||•CUANDO EL AMOR DUELE•||

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Ha pasado mucho tiempo desde que regresé a establecer mi vida en Marley junto con mi padre, desde la última guerra que definió el destino de todas las naciones del mundo, la batalla del cielo y la tierra.

Desde que el poder de los Titanes desapareció de este mundo, todas las personas eldianas fueron liberadas, dejando de ser acusados por tener un linaje oscuro y terrorífico, su "sangre de demonio", finalmente quedó demostrado que ahora somos humanos comunes y corrientes, por lo que en gran parte, estamos siendo aceptados en todos los países del mundo.

Una victoria a cambio de la vida de una gran persona con mucha determinación.

Además de eso, mi padre decidió rehacer su vida con la madre de Reiner, por lo que ahora todos vivimos en una sola casa, en la misma villa en la que crecí, Libero.

Es extraño, no lo niego, pero también me siento tranquila con la vida que llevo, veo a mi padre feliz, además de que gané a un hermano y una madre en mi vida.

Lo único malo que parece ser que lamentaré por el resto de mi existencia, es que lo tuve que perder a él.

Suelto un mísero suspiro de mis labios, apagó el televisor con el control, las noticias de los últimos días suenan muy aburridas para mí, ya nada me entretiene, ni siquiera el trabajo que tengo.

Me levanto del sofá, camino en dirección a la cocina por mi tasa de café de la noche, no puedo cerrar los ojos sin haber consumido mi dosis de cafeína, así que me lo preparo con ayuda de la cafetera.

Al ya estar listo, lo sirvo en la tasa de cristal y le agrego dos cucharadas de azúcar, ni tan dulce, ni tan simple, solo a mi gusto.

Doy un sorbo y vuelvo a sentarme en la silla del comedor, nuevamente me encuentro sola, como todos los viernes por la noche, mi padre dice que aproveche mi juventud, pero la verdad es que no me apetece salir a disfrutarla en bares con alcohol.

Me termino la tasa y la dejo en la regadera para lavarla, de pronto escucho el llamado a la puerta, se me hace extraño que alguien llegue a esta hora y no creo que sea mi padre, él apenas acababa de salir con la señora Karina a pasear por la ciudad.

Voy directo a la entrada y abro la puerta, mis ojos se dilatan al ver a Reiner con un par de maletas fuera de casa.

—Hola Annie.– Me saluda, entra junto con sus maletas y avanza hasta la sala.

—¿Volviste ya?– Pregunto, cierro la puerta y lo acompaño.

—Me hubiese quedado más tiempo, pero necesitaba terminar el trabajo que tengo aquí.–

Después de todo lo que ocurrió, la tarea de "Embajadores de la Paz", se nos hizo pesado, acumulado y casi no tenemos respiros, solemos  ayudarnos mutuamente en muchas cosas, pero aún así parece de no terminar nunca.

Todavía quedaban personas que pensaban que la maldición de Ymir sigue latente en el mundo, en algunas situaciones esto parece de nunca acabar, pero no nos rendimos, de mi parte, no quiero detenerme hasta lograr borrar el odio que ocasionó el poder de los titanes.

—¿Estás sola?–

—Nuestros papás salieron a dar una vuelta, apenas unos 15 minutos.– Es raro decir "nuestros papás", a pesar del tiempo que llevamos siendo una familia, sigo sin acostumbrarme.

❃ SONGFICS ARUANNIE ❃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora