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Los pequeños kwamis se estremecieron ante la fuerte explosión que se escuchó y después volaron hacia el lugar en el que dos chicas, una de cabello azabache y otra morena, habían salido volando debido a la fuerza de la explosión.

— Marinette, Alya, ¿Están bien? — sonó una voz fuera de la habitación.

— Si mamá, estamos bien — respondió la azabache mientras se levantaba del suelo con una mueca.

— Marinette, amiga, ¿No te parece que esto ya se está saliendo de control? — preguntó la morena — no has estado durmiendo bien desde hace días, tampoco comes bien, y si sigues haciendo estos experimentos estoy segura de que terminarás destruyendo tu casa.

— Lo se Alya, ¿Pero que otra cosa puedo hacer? — preguntó Marinette — necesito recrear las fórmulas de los poderes especiales para cada Kwami, ponerlos en la comida y luego llevárselos como Ladybug a cada portador.

Alya la miro confundida.

— ¿Por que tienes que hacer eso? — preguntó.

— ¿No es obvio? — la morena miro confundida como la de coletas sacaba una enorme pizarra llena de dibujos y letras —. Si Shadow Moth creará algún akuma con las habilidades para respirar bajo el agua y la única forma para vencerlo fuera con el poder del miraculous de la serpiente, el cerdo o cualquier otro miraculous, entonces no habría forma de lograr ganar ya que ese portador no tendría poderes especiales, por lo que el villano no sería derrotado, el akuma no sería capturado y Shadow Moth ganaría logrando obtener nuestros miraculous y así pediría su deseo y destruiría el mundo y todo sería un desastre.

— Marinette, respira — la interrumpió Alya tomándola por los hombros cuando vio que la joven comenzaba a alterarse —. Eso no pasara, Shadow Moth no obtendrá jamás ningún Miraculous, no dejaremos que los obtenga, ten confianza.

— Lo se, confió en que así será — dijo Marinette colocando una mano sobre la de Alya —. Pero ahora soy la guardiana, así que es mi deber mantener los Miraculous a salvo, al mismo tiempo que protejo Paris. Es una gran responsabilidad.

Alya vio con resignación como Marinette se alejaba y volvía a ponerse manos a la obra en lo que estaba haciendo.

— Supongo que nada va a hacer que cambies de opinión, ¿cierto? — Marinette negó con la cabeza.

En ese momento, un celular comenzó a sonar, haciendo que ambas jóvenes se sobresaltaran levemente. La morena se acercó al lugar del que provenía el ruido y tomó el celular que se encontraba sobre el escritorio de la peli negra.

— Mira — llamó la atención de la otra — es Kagami.

— Atiende, por favor — dijo la azabache sin mirar a su amiga.

Inmediatamente, Alya pulsó el botón verde de la pantalla y encendió el altavoz.

— Hola, Kagami — saludo.

— ¿Alya? — respondió con sorpresa la voz femenina al otro lado de la línea.

— Si, soy yo — dijo la morena.

— ¿Marinette está ahí? — preguntó Kagami.

— Si, ella está aquí, estamos trabajando en un... proyecto de ciencias.

— ¡Hola, Kagami! — exclamó Marinette acercándose a su amiga.

— Bueno, en ese caso seré breve — dijo Kagami —. Mi madre va a dar una cena navideña este fin de semana y me dio permiso de invitar a mis amigos. Así que llamaba para invitarlas a ambas.

— Vaya, eso es genial Kagami — dijo Marinette — me alegra saber que tu madre te haya dado permiso para invitar a tus amigos.

Si, bueno, debo admitir que me tomó por sorpresa que me permitiera hacer algo así — habló Kagami — especialmente porque se supone que se trata de un evento de prestigio, según mi madre.

Alliance || Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora