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—Es que no entiendo porque ahora quiere ser mi amigo—le conté a Leonora acomodándome en mi silla—¿Por qué?

—Vannia Sofía, deja de pensar tanto, y deja también de creer que no te mereces nada de su amabilidad y su amistad porque no es cierto.

—Pero yo no dije eso. Dije que es ra...

—Pero sé que lo piensas—me interrumpió—. Bájale a tu baja autoestima, o bueno, sube tu baja autoestima.

—Se sentiría tan bien un auto encima...—bromeé mientras jugaba con el pitillo de mi café helado.

—¿No se supone que quieres dejar de ir al psicólogo cada viernes?

—Es un chiste—le sonreí, pero ella no lo hizo—. Bueno, ya me calmo—le tomé un sorbo a mi bebida y dejé que ella siguiera hablando.

—Mejor ayúdame a estudiar para el examen de mañana—habló.

—Pero si tú eres la inteligente, no yo—miré abajo.

—¡Vannia Sofía, deja de pensar en lo que sucedió ahora en clase y deja de rascarte!—quitó mi mano de mi brazo. No me gustaba decepcionar a los demás, no me gustaba que las personas supieran que era buena para algo y luego decepcionarlos con eso. A veces me gustaría ser perfecta, quería saber que se sentía que todo en la vida me saliera bien, con la vida perfecta nunca me sentiría mal, con la vida perfecta sería feliz, muy feliz—Ayúdame—repitió. Suspiré y moví la cabeza de arriba a abajo.

—Saca el libro—me hizo caso y comencé a ayudarle. Era muy mala explicando, pero ella ya me conocía y me entendía.

Ya quería salir de vacaciones, despertarme tarde todos los días, desayunar a las doce del día, usar la computadora desde las siete de las mañana y escuchar todo el día mi playlist de Camila.

—Adivina que—la miré mientras la veía anotar lo importante en su cuaderno para estudiarlo más en su casa—Tendré sweet sixteen—me miró emocionada, ella sabía lo que había pasado el año anterior.

—¿De verdad?—sonrió—¡Qué bien!

—Será fiesta en grande—reí emocionada.

—Tienes que ir haciendo la lista de invitados.

—Todavía faltan bastantes meses—le tomé a mi café.

—Estamos en octubre, tu cumpleaños es en mayo y el tiempo se va muy rápido y como dijiste, la fiesta en en grande. Claramente yo soy la primera de la lista.

—No lo dudes. Supongo que de aquí a parte de Yael y de ti, invitaré a Keyra, a Óscar, a Daniel, Daniela y a Axel.

—A tu amigo Axel—se burló.

—¡Isabelle!—me quejé. Odiaba su segundo nombre y yo amaba decírselo para molestar.

—No me digas así, Sofía.

—No tenemos tarea, ¿verdad?—le pregunté cambiando de tema. Lo único que quería hacer era llegar a mi casa, comer e irme a encerrar a mi habitación, prender mi computador y escuchar canciones de señora por el resto de la tarde.

—Gracias al bendito cielo no hay—respondió—Oye, estaba pensando en que podríamos hacer una pijamada el día de mi cumpleaños. En la tarde que sea fiesta y en la noche Keyla, Daniela y tú se quedan a dormir.

—Le preguntaré a mi mamá, pero eres tú así que de seguro sí me deja—la vi guardar sus libros—. Le hablaré a mi mamá para que venga por mí—tomé mi celular que estaba en la mesa y lo prendí, desbloqueé y abrí WhatsApp, me metí a su chat y comencé a escribir el mensaje.

AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora