Hasta el amanecer +18

capítulo 8

Al llegar a casa veo que hay un papel que me han metido por debajo de la puerta. Reconozco la letra. Es de Lucas. 

"Te he estado llamando y no me contestas, tampoco contestas ni lees mis mensajes y pues esta es la única opción que me queda para que me escuches o mejor dicho leyeras lo que tengo que decirte. Lo que pasó fue un error. Un error imperdonable para mí. No sé como me he dejado llevar por ella pero, ahora que no te tengo sé que a quien quiero es a ti. Que mis sentimientos son muy fuertes hacía ti y sé que dirás que no me vas a creer, que si tanto te quería no te hubiese hecho eso y la verdad es que tienes razón. Te doy toda la razón del mundo y entiendo tu enfado y entiendo que me hayas echado de la casa y que tampoco quieras hablar conmigo. Pero de verdad debes de creerme que te amo con todo mi corazón. Lo mío con ella se ha acabado desde ese día que nos vistes y te juro que no la he vuelto a ver y tampoco quiero verla. Yo sólo quiero verte a ti y quiero estar contigo. Me haces mucha falta. Por favor, dame la oportunidad de demostrarte que te amo y vuelve conmigo. Por favor, perdóname, y feliz cumpleaños. Por cierto te he comprado un regalo, lo tienes en el buzón.

Llegar a casa después de una noche de locura en la que te lo pasas bien y ahora leer algo así es como si me hubieran arrebatado la felicidad en ese momento. Cuando termino de leerlo inconscientemente me sale una lagrima, pero es solo de rabia. Toda esa felicidad antes mencionada es ahora convertida en rabia y con la misma arrugo el papel convirtiéndolo en una bola y lo tiro a la basura de la cocina. Luego voy al buzón y veo una cajita. Lo abro y es un anillo precioso, pero también lo tiro a la basura. No quiero saber nada de él. No quiero nada de él. El regalo de cumpleaños ya me lo ha dado con el disgusto y desilusión que me lleve con él. Y vaya regalo, el peor de mi vida. Mejor me voy a dormir, para olvidarme de todo.

Es domingo, miro el móvil veo más mensajes y llamadas perdidas de Lucas y ni los leo ni nada. Pienso en todo lo que hice anoche y no sé como de verdad me acosté con ese desconocido. Por lo menos a Daniel lo conozco desde hace años pero a ese que ni siquiera sé su nombre, no sé porque me he acostado con él y hice todas esas cosas con él. Me doy vergüenza de mí misma. Miro en el bolso que llevé anoche y veo la tarjeta que me dio y veo que se llama Alberto. No sé porqué guardo la tarjeta de nuevo, por si acaso. 

La cabeza me da vueltas y de repente me entran unas enormes ganas de vomitar. Me la paso en el baño vomitando hasta la bilis, algo me sintió mal. Será todo lo que bebí, será el haber recordado lo que hice o será la raya que anoche me metí. No sé porque he hecho eso, siempre he sido una anti droga, ni siquiera le he dado una calada a un porro en mi vida. Alyson tiene razón, no sé en qué me estoy convirtiendo. Siento algo en el pecho al acordarme de sus duras palabras, sé que  tengo que hablar con ella pero no me encuentro bien en este momento, me duele la cabeza y mi aspecto es horrible. Sólo tengo ganas de dormir de nuevo, pero antes de meterme en la cama, voy a la basura de la cocina,. Recupero la nota, el anillo y lo guardo en mi mesilla de noche. No sé porque he hecho eso pero mi subconsciente me dice que lo haga porque me reconcome la conciencia.

Cuando consigo dormirme me suena el teléfono. Otra vez. No puede ser. No miro quién es y no lo cojo. Pero vuelven a llamar. Dispuesta a apagar el móvil veo que era mi madre y contesto.

– Hola mamá, ¿Pasa algo?

– Hola cariño, ¿Dónde estas?

– En mi casa, ¿Porqué?

– ¿Ya lo has olvidado?, habíamos quedado que almorzábamos hoy para celebrar tu cumpleaños. Dijiste que ayer no ibas a poder y que lo haríamos hoy. Ya están aquí tus tíos, tus primos, tus hermanos y tus sobrinos.

Joder, la comida. Me había olvidado por completo. No tengo ni puñeteras ganas de ir, pero tengo que hacerlo.

– No mamá, no me he olvidado - Miento - Es solo que se me ha hecho un poco tarde, en un rato estaré ahí.