—¡Hola chicos!—exclamó Daniela subiendo las gradas con algo en la mano—En unos días es mi cumpleaños y quería invitarlos a mi fiesta—sonrió mientras nos daba una invitación a cada uno.
—Gracias por invitarlos—habló Axel.
—De nada, espero puedan ir—finalizó antes de irse de ahí.
—Algo me dice que para ese día Daniela y Yael serán novios...—miré a Axel con una sonrisa.
—¿Tú crees?—asentí con la cabeza—¿Irás a la fiesta?
—No sé.—lo miré dejando de sonreír—Sabes que no me gustan la fiestas.
—Por favor—tomó mi mano. Miles de emociones revolucionaron en mí ante eso. Sentí algo inexplicable en el estómago. Quizás era porque ayer me había comido tres platos de frituras con salsas y hasta ahora me estaba haciendo efecto...
Las mariposas en el estómago no existían, eso era cursi y ridículo.
Comenzó a darme calor de los nervios, sentía mi mano sudar pero no quería quitarla, porque se sentía bien que él me tomara. Su dedo pulgar acariciaba mi mano, lo que me relajaba, pero a la vez me ponía más nerviosa.
—Vamos juntos...—me miró. Sus ojos me veían de una forma inexplicable, y en este poco tiempo, cada que sus ojos me veían, comenzaban a gustarme un poco y cada vez más y más. Pero no sabía lo que sentía por él. No sabía si me gustaba.
—Lo pensaré—le respondí.
La única razón por la que no iba a fiestas era porque desde hacía ya un tiempo una nueva inseguridad en mí. El miedo de ser la burla de los demás. De el irme de un lugar y que empezaran a hablar de mí, aunque por otro lado, cuando pensaba bien las cosas, ¿quién hablaría de mí cuando nunca he sido importante para las personas, cuando no le importaba a nadie, cuando siempre pasaba desapercibida?
—De acuerdo.—quitó su mano encima de la mía y agarró una fritura—¿Sabes? Deberíamos planear todos una salida el fin de semana. Sólo vamos a la cafetería de en frente y ya. Podríamos ir al cine, al parque de diversiones, a un parque, o a cualquier parte lejos del colegio.
—Sí, deberíamos de ir todos juntos a algún lugar. Podría ser saliendo del colegio para irnos todos juntos. Aquí cerca está el boliche, de hecho.
—Podría ser el último día de clases. El primero de diciembre.
—Con que no sea viernes está bien—le sonreí mientras agarraba un fritura.
—¿Tú... tú saldrías conmigo?—mi sonrisa desapareció y lo miré a los ojos nerviosa—Como amigos—agregó.
—Ehh...—pronuncié. No sabía que decirle, quería decirle que sí, pero me daba vergüenza. Aunque tampoco quería decirle que no—¡Ay, no sé!—murmuré—Pues, si es como amigos supongo que sí.
Y si era como algo más también...
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—Mamá, un amigo de la escuela dijo que el último clases deberíamos ir a algún lugar, como al boliche. Irían Leonora, Yael y cuatro amigos más, sin contarnos a él y a mí.
—Es buena idea—me respondió mientras terminaba la comida—¿Y cómo se llama?
—Axel. Iba en la secundaria conmigo, pero nunca hablamos. También una amiga de ese grupito estaba en la secundaria, pero tampoco hablábamos. Se llama Daniela.
—De acuerdo, entonces pónganse de acuerdo y me dices cuando van a ir.
—¿A dónde?—se metió mi abuelo llegando a la cocina.
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Alone
RomanceElla siente que su vida mal en peor, sintiéndose como un foco que está en el punto del parpadeo, apunto de fundirse y no volver a encender. Mientras que él, alguien curioso y con ganas de descubrir quien era ella y cómo era, se acerca hasta que los...