Horas antes de salir a cenar con Daniel tocaron en la puerta, vi por la mirilla de la puerta que era un repartidor y cuando abro me dice..
– ¿Es usted la señorita Sofía Diaz?
– Sí, soy yo.
– Esto es para usted. - Me dice entregándome un enorme ramo de rosas.
– ¿Esto es para mí? ¿Quién me envía esto? - digo extrañada, pensando en que podría ser Lucas y su forma de pedir perdón pero no creo que se gaste tanto dinero en unas flores. Es que tampoco él tendría dinero para regalar esto.
– No lo se señorita, yo solo doy ordenes de entrega. hay una nota, quizá ahí le diga. Que pase un buen día. - me dice despidiéndose.
– Muchas gracias, hasta luego. - dije cerrando la puerta.
Puse las rosas en un jarrón. Eran preciosas de color rojo y rápidamente cogí la nota a ver que decía.
"De una flor tan hermosa para otra flor todavía más hermosa. No sé que es lo que haya pasado para que cambies de opinión respecto a mi invitación, pero me encanta.
PDT: Las rosas son rojas como el vestido así que ya sabes que espero que te lo pongas hoy.
Con mucho cariño, Daniel."
Las rosas me encantaban. El vestido y la bisutería también. La verdad es que es una persona muy detallista.
Mire el reloj y vi que eran las 19:30 así que empecé a arreglarme. Me duche y me puse la ropa que me había regalado Daniel. El vestido y la bisutería me quedaba genial, lo combiné con unos zapatos de tacón alto que me había comprado hace unos días y que aun no había estrenado. La verdad es que estaba espectacular. Con ganas de comerme el mundo. Con ganas de demostrar quién es ahora la nueva Sofía, la nueva yo. Se acabó la rutina y el estar sometida a un solo hombre. A partir de ahora, solo les utilizaré.
Cuando Daniel pasa a buscarme, me toca en la puerta. Al abrirle su cara estaba desencajada y con la boca abierta..
– Wow. Me tienes sin palabras. Eres una diosa. - me decía mientras me miraba de arriba a abajo.
– No exageres, pero.. ¿has visto lo bien que me queda lo que me has regalado? ¿Venga nos vamos?.
– La verdad que si te queda muy bien, es que tengo buen gusto. Vamos hermosa. - me dijo riéndose.Me llevó a cenar a un sitio elegante, se nota qué es una persona con clase. Después de haber degustado esa rica cena y de haber acabado entre los dos la botella de vino más cara de la carta, ya veía en su cara que quería preguntarme lo que me había pasado. Así que me adelante y le dije.
– Ya sé que quieres que te cuente respecto a lo que ha sucedido para que yo cambie de idea tan repentinamente.
Él solo asiente con la cabeza.
– Pues para eso necesito necesito algo un poco más fuerte que el vino.
Él me mira con unos ojos como de preocupación pero al mismo tiempo le sale una sonrisa por lo que me ha escuchado decir. Entonces llama al camarero para que nos sirvan algo. Él pide whisky y yo me pido un Gin tonic. Aunque no estoy acostumbrada a beber, pero lo necesitaba para desahogarme.
– Bueno.. ya que tenemos los tragos, ¿me vas a contar?
– Pues mira, para hacerte un breve resumen te diré que el hijo de puta de mi novio se ha acostado con su ex... ¡En mi propia cama!. El tío le estaba dando ahí muy duro por el culo. Hasta que he llegado yo y los he echado de mi casa. - le conté aún sin poder sacar esa imagen de mi cabeza.
– ¿En serio? No me lo puedo creer. ¿Qué vas a hacer ahora? - me preguntó con la cara de asombro.
– Luego te contaré lo que voy a hacer. Vamos a algún sitio. Necesito beber más.
– ¿Te vas a emborrachar? ¡Pero si tu no bebes!.
– Pues por eso mismo. Se acabó la Sofía de antes. Voy a beber, a fumar y ¡a vivir la vida!. - le dije mientras le quitaba el cigarro de la boca.
– ¡Pero si tampoco fumas! Creo que esto se te está yendo de las manos. - su cara no daba crédito a lo que yo estaba diciendo.
– Daniel, ¡se acabó! No soy la misma de antes. Quiero ser otra. Quiero pasarlo bien por lo menos ahora. Dime, ¿quieres acompañarme, sí o no?.
– Sí, yo no tengo problema en acompañarte, solo.. - no le dejé terminar la frase.
– Genial pues no digas nada más, solo vamos.Me levanté de la mesa directo a la salida, él fue a pagar la cuenta y cuando sale me pregunta.
– ¿A dónde vamos?
– Sígueme, aquí al lado hay un garito genial para pasar la noche.Fuimos a un bar de copas que había cerca, el cual yo ya conocía porque había ido anteriormente con mis amigas. Yo no soy de beber alcohol y cada vez que salía me tomaba un refresco. Pero esa noche si bebí. Pedimos lo mismo de antes. Y entre un par de tragos y la música me volvió a preguntar.
– ¿Entonces?, Al final te vas a emborrachar y se te va a olvidar de contármelo. - me decía con esa sonrisa cautivadora que el tenía.
Yo le miré. Le sonreí. Me acerqué a él lentamente y lo besé. Al principio él se quedó como un poco sin saber que hacer pero después reaccionó y me siguió el beso. El beso iba cada vez más deprisa. luego deje de besarlo y le dije al oido...– Te espero en el baño de chicas.- le guiñe el ojo y me fuí.
Él no contestó nada. Solo se quedó mirándome. Tenía cara de estar flipando. Pero cuando me vio entrar, fue detrás, tocó la puerta y le abrí. Lo deje entrar y deprisa cerré con el pestillo.
Cuando cerré la puerta me lo llevé contra la pared y lo empecé a besar mientras le quitaba la chaqueta y la camisa. Luego lo besé en el cuello y él ya que no podía contenerse más. Me agarró por la cintura y me atrajo hacía él. No le hacia falta quitarme la ropa porque tenía un vestido corto y él solo me subió encima de él contra la pared. Se desabrochó el pantalón. Me rodó el tanga que yo tenía puesto. En un momento, sin darme cuenta de lo rápido que paso, él ya la tenía dentro de mi y pude sentirla. Al principio era como una sensación extraña. Estar follando con otro tío que no sea Lucas. Después de tanto tiempo sin estar con otro hombre. Pero Lucas me falló y yo no me iba a quedar cruzada de brazos y no iba a perder la oportunidad de experimentar cosas nuevas.
Daniel me empotró contra la pared mientras su polla entraba y salía, deslizándose. Su polla era grande y me llegaba hasta el útero. Me tenía tan excitada que yo lo tenía muy húmedo. Luego se sentó en el inodoro y yo encima de él para que nos fuera mas fácil y follamos mientras nos besábamos y nos tocábamos. Hasta que tocaron la puerta. Salimos de nuestro maravilloso mundo en el que nos encontrábamos y fue entonces cuando entendimos que no era el lugar adecuado. Como pude me levanté y cuando su polla salió de mi coño, se empezó a correr. Él estaba excitado y yo viendo cómo él se corría me excitaba a mí también. Lo mire y vi que estaba maldiciendo por eso. Porque no quería terminar tan pronto pero los nervios y lo cachondo que estaba pues le pasó lo que le pasó. Yo solo le sonreí y le dije;
– No te preocupes. La noche es larga. Venga vístete que nos vamos, aún podemos rematar la faena en otro sitio.
Él sonrió cómplice a mis palabras y me hizo caso...
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Hasta el amanecer +18
RandomSofía es una joven de 27 años que está felizmente enamorada de su novio Lucas de 20 años, pero una vez que ella volvía del trabajo se llevó una gran desilusión al encontrar a su actual novio en la cama dándole duro a su ex novia. A partir de ese dí...