94 Días.

Capítulo II

Morgan

Ashton no había aparecido en todo el día.

Puede que la rubia tratara de ocultarlo, pero estaba molesta por mirar furtivamente cada minuto para buscarlo, sin éxito.

Durante el almuerzo había perdido toda esperanza de que el chico apareciese. Ashton no se encontraba en la mesa donde siempre estaba, y nadie más que ella parecía notarlo.

Sus amigas hablaban animadamente sobre una nueva tienda en el centro comercial y la rubia no prestaba la más mínima atención. No podía dejar de preguntarse por qué el pelirrojo había faltado hoy a clases, puesto que no vio su camioneta estacionada en la mañana cuando iba camino al instituto.

—Oye, Morgan ¿estás ahí?—Dijo Lauren, moviendo su mano—. Estás como retraída.

—Sí, lo siento—Se disculpó, asintiendo. Ellas la imitaron y continuaron hablando.

—¿Entendiste la asignación del profesor Sheperd?—La rubia asintió— Vale. En la tarde te escribo para que me ayudes, sabes lo mal que voy con él.

—Todos van mal con él, menos Morgan—Intervino Katheryn— ¿Estás segura que no le has insinuado nada? Yo pensaba hacerlo para poder pasar, la verdad no soporto que siempre sea tan estricto.

—No, él no...—La rubia no sabía qué decir—Él es muy buen profesor, solo pueden pedirle tiempo extra para que les explique.

—¡Qué horror!—Exclamó Lauren y todas rieron—La verdad no entiendo como lo aguantas, es un amargado

—Pues no está tan feo—Dijo Ellen. Todas hicieron una mueca y ella rió—. Claro, con unos diez años menos. 

Todas sus amigas rieron y ella no comprendía por qué insultar al profesor era gracioso. El señor Sheperd, o Nichol, como ella le llamaba en privado, y ella eran amigos. Él era un excelente profesor y siempre era estricto en clases con todos, pero con ella bromeaba todo el tiempo y se sonreían a veces en los pasillos.

—Ya. Dejemos eso atrás—Intervino Ellen—. Hablábamos de la salida esta tarde, tontas.

—Sí, sí—Dijo Katheryn—. Hoy en la entrada del Alfa, ya sabemos.

—Oye, Morgan—Dijo Lauren— ¿Piensas acompañarnos hoy?

Morgan abrió su boca. Absolutamente nunca habían invitado a la rubia antes para ir con ellas al centro comercial o algún lugar. Quizá ellas empezaban a tomarla más en cuenta a partir de esta semana, puesto que incluso participó en la conversación.

Se sentía emocionada y los nervios hacían un pequeño cosquilleo. Morgan formó una sonrisa y se dedicó a asentir cuando un reflejo rojizo se posó junto a ella. Giró su mirada y vio que sus amigas estaban tan sorprendidas como ella.

Ashton estaba junto a la rubia con un plato de comida y una sonrisa tímida.

Sus amigas estaban incómodas, puesto que Ellen frunció el ceño y Lauren susurró algo en el oído de Katheryn. Por su parte, Ashton comía despreocupadamente.

Un par de segundos después Lauren se aclaró la garganta y miró a la rubia y luego al pelirrojo, nerviosa.

—¿Hola?—Dijo Lauren, dirigiéndose al chico.

—Hey.

Morgan reprimió las ganas de reír. Ashton, de todos los chicos del instituto, estaba sentado en la mesa con ellas y ni siquiera les prestaba atención. Ni siquiera las miraba.

—¿Tú quién eres?—Espetó Katheryn un poco irritada.

Ashton levantó la mirada y observó a la rubia, cuyas orejas se tornaron rojas y apartó la mirada al momento en que sus ojos se encontraron. Él observó a sus amigas y volvió a comer, ignorando la pregunta.