Cap 7: Quidditch

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Harrison iba caminando por los pasillos para acudir al desayuno acompañado de sus amigos y del profesor Snape, quien había decidido acompañarlos para responder dudas que tenían los jóvenes sobre su clase.

Era sábado y luego de desayunar Harrison tenía que ir a las pruebas de quidditch. La charla que mantenían fue interrumpida y estropeada por cierto viejo adicto a las gotas de limón.

-Harry, mi muchacho, ¿podrías- No pudo terminar la frase al ser interrumpido.

-Para.- dijo cortante Harrison.

-¿Perdona?- dijo el viejo focha.

-Dije que pares, no tenemos la confianza suficiente ni te he permitido que me llames por mi nombre. ¿Acaso nunca te enseñaron modales? O me llamas por mi apellido o no me llamas. Ahora, si nos disculpas, tenemos que asistir al desayuno o nos lo perderemos.- dijo el menor para comenzar a avanzar de nuevo con su grupo y retomar la charla.

Cabe decir que Albus estaba más que molesto: el chico que debería ser su marioneta personal estaba teniendo un comportamiento rebelde hacia él, más que nadie, y había cambiado la perspectiva de muchos hacia él en poco tiempo. ¿Qué se suponía que habían hecho esos muggles con el chico cuando los dejó con ellos? Si trabajo de hacerlo ignorante y sumiso había fracasado estrepitosamente, además de que no contaba con las restricciones alimenticias del menor que le dificultaban el suministrarle pociones, las cuales tampoco habían ayudado por el tema de no saber qué ingrediente de estas es la que provoca la alergia en el menor haciendo que las detecten de manera muy rápida.

Si quería que el chico estuviera bajo su control, y no lo conseguía un avance en los próximos 7 días, iba a comenzar a tomar medidas más drásticas que había tenido que usar en el pasado para que sus planes salieran como él quería.

Harrison suspiró llamando la atención de los demás.

-¿Pasó algo?- preguntó Draco.

-¿Alguna vez usaron legeremencia en ese anciano?-

-Ni si quiera yo tengo tal nivel como para romper su oclumancia.- Dijo Snape haciendo entender a pos demás que leer la mente del hombre no era moco de pavo.

-Pues digamos que lo acabo de hacer con él y sus planes son preocupantes cuanto menos.- explicó el moreno de gafas.

-Reunamonos en la sala de menesteres luego de tu prueba de quidditch y nos cuentas.- sugirió Ron.

-De acuerdo.-

-(La sala de menesteres.... hace tiempo que no voy allí.)- pensó el profesor.

Continuaron su caminata hasta el gran comedor donde se dispusieron a desayunar. Afortunadamente no pasó nada durante la comida, a excepción de que le llegó un paquete a Harrison.

-¿De quién es?- preguntó Pansy con curiosidad, pues el paquete era de un tamaño generoso.

-Es de mi tía Petunia.- dijo Harrison mientras abría la carta adjunta para leer el contenido.

|Querido Harrison,

Cuando me contaste que vas a aplicar para las pruebas de quidditch no pude contenerme y me puse a buscar esto.

Esta escoba pertenecía a tu padre y la dejaron a mi cuidado cuando Lily me la envió para que te la diera. Al ser un modelo antiguo y pasado de moda pedí que la arreglaran para un modelo más actual, pero de buena calidad. Gracias al cielo que soy squib y pude pasar al callejón Diagon para poder ir al taller.

Por cierto, noticias, Dudley es un mago también y ha comenzado a asistir a Beauxbatons, a lo mejor te lo encuentras algún día. Tu tío no sabe de esto por lo que lo hemos y vamos a mantener en secreto.

El nuevo Newt Scamander del Bosque Prohibido - Harry Potter (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora