Cristal Granate - capitulo 2

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La clase avanzaba de forma normal, el profesor frente a la clase si bien parecía algo tenebroso había demostrado ser muy claro y efectivo en su forma de enseñar

El profesor no había perdido mucho el tiempo desde que comenzó la clase, apuro las presentaciones y presentó su forma de conseguír puntos en su clase, detallo que cada participación durante sus clases conseguirían puntos, estos se podrían canjear por diferentes beneficios

También había expresado que si alguien no cumplía las metas de su clase aumentaría sus deberes, si no los cumplía éstos serían incrementados de nuevo, pasado este punto tendría una reunión con sus padres

Si bien parecía dar la imagen de un profesor que se preocupaba por enseñar esto no era más que un gran acto, sabía que si sus alumnos fueran efectivos en sus estudios las cargas que se le pondrian como profesor serían menores, además si Miura se entera que su clase no va bien seguramente aparecería para reprenderlo

Camino por el aula observando a sus alumnos trabajar, podía notar aquellos que no habían entendido lo explicado, tomo una nota mental para poder ayudarlos eventualmente

Mientras caminaba y ayudaba a sus alumnos en los puntos que le costaban podía sentir algunas miradas, por su experiencia podía notar que la mayoría lo miraba curioso, algo que le parecía excelente, pero había una mirada que lo estaba molestando, se volteo a ver a la joven que se había cruzado esa mañana solo para verla rápidamente disimular hacer sus deberes

Se encogió de hombros mientras se colocaba al frente del salon –bien presten atención, la mayoría ya terminó los puntos dados, ahora formarán grupos de cuatro para verificar sus respuestas– hizo un silencio viendo cómo se miraban entre ellos –formare los grupos al azar– eso no era verdad, esperaba poner a cada uno de los que tenía problemas con quienes habían completado los puntos, esperaba que notarán sus errores entre todos

La clase siguió avanzando, pudo notar como una gran parte de sus alumnos se veían satisfechos con su presencia, siendo que esos mismos lo habían visto sin mucho afecto esa misma mañana, estaba seguro que se debía a sus habilidades como profesor, algo de lo poco que podía sentirse orgulloso

Unas horas más pasaron y llegó la hora del almuerzo, el profesor se retiró de la sala y se encaminó a la sala del personal, tenía cosas que ver y entender de la institución

Luego de un momento llego a la sala, ingreso y vio como el resto de profesores ya estaban en el lugar, algunos bebiendo un te o café, otros tomando un almuerzo ligero como unos onigiri o sopas instantáneas, camino saludando levemente con la cabeza a quien hiciera contacto visual con el

Se acercó hasta la máquina de café que estaba siendo obstruida por una joven profesora que charlaba muy animadamente con otra que parecía no muy entusiasmada con la charla

–disculpe, me daría un lugar– hablo interrumpiendo a la chica de cabello castaño claro, quien se volteo rápidamente en su dirección –no interrumpes mi gran his...– lentamente su voz se fue perdiendo mientras observaba al hombre frente a ella que era físicamente más grande, pero lo que frenó su voz en seco fueron sus ojos –lo lamento mucho, por favor sírvase– la joven se hizo a un lado y realizó una pequeña reverencia en forma de disculpa

Para Hikigaya esto no era muy bueno, lo hacía parecer un hombre de poca paciencia y malos modales, se adelantó a la máquina de café y hablo con la voz más suave que pudo –lamento si fui brusco, al dirigirme a usted– se sirvió su café –no me eh presentado, soy Hikigaya Hachiman, es un placer– esperaba que su esfuerzo para ser cortés tuviera éxito

La joven de cabello castaño claro lo miro detenidamente, su mirada era intensa –Hikigaya... ¿Senpai?– luego de unos momentos la joven lo miro sorprendida reconociendo lo –es usted, Hikigaya-senpai–

Oregairu, Cristales MulticolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora