03 | Uno de los mil apodos.

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27 de febrero 2018

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27 de febrero 2018

—¿desde cuándo cocinas? —le pregunte mientras lo miraba cortar las fresas en pedacitos pequeños— sé que estudias Gastronomía, pero mi duda es... ¿desde cuándo te gusta?

—desde pequeño cocino, siempre me ha gustado. Tal vez sea porque mi madre es una chef y desde pequeño me enseño el arte de la cocina—me respondió sin mirarme.

Supuestamente yo soy la linda ayudante de Lucas para terminar de hacer un postre de fresa, pero en realidad no he hecho nada, solo me la he pasado cantando canciones o robándome trozos de las fresas que cortaba Lucas. Resulta que al pobre no le sale los postres muy bien, y ha querido practicar por lo que con la excusa de que hagamos una comitiva junto a Liam, Rebecca y Rose se ha puesto a hacer este postre.

—¿no hay algo que pueda ayudar? También se cocinar bastante bien—murmure y él se detuvo para mirarme de arriba abajo.

—ya acabamos Anne, solo falta moldearlo y mandarlo al refrigerador— me miro a los ojos.

Cuando sus ojos se encontraron con los míos, un pequeño hormigueo paso mi todo mi cuerpo y no tarde en hacerme recordar que solo somos amigos, que yo no siento nada aparte de una linda amistad.

—pero...no te he ayudado—aparte mi mirada.

—puedes cortar zanahoria para Rocco, le encanta la zanahoria—murmuro Lucas.

Una gran sonrisa apareció en mi rostro cuando Lucas nombro a su cachorro de Diez meses. Rocco Myers es un boyero de Berna, es una cosita bella y muy grande. Esta demasiado grande a sus diez meses. No he visto a Rocco en persona, solo en fotos que le han tomado los chicos. Por tal manera que me emocionaba mucho verle.

En este momento Liam lo estaba paseando, no lo alcance a ver ya que aproximadamente unos treinta minutos había llegado de la universidad al departamento de lucas.

—por supuesto.

—deben de ser algo delgadas, no le gusta muy gruesas—añadió.

—¿tienen que ser exactamente delgadas? —pregunte y él asiente— yo no sé cortarlas de esa forma.

—no hay problema, yo te enseño.

se hizo a un lado para que yo Me pusiera al frente de la tabla de cortar y puso la zanahoria en la tabla. Lucas se movió de mi lado para estar atrás mío, mi cuerpo se tensó cuando su manos se colocó encima de la mía, guiándola hasta quedar en el mango del cuchillo.

—sostén el cuchillo fuerte—hablo cerca de mi oído.

Yo solo asentí, sintiendo como el calor entraba a mi cuerpo al sentir su respiración en mi cuello. Sus manos algo frías hacían mover las mías cortando cortes ni tan delgados ni tan gruesos de la zanahoria. Estaba mirando la tabla de picar pero en realidad, estaba distraída con su aroma, con su toque...por lo que no me di cuenta cuando terminamos de cortar la zanahoria.

Un Corazón Por Sanar  ( Saga Corazones : Libro 1 ) En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora