-Pequeñas Charlas-

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A causa de este acontecimiento, algo despertó en mi, no sabia el que era, pero sabia que era algo que iba a dejar mi mundo de cabeza. Me empece a interesar mas en ella. Me di cuenta de que ya no la miraba como la niña fría y arrogante que siempre odie, si no como alguien mas, alguien totalmente distinto a el que nunca había conocido. Tal vez, solo "tal vez", ella siempre fue así, pero yo era lo suficientemente idiota como para nunca haberme dado cuenta.

Esto me dejo pensando mucho tiempo en ella, hasta cierto punto estaba "idiotizado", y es que, no era capaz de creer que siempre hubiera sido así.

Así que yo estaba demasiado intrigado por saber si alguien mas que yo la notaba diferente de como era antes. Mi primera opción fueron mis amigos mas cercanos, pero por obvias razones no podía ser tan directo solo tomaba las medidas necesarias para que no se crearan falsos rumores. En una de esas charlas cotidianas que teníamos, salio a relucir el tema de las chicas mas guapas del instituto, y todos sabían el cuanto odiaba a Jessica, así que solo por molestar salio el nombre entre tantos que habían dicho. Pero esta vez no me molesto en lo mas mínimo. Y con la misma intención me hicieron la pregunta de que si había notado algún cambio en ella. Todos rieron, pero con una mirada maliciosa esperaban mi respuesta.

Estuve apunto de perder el orgullo, y mencionar que le había notado unos cambios bastante agradables en su persona, tan cerca de confesar de que ya no me perecía tan aborrecible como antes. Pero, como un ángel caído del cielo o como una campana de salvación, un compañero grito algo como:

-Ni siquiera se molesten en averiguarlo, todos sabemos que el no se interesaría en ella ni en un millón de años. ¿No es cierto?- pregunto.

- Si- respondí, aunque con un pequeño titubeo que perecieron notar.

- ¿No es cierto?-volvieron a preguntar.

-Si, sigue siendo igual de molesta- conteste con una falsa seguridad que me sorprendía lo creíble que era, hasta para mi mismo.

Después de eso, el tema se olvido y en toda la charla no se volvió a mencionar nada de ello.

Después de un tiempo, en otro día normal y aburrido en el instituto. Sin nada nada que hacer. Ella estaba ahí, me había dado cuenta de que ya no la miraba como antes, ya no era odio, pero estoy seguro que no era amor. La mire por un largo rato, y mientras tanto me imagine muchas cosas, por ejemplo, el como hubiera sido todos este tiempo de disputas entres los dos si nos hubiéramos dado la mínima oportunidad de conocernos aunque sea un poco, era una sensación extraña el detenerse a pensar en todo eso, al fin de cuentas ya eran casi dos años y medio, y el tiempo perdido no se recupera, ni se puede estar pensando siempre en lo que hubiéramos echo. Por que el "hubiera" ya no existe.

De pronto ella volteo hacia mi, como si hubiera sentido mi mirada, y cuando su mirada se encontró con la mía: El universo no supo si seguir avanzando o detenerse. Fue una mirada furtiva, como si del alguna forma supiera lo que estaba pensando, pero, por mas que quería apartar la vista, porqué sabia que debía hacerlo, aunque no pude. Así que, ella continuo mirando y sonrió, una sonrisa demasiado dulce y linda para ella, y yo, con todo el nerviosismo del mundo le regrese la sonrisa. Luego de eso, solo parta la vista y siguió en lo que estaba, y yo solo me pude quedar ahí, perplejo, ya no con una sonrisa de nerviosismo, sino con una sonrisa de idiota. Y tampoco sabia como tomar todo eso, tal vez era uno de esos llamados lenguajes corporales extraños. Lo único que podía suponer era que tal vez quería hablar conmigo, pero, ¿Por que? y si de alguna forma tuviera la razón, ¿De que hablaría con ella?

Entonces, de alguna forma lo hice, me arme de valor y deje un poco atrás mi orgullo. también sabia que todo lo que ocurriera después de haber tomado esta decisión, ya fuese bueno o malo. Correría bajo mis propias consecuencias.

-Hola- le dije mientras me paraba a su lado.

-Hola- respondió ella al tiempo que se giraba para mirarme, y cuando lo hizo, sus ojos se agrandaron un poco, aunque con una pequeña sonrisa de por medio.

No esperaba en realidad que fuera una charla larga, sabia que era una de esas charlas primerizas, de esas que no deberían tener ni una palabra mas, ni una menos.Solo lo justo. Y de alguna forma sentía que la cagaría.

-¿Por que tan sola?- le pregunte tratando de sacar algún tema de conversación.

-No sé- Contesto con una sonrisa, donde no me había fijado que se le formaban dos pequeños hoyuelos cuando lo hacia- ¿Y tu?

-¿Yo que?- Conteste solo para ganar algo de tiempo.

-¿Que haces, porque tan solo?- Volvió a preguntar, pero esta vez un poco molesta.

-No sé, estoy aburrido- Aunque conteste sin pensarlo, era mucho mi nerviosismo y fue lo único que se me ocurrió, y sabia que no fue la mejor respuesta.

-Yo igual-Dijo con una risa fingida- La escuela es aburrida.

Después de eso, me di cuenta que: De alguna forma la cague. Y a los dos nos invadió un silencio incomodo. Si ya de por si era raro hablarnos el uno al otro, esto era mucho peor. Así que corte la conversación por lo sano y me despedí.

-Adiós- Le dije un poco disgustado, no por ella. Si no por mi. Porqué sabia que esta podía ser la única y ultima ocasión de poder acercarme a hablar con ella.

-Adiós- Dijo un poco preocupada. Tal vez por que en su cabeza pasaba la mismo pensamiento que yo. Pero afortunadamente o desgraciadamente para los dos, esta no fue la única ni la ultima vez.

Las Crónicas de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora