49. still the one

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XLIX. todavía siendo el uno

kiara's pov

—no te la puedo creer.- murmuré frustrada después de colgar el teléfono. salté de la cama y me tropecé con cualquier zapato que encontré. le di un besito a ron y casi me olvido de cerrar la puerta del departamento.

¿quién me mandó a tener un novio tan testarudo? en estos momentos, no me servía. era otoño casi invierno, estaba haciendo un frío del culo en la ciudad. estaba viendo el último capítulo de mi serie favorita aka greys anatomy y una llamada me saca corriendo de la cama.

suspiro, un poco preocupada, hasta que un bocinazo me saca de mis pensamientos. camino rápidamente hasta el auto de mi mejor amigo. —llegaste demasiado rápido y adivino que no manejaste de forma prudente.

el pelinegro, que ya tenía el pelo muy largo y lo tapaba con una gorra; me guiñó un ojo. —vos sabes, ma.- y pisó el acelerador causando que mi espalda se pegase al asiento.

les explico un poco sobre la situación. tuve que llamar a rodri porque no tenía el auto, y tenía que ir a buscar a iván. de un lugar un poco, bueno, nunca pisé una COMISARÍA. le había dicho miles de veces desde que conseguí que me trajeran el auto desde nueva york; no. manejes. sin. licencia.

claramente no me hizo caso.

—sabes que yo estuve como año y medio sin licencia, y nunca me pillaron.- menciona rodri y lo miro de reojo.

—yo no manejé sin licencia si no era en un estacionamiento con mi papá a un lado.- murmuré. —es un idiota, se lo dije mil veces. encima seguro no llevó efectivo y no puede pagar la multa.- me quejo.

—¿recién estás conociendo a tu novio, kie?

escucho su risa y a regañadientes me bajo del auto. entramos de forma apresurada y me encuentro con una oficial detrás de un escritorio escribiendo no sé que. —hola, venimos a- me interrumpe.

—por allá atrás.

al final del pasillo nos encontramos a otro oficial, y en las sillas de espera; a un iván esposado al asiento de metal. cuando nos escucha llegar, levanta la mirada. cuando me ve, me evita con la mirada. el uniformado intercambia miradas entre nosotros y habla. —tenés que llenar algunos papeles, morocha. seguime.

lo sigo y hacemos el papeleo y el pago correspondiente. una dura suma pagada después y quejas de mi novio de que las esposas estaban muy apretadas, pudimos salir y solté otro suspiro de alivio al ver mi auto sano y salvo.

nadie había dicho nada hasta que llegamos a la calle. rodri al notar el ambiente tenso dice. —bueno, yo me tengo que ir. chausito.- deja un beso en mi mejilla y casi sale corriendo. unos pocos segundos de silencio se oyen.

—perd-

le pegué en el hombro y se quejó en voz alta. —¡todo esto por un paquete de doritos!- exclamo. me giro a ver a mi novio y me miraba con un puchero. —no me mires así. estoy enojadísima, iván.- y comencé a caminar.

—es domingo, ¿quién mierda hace control un domingo?- lo oigo seguirme.

entramos al auto y enciendo el motor. —me preocupaste, estúpido. ¿qué mierda hago cuándo recibo una llamada de la comisaría? diciéndome que estás detenido encima.

—quería doritos.- murmura en voz baja y se encoge en su asiento.

—¡encima ni los compraste! sos increíble, iván.- niego.

—¿me perdonas? prometo estudiar y sacarme la licencia.- sigue con su puchero, y se me estaba haciendo difícil seguir con la cara seria. —daale, amor.- se inclina y deja un beso en la comisura de mi boca.

—me debes unos masajes.- murmuro y comienzo a manejar.

enciende la radio y conecta su celu. un tema de emilia suena. —eu, por lo menos va a ser una anécdota épica para el stream.

se me escapa una sonrisa. —título del próximo stream, me arrestan hashtag storytime más dieciocho.- digo entre risas. —vas a salir en onlybardos, seguramente.

escucho su risa. —que página de mierda.

me encantaba nuestra relación. como no podíamos enojarnos uno con el otro por más de una hora porque lo resolvíamos juntos. estaba una y mil veces agradecida de haberlo conocido y que aparezca en mi vida.

¿sinceramente? ni en pedo pensé que íbamos a terminar juntos esa vez que hablamos por discord y jugamos pvp en minecraft casi tres horas. tampoco cuando me pidió el número, ni cuando me llamó por primera vez. cuando lo vi en el aeropuerto, o cuando me tuve que ir. pasó todo volando y estaba enamorada hasta las patas.

a pesar de la distancia, de las breves peleas y las dificultades. seguía siendo él. no habrá otra persona que me haga sentir como él. me giré a verlo por unos pocos segundos con una sonrisa. —te amo, iván.

me asusté al verlo girar la cabeza tan rápido. —¿qué..? repetí lo que dijiste.- sonó desesperado.

me reí y paré en un semáforo rojo.

—espera, ¿escuché bien? ¿estoy soñando, sigo en la comisaría?- preguntó y me reí más fuerte. me miró con una sonrisa iluminada, acunó mi cara en sus manos y me besó. —te amo, un montón kie, para toda la vida.

el corazón me latía como loco. estuve sintiendo ese sentimiento hace mucho y la lengua me picaba porque quería decírselo. lo amaba, siempre iba a ser así. —mira lo lejos que llegamos.- dije haciendo mimos en la parte trasera de su cabeza, jugando con sus rulos.

me incliné para dejar otro beso pero un bocinazo nos interrumpió. acelere y nos reímos de ello.

still the one !¡ spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora