El amor tiene dos caras, una de ellas tiene reflejos amargos y tormentos angustiantes o puedes rozar su lado dulce y emocional.
Pero en ocasiones puedes tener ambos, originando un amor agridulce con brotes despiadados y pasionales.
T/N estudiante tr...
Agh que problemático, quería irme directo a mi casa y dormir el resto del día...- Susurraba en un tono apenas audible mientras caminaba por los pasillos de la academia con un poco de ansiedad en cada paso que daba, ya que mientras salía del aula escucho a un grupo de chicas hablar sobre lo rápido que se agotan los lugares en los clubs, por lo que no lo pensó dos veces para dirigirse al lugar donde Deku le indico que se encontraba el club - Ahora debo ir al club a matricularme antes de quedarme sin uno... dios... de tan solo pensar que tendré que buscar otro y socializar me da ansiedad... - Miraba el pedazo de papel donde estaba el mapa dibujado y luego a su alrededor para ubicarse, encontrando de forma mas rápida el edificio al que debía ir, al parecer aquella estructura estaba destinada exclusivamente para todos los Clubs de la academia, ya que en su camino al ingresar se topo con varios letreros y anuncios que se lo indicaban.
Suspiro con pesadez al ver al nivel que debía subir, Deku indico que era el penúltimo piso pero al parecer omitió la cantidad de pisos con los que contaba dicho edificio. No le quedaba otra mas que seguir, comenzando a subir las escaleras, pasando por el primer piso, luego el segundo, el tercero y al llegar al cuarto se detuvo por un momento para poder recuperar un poco el aliento mientras murmuraba un poco agitada - Maldita condición física...espero valga la pena, al menos tiene un nombre bastante lindo... - Continua subiendo hasta por fin encontrarse en el sexto piso, encaminándose al aula 25 y al llegar la joven peliplata detenía su andar parándose justo en la entrada del aula del club, dudosa de abrir la puerta - Bueno, aquí vamos...- Tomaba la perilla de la entrada y la giraba delicadamente para abrir la puerta mientras musitaba son sutileza - Con permiso...
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- Al abrir la puerta, lo primero con lo que se encontraba era la atrevida escena de una pareja de chicos sobre un sofá, disculpándose rápidamente en un tono de incredulidad - Lo siento...me equivoque de aula - Cerrando de tajo la puerta, intentando comprender lo que acababa de ver -
Y antes de que pudiese reaccionar, la puerta se abría nuevamente dejando ver en la entrada a un joven de cabellos rojizos con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
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