería de gran ayuda que el más bajito le escribiese directamente a Jay. Sería mucho más fácil conocer su ubicación.

── Está bien, no tengo problemas con eso ──aceptó su móvil de vuelta y lo miró por unos segundos, mientas se balanceaba sobre sus propias piernas.

Heeseung encontró -inevitablemente- tierno aquello.

Park se quería grabar cada detalle del más alto. Y al alfa simplemente esto no le molestaba, no es como si fuese un delito que lo mirase.

── Somos unos extraños, pero yo justo ahora quiero enloquecer. Mi lobo quiere que me abraces ──

Esa confesión no se la esperaba. Lo tomó tan desapercibido que tosió un par de veces, al atragantarse con su propia saliva.

── ¿Un abrazo? ──

── Sí ──confirmó, las mejillas rosadas.

── Creo que puedo hacerlo. Es decir... ──

Tampoco es como si necesitase el permiso de alguien para dar un abrazo. Tampoco cobraba las muestras de afecto, y aunque no solía darlas simplemente no podía negarse al chico.