La puntualidad era algo tan importante para Jeon Jungkook así como respirar, teniendo una agenda tan apretada no podía darse el lujo de perder minutos valiosos de su tiempo, eso significaba tirar dinero a la basura deliberadamente.
Estar sentado en un restaurante esperando más de una hora era algo inadmisible, agradecía que gracias al celular pudo hacer una que otra cosa, pero en cuanto se dio cuenta de los dos hombres que llegaban la bilis se le subió al cerebro.
—Pero mira que pequeño es el mundo, encontrase con el mismísimo CEO Jeon Jungkook casualmente mientras salimos a cenar— Intentó bromear Jin pero si las miradas mataran...
—Sabes de antemano que odio la impuntualidad.
—Lo siento, fue mi culpa, salí y no encontraba el lugar, después me perdí y llamé a Jin, tengo muy poco tiempo aquí en la cuidad—Dijo Jimin mientras se sentaba frente a su jefe.
Al parecer ese chico pelirosa no podía verse menos hermoso, era extraño que cada día que lo miraba encontraba algo más atractivo en él y de pronto se dio cuenta de lo mucho que lo estaba observando y desvió la mirada hacia Jin cuando comenzó a hablar.
—Bueno yo me tengo que ir, tenía poco tiempo para cenar porque olvidé una reunión— Dijo repentinamente.
—Pero Jin tú no me dijiste nada de esto, de verdad lo lamento.
—Lo siento Jimin, si te lo decía no hubieras querido venir y aquí nuestro jefe no se podía quedar plantado.
—Esto es un desastre, me voy— Apenas se iba a poner de pie el CEO y Jin se lo impidió.
—Cena con mi amigo y después lo llevas a su hotel, me lo debes, ¿recuerdas esa vez en el Per Se?— Sin decir más se dio la media vuelta y se fue.
Todo se transformó en un silencio incómodo, de pronto un mesero llegó y cada uno ordenó sin dirigirse palabra o mirada alguna, después ya estaban comiendo y ya casi al finalizar Jimin decidió romper el silencio mirando a los ojos a su jefe.
—Gracias por la cena, sé que esto sobrepasa por mucho los dos dólares que me debía.
—No pareció que te agradara mucho de todos modos— Dijo el CEO desviando la mirada a sus cubiertos.
—Yo... no me malinterprete pero hace unos momentos estaba tan molesto que creí inconveniente abrir la boca, preferí ignorarlo— Jimin podía jurar que sus orejas estaban completamente rojas, era la primera vez que le respondía de esa manera a su jefe.
—Tenía hambre— ¿Hizo un pequeño puchero o fue producto de la imaginación del pelirosa?
—¿Es un bebé acaso?— Sonrió entrecerrando sus ojos directo a su jefe frente a él.
—Tú eres el bebé, con ese cabello rosa te quitaste como cinco años— Parecía mas joven, sin embargo seguía siendo el más hermoso a sus ojos por supuesto.
—Entonces a partir de ahora tengo 16 años y ¿usted cuantos años tiene?— El ambiente tenso entre los dos de la nada se había disipado.
—¿Cuántos me calculas?— Dijo alzando un poco su rostro para que su modelo lo observara, siempre la gente a su alrededor creía que era más joven por lo que ya estaba acostumbrado a esos halagos, después bebió un poco de vino esperando la respuesta.
—Unos 45, maximo 50 años— Tan pronto como dijo esas palabras su jefe frente a él se atragantó y comenzó a toser sin control, su risa escapó sin darse cuenta hasta convertirse en carcajadas llamando la atención de sus alrededores.
—¿Así que te gustan las bromas?— Dijo Jungkook después de recomponerse.
—Creo que juntarme unos minutos con Jin me afectó— Seguía sonriendo y para su sorpresa ahora su jefe también lo hacía.
—Te dejaré con la duda, podría tener 21 años y nunca lo sabrás— Le dijo alzando una ceja.
—Sin ofender pero definitivamente no podría verse de 21 años— Seguía bromeando con su jefe y le estaba gustando.
—Ya me ofendí cabeza de algodón de azúcar— Dijo el CEO con una media sonrisa, el corazón de Jimin respondió emocionado latiendo con rapidez.
—Mejor ya lléveme a mi hotel, ya no puedo escuchar otro insulto así de humillante, no lo soportaría— Bromeó sonrojado y ambos se pusieron de pie ¿qué le estaba pasando?
—Después de ti— Jungkook levantó su brazo derecho hacia enfrente y así salieron del restaurante.
Mientras Jeon Jungkook conducía de vez en cuando observaba el perfil de Jimin, su nariz era tan pequeña y sus labios tan gruesos que el conjunto de ambos era un encanto absoluto, ¿será que siquiera al verse al espejo tenga la certeza de lo que posee?
Después de estacionarse cayó en cuenta que el pelirosa prácticamente estaba viviendo en un hotel y aunque no debería ser de su incumbencia, tampoco debería estarse ocupando de asuntos que no fueran suyos lo estaba haciendo en ese momento.
—¿Puedo hacerte una pregunta, antes de que te bajes del auto?— Tenía una idea y no creía que fuera tan mala.
—Dígame— Respondió el modelo con curiosidad.
—¿Porqué te estás quedando en un hotel? ¿No has encontrado departamento?
—La verdad no y pues no conozco mucho la cuidad, vi algunos pero estaban en muy mal estado y otros demasiado caros, así que pues seguiré aquí mientras tanto.
—Yo tengo dos departamentos vacíos, puedo ofrecerte uno si gustas— Ni él mismo creyó que eso estuviera saliendo de su boca y el chico a su lado tampoco.
—No creo poder pagar el alquiler, tengo dinero ahorrado pero tarde o temprano se me acabará, necesito algo que se ajuste a mi presupuesto y no creo que algo de su propiedad lo haga.
—¿Insinúas que te pago muy poco?
—No, para nada, es un buen sueldo pero no tiene comparación.
—Estoy bromeando, por supuesto que sé que te pago lo suficiente, de todas maneras no te iba a cobrar renta, tómalo como un préstamo para asegurarme que serás mi modelo las veces que sea necesario— Una manera de mantener esta belleza asegurada a su lado pensó el CEO.
—Eso es tentador— Susurró Jimin.
—Lo tomaré como un si, tienes 15 minutos para tomar tus cosas y te llevaré— Dijo antes de que su modelo se negara.
—Aún no le dije que si.
—Es tentador, ¿recuerdas?
Con una sonrisa Jimin bajó del auto y Jungkook se preguntó qué diablos acababa de hacer.
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Mi amor, Mi veneno
FanfictionJimin llega a Nueva York y sin esperarlo es contratado como modelo por el CEO Jeon Jungkook, de la empresa de cosméticos más importante del momento, su jefe era heterosexual, hasta que se enamora de su belleza angelical inigualable, pero ¿debería co...