Capítulo III: El Reino Oscuro

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Mapa de los cuatro reinos

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Mapa de los cuatro reinos

Mi cuerpo comienza a sentirse cada vez más ligero, como si flotara en una nube, entonces veo como se abre lentamente un agujero por debajo de mi cuerpo, puedo ver el lago. Comienzo a caer e intento aferrarme con las manos a algo sin ningún resultado, caigo en el centro del lago de golpe, mi cuerpo se hunde hasta el fondo, es de un color verde muy claro, tan claro que se ve todo, veo a peces nadar huyendo de la zona en la que he caído y unas pequeñas plantas que se balancean por el impacto.

Comienzo a bucear hacia arriba y una vez que tengo la cabeza fuera observo los árboles oscuros que contrastan con las aguas cristalinas, el cielo está también oscuro a pesar de ser por la mañana, comienzan a salir unas chispas del cielo, abro los ojos e intento apartarme lo más rápido que puedo, pero es imposible, el portal se abre nuevamente y Luka cae prácticamente encima de mí, ocasionando que me hunda nuevamente.

Vuelvo a salir a la superficie y veo a un Luka aguantándose la risa, no lo consigue y a los tres segundos comienza a reírse a carcajadas. Comienzo a nadar para salir del lago, es bastante ancho, una vez ambos fuera comenzamos a escurrirnos la ropa y el pelo, me quito el corset negro para poder escurrirme la camisa, Luka hace lo mismo.

Nos quitamos las botas y los calcetines y nos sentamos en la orilla, a la espera de secarnos un poco antes de emprender el camino, intento peinarme como puedo y luego le quito a Luka trozos de plantas del pelo.

-¿Por qué me has seguido?-le pregunto finalmente-.No pensaba que fueras a venir, y menos que confiaras en mi plan.

-No lo sé-se encoge de hombros-.Supongo que no quería que vinieras sola y que pasaras por esto sin tener a nadie contigo.

Me acerco a mi amigo y le emparejo el pelo antes de darle un abrazo, intentando evitar las lágrimas ante lo que me ha dicho.

-Gracias.

Comenzamos a hablar de cómo salir del lago y llegar al pueblo, los calcetines están menos mojados así que nos volvemos a poner los zapatos y damos vueltas sobre el lago en busca de algún camino.

El lago no es muy grande, pero sí lo suficiente como para que dé pereza darle la vuelta entero, entonces lo vemos, un camino de tierra con marcas de ruedas en él, Luka y yo comenzamos a seguir el camino, dejando atrás el lago que ya no era visible para nosotros y el canto de los pájaros que conforme nos vamos alejando se va perdiendo.

El camino es igual todo el rato, mismos árboles, unos cipreses enormes que se repiten continuamente, no hay ningún camino en los laterales, únicamente por el que vamos andando, el suelo comienza a temblar muy levemente, oímos un galope acercarse hacia nosotros, se trata de un carro viejo de madera tirado por dos caballos.

El carro se para a nuestro lado, Luka y yo nos quedamos inmóviles hasta que se abre la puerta y de él baja un hombre muy barbudo y grandullón que nos mira sonriente. Baja los escalones, que crujen sonoramente ante su paso, de un salto se pone frente a mí y me sonríe de una forma que hace que se me pongan los pelos de punta.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2022 ⏰

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