My Sunshine (ScarletWidow)

I

POV Wanda

No muchas cosas pasaron desde el día en el que una parte de mi fue arrebatada. Vision solía visitar mi cuarto de vez en cuando y si no era él, eran los demás Vengadores trayéndome comida. Era fácil sentirse parte de la familia, y más cuando Clint entraba en tu cuarto y te llevaba de la oreja a la gran sala de la sede, donde estaban todos sentados esperando con mucha comida impacientes, el inicio de una película que parecía ser la favorita de Steve. ¨Para distraerte un poco, brujita.¨ Decía Clint. La muerte de mi hermano no solo me afectó a mi, si no a él también aunque no lo hiciese notar.

Siempre disfrutaba de las noches de películas. Al final, siempre alguien decía algo gracioso y todos nos empezábamos a reír, menos una vez que Natasha casi le tira uno de sus cuchillos a la garganta a Bruce. Parecía que ese día la rusa no estaba de buen humor y salió a regañadientes del cuarto obligada por, obviamente Clint.

Sé que tantas noches de películas se organizaban solo para hacerme a mí salir del cuarto, de alguna manera todos querían que me sintiese mejor y poco a poco lo estaban logrando. He avanzado mucho con algunos de ellos, menos con Natasha y Tony. Me era un poco difícil acercarme a Stark por los recuerdos de mi infancia, y con la rusa aún no tuve el valor de acercarme y pedirle perdón por haber entrado en su cabeza aquel día. Aún así le robaba las chaquetas y eso parecía enfurecerla un poco pero al final acababa dejándolas justo al lado de mi puerta con notitas diciendo: ¨No te esfuerces en robarla, ya me compré más.¨o ¨Ésta te la presto, no te la regalo. Espero verla dentro de dos días limpia en mi cuarto Maximoff.¨ Cosa que me hacía sonreír. Literalmente un cajón entero de mi mesita de noche se estaba llenando de notas con la letra de Nat, siendo sarcástica, graciosa y a veces -muy pocas-, linda. Y mi cuarto se llenaba poco a poco de su olor. No entendía porqué perfumaba cada nota que ponía con su ropa, pero no le di mucha importancia ya que su perfume era extrañamente favorecedor para mi mejoría.

Y así han pasado dos semanas. Exactamente 14 días desde la muerte de Pietro. No estaba sola, pero no tenía a mi mellizo, ya no le sentía y esa sensación era tan rara como vacía. Tengo un diario, según Bruce, escribir mis sentimientos y mis estados de ánimo pueden ayudarme mucho y justo me encontraba escribiendo lo confundida que me hallaba ante las miradas expectantes de todo el mundo cada vez que me veían cuando de repente escuché que tocaban mi puerta.

-Adelante. - dije haciendo apuestas en mi cabeza de quien podría ser, 50% Vision, 40% Clint y 10% Steve.

-Buenas noches, bruja. Vine a traerte la cena, y a decirte que desde mañana estás obligada a comer con todos nosotros, así que prepárate. -dijo Natasha, entrando con una cara de pocos amigos y una mirada fría mientras me pasaba un plato con dos porciones de pizza en él. - que sepas que una de esas porciones es mía, pero ya que te doy mis chaquetas, te doy mi comida también porque el estúpido moco verde de Bruce se comió mi porción. No preguntes qué le hice, si escuchas gritos no fui yo. ¿Entendido?

Dicho todo aquello, salió del cuarto tan rápido como si nunca hubiese estado. Se esfumó, dejando a su paso solo aquel perfume tan perfecto para mí.

Gracias, supongo.