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—Aquí tienes —entregó una tira con cuatro supresores —Toma una cada doce horas, tardarán de veinte a treinta minutos en hacer efecto —junto a los supresores, un vaso de papel lleno de agua descansaba en la mano contraria de Todoroki — búscame cuando se te acaben.

—Gracias.

Con eso, la enfermera dio media vuelta. Seguro que nadie lo vería, tragó las cuatro pastillas de manera consecutiva, se acabó el agua y tiró el vaso en el bote de basura más cercano. Serían suficientes hasta el día de mañana cuando Fuyumi le trajera los inhibidores de olor a primera hora, aún debían estar en observación y reposo dos días más.

Bien, no podía regresar hasta que los medicamentos hicieran efecto, quedarse parado donde cualquiera pudiera reconocerlo sería aún peor, suspiró abatido. Probablemente en la azotea no habría nadie, se quedaría el tiempo suficiente y no habría molestia con el frío gracias a la regulación de temperatura, cortesía de su particularidad.

Simplemente perfecto.

———————

Resultó que esperar en la azotea fue más relajante de lo pensado en un principio, pronto los medicamentos hicieron efecto, ocultando su olor a crema dulce y fresas y vainilla.

A diferencia de los alfas y omegas, los betas solo tenían un olor, dicho olor era débil comparado con los dos sub géneros restantes, apenas perceptibles para el sentido del olfato más desarrollado de omegas y alfas, inexistente para otros betas a menos que usarán sus feromonas para calmar y brindar apoyo a los miembros de su manada o tratar de mantener controlados a los alfas. Excelentes mediadores.

Al abrir, esperaba la paz de una habitación silenciosa, a sus dos compañeros dormidos sin ser conscientes de la huida prolongada del omega, sin embargo el alterado olor de Midoriya golpeó sus fosas nasales junto a las feromonas tratando de tranquilizarlo de Iida.

—¡Todoroki-kun! —chilló el alfa, la preocupación dejó de filtrarse en su aroma. Sin entender realmente, miró confundido a Midoriya.

—Todoroki-kun —Iida, ahora de pie, lanzó una mirada de reprimenda al recién llegado —mi intención no es invadir tu espacio— intercambio mirada con Izuku— Midoriya-kun despertó por un olor extraño, no te encontró en la habitación… —Shoto maldijo internamente por ser tan descuidado, perdiendo casi todo el discurso de Iida— para calmar nuestras inquietudes —finalizó.

El omega observó a ambos, ocultando la falta de atención ante el regaño/discurso o lo que fuera que Iida estuviera diciendo, ambos parecían preocupados de alguna manera, suspiró dejando que las mentiras fluyeran de manera natural.

—Mi brazo comenzó a doler —hizo una pausa, el sentimiento de culpa se instaló en su pecho al ver la expresión afligida del beta— llamé a una enfermera y fui a revisión.

La mentira fue simple y corta, como cualquier explicación qué sabían ellos esperarían, de decir algo más detallado seguramente ambos sospecharía que había algo mal, también la intervención de la enfermera ficticia explicaría el aroma extraño.

—¡¿Pero estás bien?! —Una vez más, las feromonas se dispararon por la habitación, el olor volvió a golpear su nariz.

— Estoy bien, siento preocuparlos.

Fue directo a su cama, mientras sus compañeros se preparaban para volver a dormir, tomó su teléfono y envió un mensaje rápido a Fuyumi, pidiendo amablemente supresores de aroma.

———————

Los supresores dejarían de tener efecto en menos de una hora, Fuyumi no aparecía y podía sentir las miradas de sus compañeros sobre él.

—Todoroki-kun —le hablo Midoriya, lo miró con su misma expresión de siempre, dándole un asentimiento de cabeza, indicando atención— ¿Estás bien? Te ves… ¿Tenso?

—Midoriya-kun tiene razón —Iida tomó la palabra, mirando directamente los ojos contrarios —Si hay algo que te molesta nosotros podemos ayudar.

No noto su cuerpo tenso, demasiado ocupado pensando en las consecuencias que traería la revelación de su segundo género. Los omegas no son héroes, no estaban capacitados, eran débiles y tanto alfas como betas podrían someterlos con relativa facilidad, no tenían la ventaja biológica de los alfas al ser naturalmente fuertes, veloces y de un liderazgo nato, los Betas también estaban bendecidos al poder desarrollar esas habilidades de manera más fácil que los omegas. Prueba de ello es que no había ningún omega héroe.

La UA tenía omegas en el departamento de estudios generales o en el departamento de apoyo, a pesar de ser destacados, eran pocos y había escuchado de algunos que prefirieron dejar la escuela debido a los constantes abusos de algunos compañeros.

Los golpes suaves contra la puerta lo hicieron detener sus pensamientos, Fuyumi hizo acto de presencia segundos después de la autorización para entrar, su agradable aroma y presencia lo hicieron relajarse, saludo a los dos presentes en la habitación, yendo directamente a su hermano.

—Lamento la demora Shoto.

La visita fue rápida, Fuyumi le entregó el frasco con supresores, asegurándose de no ser descubierta, hablaron por unos minutos y finalmente se fue, dejando el rastro de  crema dulce, miel y jazmín a su paso.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora