Parte VI

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—Todo quedó estupendo—sonrió Diane viendo los puestos de jaleas que competirían este año. La competencia era lo más famoso del festival cada verano; muchas personas venían al pueblo solo por el festival. Era donde más dinero se recogía para el orfanato y para distintas recaudaciones. —Estoy segura de que será un gran año—comentó al ver a las personas visitar cada puesto de jalea; entre ellos estaban el de las nietas de Alice. Ellas habían sido las campeonas por cuatro años consecutivos con su jalea de melocotón. Era cien por ciento hecha en casa, con melocotón cosechados en su granja y no dudaba que volverían a serlo este año. Aunque había grandes competidores; entre ellos se encontraban las Fillers con su mermelada de manzana con esencia de lavanda. Era uno de los sabores más exóticos de la competencia. Justin moría por ir a ver a Christine y hablar con ella. Estos días apenas habían podido hablar porque siempre le respondía que estaba ocupada con los preparativos del festival o que estaba cansada. Su tono era frio y sus mensajes eran vagos, además de que no respondía sus te quiero ni sus coqueteos. Eso sí que era bastante raro; ellos solían siempre bromear y coquetear, pero nada. él muy bien sabía que estaba evitándolo y quería saber por qué. Temía que fuera por lo ocurrido con su abuela aquella tarde en el baño. Sabía que, aunque disimuló muy bien, le había dolido lo que Diane había dicho y estaba seguro de que la manera en que estaba actuando era su manera de alejarse. Le dolía el simple hecho de pensar que tal vez ella sentía que no era buena para él, que no era la indicada y no la culpaba. Después de todo ese día fue un completo desastre; empezando por los comentarios hirientes de Vivian y luego los de su abuela. Sabía que la había herido y quería remediarlo. ¿Pero cómo hacerlo si ella no hablaba? ¿Cómo ayudarla y hacerla sentir segura sino le daba la oportunidad? Joder, que moría por decirle que no tomara en serio las palabras de su abuela; ella no sabía todo lo que el sentía por Christine. Su abuela no tenía idea lo mucho que quería a Christine y lo emocionado que estaba con darle la noticia de que iba a quedarse en el pueblo. No le había tomado mucho tiempo tomar la decisión; ahí se sentía en casa. Nunca se había detenido a pensar cuanto había extrañado el pueblo hasta ahora; había extrañado ir todas las mañanas a la panadería por un recién horneado pan, salir al jardín a tomar una taza de café con su abuela, pasear por el pueblo y comprar directamente de la granja sus frutas y como no, ir a la laguna embrujada y disfrutar de un buen chapuzón. Además, ahí se sentía más cómodo, más cerca de su abuelo y sabía que podía empezar de cero ahí. Había estado hablando con el Sr. Wills; el necesitaba un contable a tiempo completo para su negocio de ventas de carne. El puesto era suyo si lo quería, pero antes quería hablar con Christine. Moria por saber su reacción cuando le dijera que se quedaría en el pueblo para siempre y decirle lo ansioso que se sentía de estar con ella. Ahora que iba a quedare podían hablar de su relación y del futuro.

—Estoy seguro de que la competencia estará intensa este año—dijo Justin recorriendo los distintos puestos y sonrió al ver el de las Fillers. —Iré donde las Fillers a ver si necesitan algo—le anunció a su abuela antes de alejarse y acercarse al puesto de las Fillers. Sonrió de ternura al ver a Christine con una mueca mientras acomodaba los frascos en la mesa. A pesar de que ya había comenzado el evento, aun los jueces seguían dando rondas por los puestos. Él no tenía idea que las Fillers también competirían, pero estaba seguro de que les ira bien. Él iba a encargarse de eso. —Hola...—sonrió tocándole el hombro asustándola levemente. Esta se giró a verlo mal y este se encogió de hombros con una sonrisa. — ¿Cómo estás? —preguntó y esta se encogió de hombros sin dejar de acomodar los frascos. Cualquier cosa que le permitiera estar ocupada y no devolverle la mirada. No podía mirarlo a los ojos luego de lo que pasó; luego de entender y caer en cuenta que ella jamás sería buena para él. Que lo que ellos tuvieron fue algo sexual, nada más; una simple fantasía.

—Ocupada—respondió secamente acomodando los frascos y este asintió incomodo. Odiaba el tono frío con el que le hablaba y la distancia que había puesto entre ellos. Lo único que quería era hablar con ella y decirle lo mucho que la extrañaba. También besarla y hacerla reír, o hacerle el amor. Quería estar con ella y decirle que iba a quedarse en el pueblo. Que no volvería a Los Ángeles porque su lugar estaba ahí con su abuela y con ella. ¿Pero cómo hacerlo cuando ni siquiera le sostenía la mirada? Joder, le dolía eso.

Ghost {Justin Bieber Short Story}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora