𝙃𝙚𝙚𝙅𝙖𝙮/ Mudarse juntos parecía ser una gran idea, eso hasta que de pronto las cosas se tornaron... comprometedoras.
Jay no quería ser el pasivo. Heeseung se rehusaba a dejarle ser activo. Ambos querían ser activos.
Así que crearon un pequeño...
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Jay desvío sus ojos del televisor para enfocarlos en el pasillo que daba camino a la puerta principal al escucharla abrirse y cerrarse.
Escuchó un par de pasos acercarse junto al tintineo de las llaves chocar entre sí observando a Heeseung entrando al salón principal, deteniéndose al ver a Jay sentado en el sofá cubierto por una manta blanca como si fuese un niño pequeño.
El departamento se encontraba a oscuras y la única iluminación era el del televisor encendido.
Sonrió ligeramente caminando para dejar las llaves sobre la mesita de centro y sentándose junto a él, cubriéndose también con la calentita manta y sintiéndole pegarse un poco a su cuerpo chocando sus brazos, ambos mirando los dibujos animados que se mostraba en el televisor.
—¿Dónde estuviste? —Jay murmuró sin atreverse a mirarle.
—Donde yonnie... Luego donde Sunoo —tomó una pausa pequeña—. ¿Estuviste viendo televisión todo el día?
—Estaba aburrido... Y tú no estabas... Así que... —encogió los hombros.
Silencio. Uno donde los únicos sonidos eran las voces de los dibujos animados en el televisor, sonriendo divertidos cuando uno de los personajes golpeó a otro provocando que resbalara y cayera.
Jay se removió para dejar descansar su cabeza en el hombro ajeno, mirando de reojo la sonrisa que seguía dibujada en los delgados labios de su novio; Heeseung llevó una mano a su muslo para apretarlo ligeramente.
—Heeseung...
—¿Uhm?
—¿Te gusta esto de... Ya sabes... —mordió ligeramente su labio soltando un suspiro—¿ vivir juntos?
Heeseung se mantuvo en silencio un par de momentos, deslizando la mano que seguía descansado en su muslo hacia arriba, llegando en los inicios de sus jeans; Jay se removió un poco acercándose para dejar descansar su mentón en su hombro y así poder mirarle el rostro, sonrojándose sin poder evitarlo cuando notó que sus ojos estaban fijos en él mientras la mano seguía deslizándose por sus jeans hasta detenerse en su entrepierna, apretando ligeramente haciéndole soltar un bajo jadeo.
—¿A ti te gusta esto de vivir juntos? —cuestionó con la voz ligeramente ronca, inclinándose para tomar su mentón entre sus dedos y besar sus labios lentamente mientras su mano le acariciaba sobre la tela de sus jeans.
Separándose unos segundos mirándole asentir lento todavía con los ojos cerrados, sonrió ladino comenzando a repartir besos por su mejilla llegando a su oído donde murmuró: —Me encanta vivir juntos.
Jay mordió su labio inferior cuando sintió un par de dientes atrapar el lóbulo de su oreja antes de chuparlo ligeramente, comenzando a descender por su cuello.
Se hizo caer suavemente sobre el sofá dejando que su menor se acomodara sobre él sin dejar los besos en su cuello, mordisqueando ligeramente antes de chupar y lamer, adentrando una mano bajo su camiseta acariciándole lentamente.
