Siempre he sido distinta, me he acostumbrado a catalogar me a mi misma como «rara» , «extraña» las personas a mi alrededor no me entienden y yo. . . No las entiendo a ellas.
Tengo diecisiete años y a la fecha me cuesta adaptarme prácticamente a todo, suelo pasar mucho tiempo sola en mi habitación, el mundo exterior es demasiado para mi, incoherencia, contaminación, ruido, ignorancia, corrupción, suciedad, contacto físico, el bullicio de la calle trae consigo muchas cosas que prefiero evitar.
Jamás he logrado compaginar con nadie, sin importar cuanto me esfuerce, siempre termina igual.
Recientemente conocí a un chico en la preparatoria, parece sincero, es divertido y compartimos el amor por el arte, esta vez, deseo lograr una amistad.
El teléfono suena sacando me de mi mente, me siento aturdida por unos momentos, mis movimientos son lentos mientras mi cerebro se desconecta de mi pintura para conectarme a la realidad.
«¡Hey! Hola Lía ¿Te gustaría ir al cine?»
Es él, Samuel, normalmente este tipo de salidas solo las tengo con mi familia, me causa estrés el imaginar que al elegir una película choquemos en gustos. . . «¿Y si no come las mismas palomitas que yo? Tendré que comprar las mías ¿Después querrá ir a otro lado? Yo no quiero ir a otro lado ¿Y si las cosas se ponen incomodas? » los pensamientos me acorralan por esta decisión, pero, lo haré, me había prometido intentar poner más de mi parte, tarde en enviar la afirmación, investigue la lista de películas en cartelera para saber cuan problemática podría ser la selección, revise horario y di mil vueltas a los panoramas posibles que podrían presentarse, estaba nerviosa, al cavo de una hora sali de casa en dirección al cine.
Me encontraba un poco incomoda y mis nervios iban en un aumento constante, hice algunas respiraciones tratando de calmarme.
El estruendoso sonido de la musica retumbaba en la pecera, sus timbres golpeados con un «vocalista» que habla como lelo con palabras mal pronunciadas me hacia retumbar la cabeza, 2 personas hablando por teléfono incrementando el ruido, un sujeto a lado mío se repegaba a mi brazo en cada tope, un par de chicos frente a mi apestaban a alcohol, mi cabeza se sentía estallar, me sentía asfixiada, la ansiedad aumentaba y cada segundo paresia más lento que el anterior, sentía una fuerte presión, como si me encontrara en una habitación completamente cerrada y oscura que a cada minuto se hacia más y más pequeña, empece a arañar mi pantalón y aumentar las respiraciones «¿Porque soy la única que siente esto?»...
Llego a mi parada y bajo lo más rápido posible, pero mis pasos son torpes y en mi ansiedad no soy capaz de medir bien mi distancia, alcanza a rozar y pisar a algunas personas, al tocar el suelo firme todo se mueve a mi alrededor por un segundo, me siento aturdida y estresada, el frío del aire me trae calma y la ausencia del ruido de la pecera hace que la calle suene un poco más calma, respiro ondo y avanzo.
Hoy es uno de esos días en los que me siento más perdida de lo habitual, hace media hora estaba tranquila en mi habitación, escuchando musica real, con cantantes reales, pintando con acuarela en un espacio calmo y relajante y ahora tengo estrés, ansiedad y pánico por esforzarme en hacer algo para lo que no sé si sirva.
«¿PORQUE EL SOCIALIZAR DEBE SER TAN IMPORTANTE? ¿PORQUE ME METO EN ESTOS PROBLEMAS POR PASAR TIEMPO CON ALGUIEN QUE MAñANA YA NO VA A ESTAR? NO DEBÍ HABER VENIDO, TODO VA A SALIR MAL, QUIERO IRME A CASA, QUIERO IRME A CASA, QUIERO IRME A CASA...»
-Lía, que bien que pudiste venir-
se acerco Samuel desde mi espalda, me sentía como en una cubeta de vidrio llena de agua, escuchaba en un eco silencioso y mi cabeza daba vueltas, mi mente seguía repitiendo a gritos...«QUIERO IRME A CASA»
Pero solo me esforcé por sonreir «No demuestres lo que estas sintiendo».
ESTÁS LEYENDO
Un grito en el silencio
De TodoEste no es un libro como cualquiera, este libro habla y proyecta a mente abierta lo que ve, piensa y siente una persona con autismo. Es una historia dedicada a la comprención de un funcionamiento neurologíco aun desconocido para mucho. Este libro no...