III

49 8 0
                                        


-No grites o tendré que ponerte algo en la boca también. Vine aquí para hablar. No tengo ni idea de qué es lo que te está pasando, pero no me gusta que me hablen así. Bueno, de hecho me da igual que el resto de idiotas del universo me hablen así, no me gusta que TÚ me hables así. No sé cuál es tu problema, desde que llegaste intente hacerte sentir bien, cómoda y me comporté bien contigo. ¡Hasta te regalé mi ropa! No seas una bastarda desagradecida, por tu bien. - Natasha estaba furiosa, tan furiosa que por un segundo se me había olvidado el hecho de que estaba completamente desnuda, pegada a la pared y ella pegada a mí. Una oleada de pensamientos sucios llegaron a mi mente, cosa que la espía pudo ver en mi al observar como miraba nuestros cuerpos pegados y se ruborizó, despegándose lentamente con sus ojos puestos en los míos. -Bonito lunar, Maximoff.- dijo, refiriéndose al lunar que tengo debajo del seno derecho.

Y se fue. La maldita se fue y me dejó atada. Atada y ¿caliente?


POV Natasha 


Maldita mocosa y su maldito cuerpo desnudo. Tendría que haber sido un poco más agresiva y directa, pero sus pechos estaban pegados a mi y... ¡Maldición! ¿Cómo es posible que una niña me esté poniendo de esta manera? Esto no puede ser. Le mandaré un mensaje de texto a Clint. Sí, eso haré. ¿Y qué le digo? ¨Hola, soy Natasha una espía/asesina que está descubriendo que una niña con poderes color escarlata está poniéndome más caliente que el sol en pleno Agosto¨ No. ¡NO! 

-¿Podrías dejar de dar vueltas, por favor? Vas a acabar creando un agujero. ¿Qué te pasa arañita?-preguntó Clint preocupado. Parece ser que se me escucha, no me había dado cuenta de que mis botines hacen tanto ruido. ¿Qué le digo? 

-Métete en tus propios asuntos, Clint. Estoy de muy mal humor. -dije, haciéndole una seña para que salga de mi cuarto. 

-No me pienso ir hasta que me digas qué te pasa, sabes como puedo ser, sabes que no me iré.-¡Maldición! 

-La maldita mocosa escarlata, eso me pasa. Es una egoísta, una arrogante y una niña. No la aguanto ni a ella ni a sus ojitos bonitos. ¿De verdad hay que quedárnosla?- pregunté fastidiada.

-No es un perro que acabas de adoptar, Natasha. ¿Qué te pasó con ella? 

-Nada, es una mocosa desagradecida. Después de todo lo que estamos intentando hacer por ella, simplemente se levanta de la mesa, se va a su cuarto y cuando voy a preguntarle qué es lo que le pasa, me dice que ni siquiera somos amigas. No, así no van las cosas, mocosa. A mí me respetas. Ni siquiera sé porqué me molesta que me diga que no somos amigas, no es como si ella fuese la persona exacta que me interesaría tener como amistad. Me frustra, Clint, me frustra y quiero usar todas mis armas contra ella. Pero luego la veo como estaba antes en el baño, tan débil, desnuda, y se me pasa. ¿Cómo carajos se me pasa el cabreo? ¿Por qué...?

-Espera, ¿la viste desnuda?- Preguntó Clint sin creerse lo que le estaba diciendo.

-Sí, vi desnuda a la mocosa de ojitos. ¿Cuál es el problema?- pregunté fastidiada.

-Viste desnuda a Wanda y se te pasó el cabreo. ¿En serio? -dijo el incrédulo.

-¡Que sí, maldición! ¿Qué pasa?- pregunté al ver como me estaba mirando. 

-Nada, solo me parece curioso. Igualmente, no deberías estar furiosa, quizás algo no le sentó bien y quiso irse, o quizás se sintió un poco angustiada sabiendo que hoy salió ella de su cuarto, parece ser que hay que ir pasito a pasito. Igualmente, tampoco entiendo porqué te trató así. Pero si quieres intento averiguarlo, ¿quieres?

-Lo vas a hacer igualmente, eres un chismoso. - le dije, ya más calmada. 

Clint besó mi frente y salió de mi cuarto. Me pregunto cómo se habrá terminado de bañar y de vestir la mocosa teniendo las manos atadas. Que agradezca que no fui más cruel, podría haber sido peor y la habría atado a la ducha, no se habría movido de ahí hasta mañana. 

POV Wanda 

¿Sabes qué? No me importa. Voy a salir en ropa interior hasta su cuarto y le voy a pedir que me desate. Ella se lo buscó. Gracias a mi bonita elasticidad pude ponerme la ropa interior. Y no, no voy a mencionar que estuve 20 minutos restregando mi culo contra la pared del baño solo para que se me suban bien las bragas. Eso queda entre mi memoria y yo. Abro la puerta del baño como puedo y miro si hay alguien que podría verme de esta manera tan nefasta. Como veo que no hay nadie, salgo y camino sigilosamente hasta el cuarto de la rusa pendeja. Ahí está la puerta. Me dispongo a dar patadas hasta que veo a una Romanoff frustrada abrirme, intentando contener la risa. 

-¿Te parece gracioso? -le pregunto molesta. 

-Es que te pusiste las bragas del revés.-dijo empezando a reírse. 

-¿Podrías desatarme de una buena vez?

-¿Cómo se dice? -pregunta ella burlona

-Por favor. 

Natasha se agacha frente a mi, casi poniéndose de rodillas para poder meter la llave en las esposas. Antes de hacerlo, mira mi cuerpo de arriba abajo y sonríe, para después mirarme fijamente a los ojos. Bendita posición en la que está. Su cara se acerca a mis manos, según ella porque no ve para meter la diminuta llave. Se acerca un poco más y puedo sentirlo. Puedo sentir su aliento en mi muslo.

Inmediatamente doy un paso hacia atrás y suspiro, mientras ella me mira confundida.

-¿Qué te pasa, brujita?

-Nada, sigue por favor. -le digo después de aclararme la garganta. 

-¿Quieres que siga?- pregunta ella, con cara coqueta. Maldita, sabe lo que está haciendo. Si tú juegas, yo juego Romanoff.

-Sigue, por favor.- le digo, dando un paso más adelante, haciendo que su cara quede a centímetros de mi centro ya mojado.

Natasha se levanta de repente y suspira. Me quita las esposas estando de pie y se aleja lo más rápido posible. 

-Vete, Maximoff. Vete ya. 

-¿Y si no me voy, qué pasa?- pregunto divertida.


My Sunshine (ScarletWidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora