Mi amor, Mi veneno

3

De manera que aquel rubio que se encontró en la calle si era un modelo, lo confirmó al verlo entrar a la audición, poco le importó que llegara cuando estaban a punto de empezar, al verlo perdió la cabeza y de inmediato lo seleccionó, Jeon Jungkook odiaba a la gente impuntual, a la gente que iba desaliñada al trabajo, y allí estaba frente a él un chico algo despeinado, se notaba que ni siquiera se había tomado el tiempo de prepararse para verse bien para la audición y aun así podía ver más allá de la mancha enorme de mostaza en su suéter, era el hombre más hermoso que sus ojos habían visto y lo quería para modelar su marca.

—En realidad ni siquiera sé qué hago aquí— Dijo Jimin con timidez —Solo quería ver a Jin.

—Así que eres un fan de Jin, entonces no me hubieras hecho perder el tiempo, mientras los minutos corren se me escapan dólares por la ventana, sabes... te vi potencial y me hiciste que corriera a todos los demás modelos que si querían trabajar— De pronto el CEO estaba demasiado molesto.

—Bueno, sí necesito trabajar, tarde que temprano se me acabará el dinero, solo que no tengo ninguna experiencia, lo siento— Sentía esa mirada sobre su persona como si lo estuviera escaneando, por un momento le recordó a él y no pudo evitar mirar sus pies actuando con total sumisión.

—Solo voy a necesitar tus labios, por ahora, así que no es la gran cosa, empiezas mañana a primera hora— Jeon Jungkook quería atrapar a ese hombre tan pronto como fuera posible, ni siquiera le importó su falta de experiencia.

—Pero ¿cómo haré? Disculpe pero me pone nervioso no saber y ¿si hago algo mal?— Jimin parecía un pequeño cachorro asustado.

—Como dije antes solo necesito tus labios, así que mantenlos bien hidratados, ahora retírate que tengo trabajo por hacer— Siguió observando al rubio hasta que se marchó aun con la cabeza baja.

Al CEO Jeon le encantaba imponer su autoridad y que sus empleados obedecieran de inmediato sus órdenes pero había algo extraño en ese chico, quizá era demasiado asustadizo o muy tímido, era raro que alguien con su belleza no tuviera el ego por los cielos, no parecía ese tipo de persona en lo absoluto.

Después de unas horas Jimin estaba demasiado entusiasmado, pues ya le habían explicado en qué consistía su trabajo y le gustó tanto la idea que al salir de allí fue de inmediato a hacerse un cambio de imagen para verse mejor, la estilista le sugirió un nuevo color de cabello y aunque nunca lo había siquiera pensado esta era su oportunidad, ya nadie podía decirle que hacer y que no hacer.

—Rosa— Sonrió para sí mismo —Por favor, hágalo antes de que me arrepienta.

—Te quedará precioso, enseguida empezamos.

...

Al día siguiente Jungkook no daba crédito a lo que veía, mentalmente estaba aventándose por la azotea de su edificio, morir ahora mismo mataría también todo el estrés de ver a su modelo con el cabello color...

—Algodón de azúcar, fue lo que pensé porque me gustan y pues, quería verme bonito— Observó atento y contó los segundos, su jefe lo miraba con los ojos muy abiertos y sin pestañear, el labio inferior le estaba temblando y de repente comenzó a gritar.

—¿Quién demonios te dio autorización para echarte a perder así el cabello? ¡Si quisiera un maldito algodón de azúcar como modelo hubiera ido a la dulcería! ¡Te dije que solo hidrataras tus labios! ¿Era tan difícil hacer una sola cosa?— Jimin lo había sacado de sus cabales, era tan perfeccionista que no podía permitir esa clase de cosas.

—Yo lo siento— Cubrió su rostro e intentó huir de ahí pero no pudo avanzar pues lo sujetó del brazo.

—¿Ahora planeas irte? ¡Salgan todos de aquí!— No lo soltó hasta que vio al último del staff salir por la puerta —Levanta la cabeza y mírame ¿Estás muriendo de vergüenza ahora? Eso hubieras pensado antes.

—Déjeme ir— Dijo sollozando.

—¿Porqué estas llorando? ¿Tan débil eres?— Le tomó de la barbilla y pudo ver cómo brotaban las lágrimas de los hermosos ojos, sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios rosas al igual que su cabello, era tan precioso, que se olvidó por completo del rubio que conoció ayer y le dio la bienvenida al pelirosa.

—Lo soy y es lo que más odio de mi— Se quedaron unos segundos viéndose a los ojos, algo cambio en la mirada profunda de aquellos ojos negros que aceleraron el corazón de Jimin.

—No es tan malo después de todo, quiero que llores mientas te fotografían, ningún maquillaje igualara ese sonrojo— Después lo soltó y le dio la espalda —Por cierto, soy así con todo el mundo, acostúmbrate o llorarás cada que me veas y sobre todo, no vuelvas a tocar nada de ti sin mí autorización.

—Si señor— Le dijo Jimin con la voz temblorosa.

...

—A ver mi amor, enfócate corazón, o te me pones a llorar como dijo el avinagrado de Jeon o te pongo chile en los ojos— El famoso fotógrafo Kim Heechul se estaba hartando de la inexperiencia del ahora modelo Jimin.

—Lo siento, es que no puedo— El peligrosa estaba estresado, llevaba media hora y las lágrimas no salían.

—Piensa en algo triste, yo que sé, cómo cuando...

—Como cuando estas solo extrañando a tu familia, o alguna novia o novio quizá— Dijo Wonho abriéndose paso entre en staff, Jimin de inmediato pensó en su madre.

En un pestañeo las lágrimas brotaron, no lloraba por su madre muerta, lloraba por lo que era antes de que ella se fuera de este mundo, un chico normal que asistía al colegio y no pensaba nada más que en aprobar sus exámenes, que deseaba tener novia pero no se lo permitía porque no quería descuidar sus estudios, ya no podría volver nunca a ese pasado, él estaba roto.

—Oh creo que ya es más que suficiente corazón, se te van a desaparecer los ojos, estás llorando como si quisieras crear un nuevo océano— Mientras Jimin estaba en sus pensamientos Heechul tomó suficientes fotografías de distintos ángulos.

—Jimin, ¿estas bien?— Wonho estaba deslumbrado con la sensibilidad del pelirosa, nunca se había sentido así con ningún modelo.

—Tengo que salir un momento— Necesitaba calmarse, quizá ir a tomar aire.

Salió rápidamente y al caminar por el pasillo se encontró con el señor Jeon que llevaba a su secretaria detrás de él como una sombra.

Jimin intentó esquivarlo pero su jefe se lo impidió y lo tomó del brazo y aunque deseaba no verse así de miserable no podía evitarlo, pero al fin y al cabo era lo que le habían pedido.

—Ve y dile a Heechul que me mande todas las fotos a mi correo electrónico, sin editar, después localiza a Jin y dile que me llame cuanto antes— Le ordenó a Lia, ella sin reparo obedeció como siempre, dejándolo a solas junto a su modelo que aun sostenía del brazo.

—Sígueme— Lo soltó y dio la media vuelta para caminar por todo el pasillo hasta el elevador.

Jimin lo siguió, este hombre junto con su actitud mandona lo ponían nervioso, al abrirse las puertas del elevador y entrar, el perfume que portaba el CEO inundó sus sentidos, tan masculino, tan...

—Ven aquí— De nuevo camino detrás de él hasta llegar a su espaciosa y lujosa oficina.

Al entrar y escuchar el clic de la puerta sintió como de repente unos fuertes brazos lo rodearon, su cuerpo completo cayó recargado en un musculoso pecho, mantenía sus brazos a los lados, sin embargo cuando menos lo pensó allí estaba, también abrazando a ese hombre que hace unas horas había sido cruel, estaba disfrutando del aroma del perfume del cuello de su jefe.

Ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que recibió un abrazo, se sentía tan bien, cálido y protegido, se olvidó donde estaba y con quien y se aferró sumergiéndose en esa sensación.

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HOLIS!!!!

Quién entiende a Jeon? 😳