Cristal Dorado, parte 3

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Caminaba de un lado a otro, dando miradas enojadas a su celular, hace unos 20 minutos que había enviado un mensaje y no había recibido respuesta alguna, sus nervios estaban crispados.

Se detuvo abrutamente y se dirigió a su celular -- ¿no piensas sonar? -- una lúgubre voz resonó en ese departamento.

Para quien viera la escena, no relacionarla jamás esa voz lúgubre, con la joven de rubios cabellos y Excelente figura, sin duda lo atribuirian a un espectro antes que a la chica

Miura siguió viendo enojada a su celular, si no contestaba tendría que llamarlo, si no contestaba la llamada se enojaría muy seriamente.

-- necesito desarrollar esa aplicación cuánto antes -- recordó la idea que había tenido antes -- sin duda, tengo que desarrollarla-- se dio la vuelta para tratar de calmarse.

Empezó a observar su imagen en el espejo de la pared, sin duda la imagen que le devolvía era perfecta, mostraba una imagen increíble para la mayoría de los hombres, una figura voluptuosa, debia darle las gracias a su genética familiar.

-- gracias mamá -- sonrió con ironía a su imagen en el espejo -- si esto alcanzará para conquistar a ese cabeza hueca, te compraria un regalo -- hizo algunas poses más tomando fotos subidas de tono.

Por supuesto estás fotos no las enviaría a nadie, bueno lo cierto es que solo a una persona las enviaría tenía muchísimas fotos de este estilo guardadas y protegidas,

-- ojalá vieras todo lo que te estás perdiendo Hikio -- lo imagino observándola y un rubor se extendió por su cara -- ¿porque no es más fácil? -- se lamento.

Se terminó de vestir y se acercó a ese aparato, en el cual estaba dirigiendo todo su enojo, lo observo detenidamente

-- ¿no piensas sonar eh? --

•••••• departamento de Hikigaya ••••••

Ya se había cambiado, sin duda su imagen en el espejo sería agradable para las mujeres, tal vez, su único punto debil sería sus ojos.

Recordó a su padre -- ¿porque tenías que tener una mirada tan siniestra padre? -- se resigno -- No se puede ganar a la genética ¿No? --

Agarro su móvil y lo examinó, el mensaje de Miura estaba ahí, no sería buena idea ignorarlo por más tiempo, si lo hacía había riesgo de recibir un golpe, o peor, más horas de trabajo.

Su cara se contrajo ante la perspectiva de tener que pasar más tiempo en la oficina, no es que le desagrade su empleo, le desagradaba tener que trabajar

-- si tan solo pudiera dedicarme a disfrutar de las ganancias de la empresa --

Sin duda el haría eso si tuviera la oportunidad, pero su jefa no lo permitiría y si volvía a plantearlo seguramente lo golpearía como la ultima vez que lo planteó

-- duele de recordarlo -- abrió los mensajes de su móvil y se puso a leer

Yumiko Miura

Hola Hikio, ¿por qué me mandas mensajes tan tarde?, se ve que tienes mucha energía, tal vez debas trabajar más duro ¿No crees?, en fin ¿estarás ocupado todo el día?

Observo la hora, pronto serian las 8 am, por lo que todavía había tiempo y prefería tratar con la dulce chica rubia y no con su contraparte malhumorada.

Buen día Yumiko-sama, probablemente esté ocupado todo el día, pero si quieres podemos vernos en un rato, en algún café.

Lo mejor era apaciguar a su jefa y el sabía hacerlo después de todo llevaba varios años tratando con ella, sabía cómo amansar a la fiera.

Estaba a punto de encender su televisor cuando sonó el celular

1 mensaje nuevo

Yumiko Miura

En 30 minutos, al café la felier, podremos hablar y disfrutar del sábado Hikio, ni se te ocurra llegar tarde nos vemos.

-- Eso fue rápido -- murmuró observando el mensaje -- en fin, no tengo nada mejor que hacer por ahora -- agarró sus cosas y se dirigió a ese café, solían reunirse seguido en el, para charlar y pasar el rato.

Caminando por el pasillo hacia el ascensor Hikigaya resoplo, su relación con la mayoría de las mujeres había sido negativas en un balance general, eso lo convirtió en la persona distante a las interacciones sociales que era.

Adoptando la vida del solitario como su credo, eso había cambiado desde su paso por el club de voluntariado y su relación con esas dos, luego de ingresar a la universidad de Tokio volvió a cerrarse, hasta que Yumiko lo obligó a volverse una persona agradable, aunque según ella todavía no lo había logrado.

Recordó a las integrantes del club de voluntariado -- ¿que estarán haciendo? -- su voz sonaba triste, recuerdos fluían a su mente en cascada.

Su relación con Yuigahama Yui y Yukinoshita Yukino, se había vuelto muy distante luego de la graduación, Yukinoshita viajo al exterior, a seguir sus estudios en el extranjero, Yuigahama continuo sus estudios en la universidad local afiliado a Sobu.

Observabo en su celular una foto que se tomaron juntos el día de la graduación -- lo mejor era irme -- <decisiones... Si tan solo hubiera una guía para llegar al final donde todos fuéramos felices> -- me gustaría verlas pronto --

Cerro su celular y se enfoco tenía que tomar una actitud más positiva este día, observo como cambiaban los números en el ascensor mientras bajaba

-- dios bendiga al que inventó los ascensores-- no quería imaginarse el tener que subir y bajar escaleras todos los días desde el piso 17 dónde estaba su apartamento.

•••••• departamento de Yumiko ••••••

Ella estaba contenta, su tonto amigo había acordado verse con ella, en media hora, por lo que se terminó de arreglar y se disponía a salir, ya tenía un plan para hoy intentaría evitar su cita a las 11

No debería ser muy dificil, solo debía hacerle ver qué su compañía era infinitamente mejor que la de cualquier zorra que estuviera en esa aplicación de citas.

-- tal vez estoy muy enojada -- reflexionó -- calmate, respira, no ahí de que preocuparse -- se habló mirándose en el espejo -- aunque, estás tardando en hacerlo tuyo tonta -- hizo una mueca al espejo

Había una razón detrás de la tardanza de confesar sus sentimientos, el miedo, algo tan sencillo y elemental pero que la paralizaba para actuar, que haría si la rechazaba, imposible que lo hiciera, pero si de verdad la rechazaba, que haría después de eso, el solo pensarlo hacía que su corazón se oprima.

Se observo de nuevo al espejo -- si tan solo el lo intentará sería todo mas fácil --

no era por presumir pero ella era a vista de todos una belleza sin igual, por qué entonces el no había echo un movimiento, o intentado dar alguna señal, algo que le asegure que ella no sería rechazada.

Y ahí estaba el mandándose mensajes a través de apps de citas a sus espaldas, era difícil bloquear a todas las que le enviaban mensajes a el, pero lo había logrado hasta ahora, se descuido dos días y el había conseguido una cita.

Ella salió de el edificio de departamentos en su auto uno similar al que tenía una de sus profesoras de la secundaria sobu, un deportivo, tenía que decir que era muy divertido manejar un auto de este tipo.

Manejaba sin prisas hacia el lugar acordado, hacía frío en las calles de Tokio y había bastante movimiento de gente, sin duda el invierno hacía sentir su presencia en las calles, a este paso llegaría 10 minutos antes de lo acordado.

•••••• Notas de autor ••••••

Gracias por seguir leyendo, intento eliminar los fallos que tengo al escribir, pero trato de ponerle todo lo que puedo, cualquier comentario será apreciado así que si tienen algo que decir me gustaría leerlos

Hasta la próxima

Oregairu, Cristales MulticolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora