Capítulo 2.1

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Cuando el monasterio volvió a la normalidad, nuevamente se tomaron medidas disciplinarias. Eugene aceptó con calma el castigo adicional que solo le correspondía a él, pero ya no a Theon. Era bastante cómodo sin él. Si los hubieran castigado a ambos, habrían estado ocupados quejándose y discutiendo entre ellos.

Dicho castigo se trataba de asistir a curar personas enfermas en una clínica fuera de la capital. Un lugar donde los sumos sacerdotes, como Eugene, no solían asistir.

Era más un lugar donde los sacerdotes novicios iban para entrenarse y ganar popularidad. La razón por la que Eugene tuvo que asistir era simple:

A diferencia de Theon, que era un noble y pudo pasar de esta prueba disciplinaria, Eugene no era más que una piedra que literalmente rodaba sin respaldo. No era nadie especial, por lo que podía ser tratado con desprecio.

Eugene miró por la ventana del carruaje y observó pasar rápidamente el paisaje fuera de la capital y de repente pensó en Hajin. 

Acostado en la cama, mirando con pupilas vacías al aire... 

'Hajin…'

Hoy, especialmente, quería ver a Ha-jin. Trató de calcular el tiempo que tardaría  en regresar. 

Para ver a Hajin debería de hacer uso de un pase que se solo podía obtener una vez al mes.

Sería genial si se pudiera ir de inmediato, pero solo me conceden el derecho a salir después de terminar la acción disciplinaria.

Eugene se bajó del carruaje pensando que debería solicitar el pase tan pronto como regresara. El polvo de las ruedas de los carros que entraba por su nariz le dificultaba la respiración.

El olor de las tiendas viejas y los enfermos. La clínica gratuita dirigida por la Orden estaba repleta de gente, como siempre. Un niño que lloraba, un enfermo quejándose, el olor a pus reventado… Eugene suspiró y se arremangó. Era hora de comenzar a trabajar.

Hizo uso de su poder divino como un loco. Los pacientes llegaban sin parar. Eugene apretó y abrió tantas veces su hormigueante mano sin siquiera mirar a la persona que le estaba dando las gracias. De alguna manera no se sentía bien. Levantó la cabeza ante el sonido de la carpa que se abría, apenas sonrió al rostro del guardia frente a la tienda. 

"Dios lo bendiga."

"Las bendiciones sean contigo"

"Gracias. Por cierto, sacerdote, tomemos un descanso".

"... ¿Puedo tomar un descanso?"

“Hay muchos pacientes, pero no sirve de nada si el sacerdote se derrumba". 

“Ah… sí… " 

Eugene se dio por rendido y asintió cuando el guardia le dijo que tenía los labios azules y le entregó un cuenco con agua. Estaba verdaderamente cansado.

El grito que avisaba que tomarían un descanso se mezcló con las voces llenas de insatisfacción de las personas. Eugene, que tenía las manos sobre la mesa, presionó su sien para calmar su dolor de cabeza. Era un dolor de cabeza familiar. No había medicina que pudiera tomar, ya que ni el doctor sabía la causa.

Era un dolor de cabeza que a menudo le ocurría cuando vivía en los barrios marginales con Ha-jin.  Los días que tenía ese fuerte dolor de cabeza, solía descansar en la habitación y no recibía invitados. Hajin, que siempre estaba ocupado, solo se dedicaba al cuidado de Eugene en días como esos. 

Eugene negó con la cabeza al recordar los días pasados. Esto se debía a que el rostro de Theon, que lo miraba fijamente como si fuera a matarlo, vino a su mente con un suspiro de resentimiento que se escuchó desde afuera.

Not InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora