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¿Qué diablos pasaba por su mente? Ni él mismo tenía la respuesta, pero estaba más que seguro que todo era culpa del rostro del chico que tenía entre sus brazos.

Jeon Jungkook no era la persona más amorosa ni compasiva, por lo regular no se preocupaba si la gente a su alrededor tenía algún problema, su enfoque estaba en las metas de su propia vida y la de los demás simplemente no le interesaba.

No era que no tenía empatía en absoluto, pero con los años se había vuelto un hombre frío, no quería ser utilizado por conveniencia ni adulado hipócritamente.

—¿Porqué me abraza? Me dijo que llorara y ahora me abraza— Dijo el pelirosa que aún estaba entre sus brazos.

—Lamentó la incomodidad pero lo hice por mi mismo, quiero una conciencia tranquila— Dijo y lo soltó dando un paso hacia atrás.

—Por favor, no me ponga a llorar de nuevo, me había prometido a mi mismo no hacerlo más y deseo cumplirlo— Dio un suspiro recomponiéndose del abrazo inesperado.

—Si el trabajo lo amerita lo harás de nuevo, trabajo es trabajo, sin embargo y haciendo hincapié a lo que mencione, para tener una conciencia tranquila te abrazare al finalizar si es necesario.

¿Abrazar a su modelo? Por qué no, Jungkook podría hacer eso, no era la gran cosa, era como abrazar a su gato, solo que su mascota no tenía esos preciosos ojos rasgados, esos labios gruesos rosados, ni las mejillas sonrojadas hermosamente, esos pensamientos lo sacudieron e inmediatamente cambió de pensamiento.

—Ahora retírate, tengo trabajo por hacer y... pensándolo bien, ya no me interesa que llores para otra sesión, seria aburrido ver lo mismo dos veces, luego harás otro concepto, es otra línea de labiales, para cada uno necesito diferentes fotografías— Sintió que algo cambió en la mirada del modelo pero no dijo nada al respecto —Mañana firmarás el nuevo contrato, mi secretaria te dará más información.

—Gracias señor Jeon— Dijo Jimin y se marchó dejando al CEO con una sensación en el estómago que no sabía qué cosa era.


...

CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

Jeon Jungkook ¿le pediste a tu secretaria que me llamara para llamarte? Vaya, ¿que no era más fácil que tú lo hicieras directamente?

—Para eso le pago.

—Un punto a tu favor, ¿has visto a Jihyo? se supone que hoy cenaría conmigo pero no me contesta las llamadas.

—Soy su hermano, no su niñero, te estaba buscando porque te necesito para la siguiente campaña, tengo un novato y me gustaría que ambos fueran la cara del conjunto de labiales, ven a firmar el contrato mañana a primera hora.

—Te pregunté por Jihyo y acabé teniendo más trabajo, tú sabes lo llena que está mi agenda, soy un modelo muy solicitado y aunque seas mi cuñado cuando es en cuestión de trabajo no siempre puedo complacerte, tienes que hablar con mi manager.

—Jin, son suficientes ceros si eso es lo que te preocupa, ven mañana.

—Mañana nos vemos.



...



El ahora pelirosa estaba caminando por los pasillos del edificio rumbo a la oficina de su jefe, la sensación de nervios en su estómago le habían impedido probar algún alimento, no había desayunado, solo de pensar que iba a ver de nuevo esos ojos negros de mirada penetrante le sudaban las manos.

¿Lo abrazaría de nuevo? No lo creía en absoluto, pero algo dentro de él lo deseaba, no era ciego para no darse cuenta de lo atractivo que era su jefe, si bien era un hombre, eso ya no le aterraba, esos pensamientos los había dejado atrás hace años.

Después del anuncio de su llegada abrió la puerta de la oficina del CEO y no estaba solo, su amigo Jin de igual manera se sorprendió al verlo.

—¿Jimin?— Dijo Jin y los ojos de ambos estaban sobre él.

—¿Lo conoces?— El rostro de Jungkook era de absoluta sorpresa.

—Por supuesto, nos hicimos amigos hace pocos días, ¿tú lo conoces Jeon?— Jimin no sabía que decir, se había puesto más nervioso que antes.

—Bueno, hace unos días lo contraté como mi modelo.

—¿Modelo? Yo creía que no eras modelo Jimin.

—¡No lo soy! Bueno, no lo era, yo vine aquí a buscarte tal y como me dijiste y acabé trabajando aquí, nadie me quiso decir nada sobre ti.

—En mi defensa todo el mundo quiere conocer a Jin, no pensé que fueras la excepción— Dijo el CEO para justificarse.

—Espero que lo hayas tratado bien Jeon Jungkook— Jin conocía demasiado bien a su cuñado y amigo.

—Soy una persona amable, no sé a qué te refieres— Al decir eso el CEO, Jimin sonrió pero de inmediato se tapo la boca antes que lo notaran.

—Lo que tienes de amable yo lo tengo de feo, o sea nada— Nunca pensó escuchar que alguien le hablara de esa manera a su jefe y lo estaba disfrutando por dentro.

—Toma asiento Jimin, tenemos trabajo por hacer— Dio unos pasos hasta el sillón frente al escritorio y se sentó.

—Le debes una cena a Jimin de bienvenida, este modelo novato tiene influencias en esta empresa y ese soy yo— Dijo Jin algo juguetón mientras alzaba su barbilla.

—Déjame recordar por qué te sigo dando trabajo— Jungkook se estaba agarrando el puente de la nariz tratando de tranquilizarse.

—Porque te hago ganar millones.

—Está bien, esta noche a las 7pm, no lleguen tarde— Dijo en un suspiro.

Por un segundo volteó a ver a Jimin y de pronto este sintió que sería mejor no asistir, el ambiente tenso no le estaba gustando, ademas su jefe prácticamente fue obligado a invitarlo, no quería esto.

—Disculpen, no creo que sea necesario, yo en realidad...

—¿Será en el sitio de siempre?— Jin interrumpió.

—Es correcto— Dijo el CEO mientras movía sus dedos por el teclado de su computadora —Bueno, comencemos a hablar de trabajo que para eso los cité.

Jimin ya no pudo desistir, cuando llegó a esta ciudad se había prometido muchas cosas así mismo, las cuales le eran difícil cumplir, cómo está por ejemplo, tenía que luchar para enfrentar al mundo y poder expresar sus opiniones, decir lo que pensaba sin miedo a las consecuencias.

Antes se sentía tan pequeño e insignificante, él se lo repetía cada que tenía oportunidad, la estabilidad mental de Jimin pendía de un hilo pero fue tan fuerte, lo sigue siendo, así que mientras veía a su jefe parlotear cosas sobre el contrato se prometió y esta vez lo iba a cumplir que alzaría su voz, era hora de dejar atrás al Jimin tímido, callado y obediente, para eso estaba aquí después de todo.











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Hola de nuevo 🥰

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Mi amor, Mi venenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora