Capítulo 2.0

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⚠️ADVERTENCIA⚠️

El siguiente capítulo contiene escenas sensibles de violación y bestialidad. Si eres sensible a ese tipo de contenido, abandona la lectura.

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Para Eugene, fue una misa larga sin precedentes. Gracias a los sacerdotes, los nobles recibieron las bendiciones durante mucho tiempo y se fueron con una sonrisa diciendo que este año sería realmente maravilloso.

Al final, era un acontecimiento más.

No hubo ningún grupo especial para apuntar al monasterio y la misa se dio por terminada.  El desagradable incidente, que causó una breve perturbación, fue silenciosamente encubierto.

Por supuesto, hubo un castigo para los involucrados. A Eugene se le ordenó permanecer en su habitación durante dos días por haber ayudado a Theon sin permiso. Esperaban que se arrepienta y limpie su cuerpo por haberse atrevido a pasear arbitrariamente durante la semana de la Gran Misa.

Las comidas se le entregaban al frente de su habitación para asegurarse de que no quisiera morir de hambre.

Esto le resultó muy conveniente a Eugene, pues fue capaz de soportar todo debido a que no veía a Theon. Estando más cómodo de lo esperado, salió después del segundo día como fue acordado. El monasterio había regresado a la normalidad durante esos dos días, funcionando como de costumbre.

La rutina de siempre se repitió de nuevo. Se celebró la misa diaria y la sala de confesión y la sala de oración estuvieron abiertas las 24 horas del día para los creyentes que no pudieron asistir a la Gran Misa.

El monasterio estaba tan ocupado que nadie recordaba el almacén con puertas cerradas, y tal y como lo había deseado el Abad, el orden se restableció rápidamente a la normalidad.

Una ajetreada vida diaria. Theon, quien ponía los ojos en blanco y buscaba a Eugene, a menudo llegaba a amenazarlo, pero debido que la relación de ambos se hizo publica por lo ocurrido, ya no se atrevía a realizar acciones concretas.

La reputación de Theon también cayó mucho por haber causado un escándalo durante la Gran Misa. Excepto por algunas cosas menores, el monasterio estaba en paz. Aparentemente.

Tomar el turno del confesionario era una tarea difícil, pero el trabajo duro también es algo a lo que Eugene estaba acostumbrado. Eugene acudió al confesionario para sustituir al sacerdote que había estado escuchado las quejas de los que vinieron a confesarse durante el día.

Cuando llamó a la puerta, un sacerdote con bolsas negras debajo de los ojos salió del confesionario. Dándole una mirada ligera a él, Eugene miró hacia afuera. ¿Valía la pena hacerlo funcionar las 24 horas del día?

El confesionario estaba vacío. Eugene se estiró y entró al lugar donde solo podía caber una persona y donde debía quedarse durante al menos 12 horas. Después de verificar que todos los elementos estuvieran en su lugar, Eugene cerró la puerta y le echó el pestillo. Este fue el comienzo de la espera.

Levantó los brazos y los estiró. Después de estar sentado en una posición durante mucho tiempo, le dolía la espalda. No había venido nadie, ¿Era por el clima?

El cielo que vio antes de entrar al confesionario tenía un ambiente lúgubre debido a la luna baja y la niebla del día. Miró al piso y recordó al demonio que dijo que vendría cuando saliera la luna baja. El tiempo pasaba, pero no habían noticias. El contrato que hizo con el diablo ese día casi se sentía como un sueño.

Not InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora