El amor tiene dos caras, una de ellas tiene reflejos amargos y tormentos angustiantes o puedes rozar su lado dulce y emocional.
Pero en ocasiones puedes tener ambos, originando un amor agridulce con brotes despiadados y pasionales.
T/N estudiante tr...
Su corazón se agitaba con cada paso acelerado que daba, exhalando e inhalando grandes bocanadas de aire al ir aumentando el ritmo de sus pasos. Sus pisada resonaban con fuerza en el silencio profundo del lugar, llenando sus oídos con el eco de sus pensamientos. Era como si una tormenta emocional hubiera pasado por su interior y arrasado con todo su ser, dejando a su paso una mezcla de múltiples sentimientos con todo lo que acababa de experimentar.
Como carajos se le había ocurrido decirle algo tan vergonzosa e intimo a Toya "Seguiré siendo tu sol" sin duda ridículo, pero fueron palabras que se le habían escapado sin pensarlo. Intentaba dejar de pensar en ello pero aquellas palabras eran tan inquisitivas que permanecieron por un buen rato en su cabeza, no lo había captado a la primera por lo que mientras volvía analizar todo, avanzaba por las escaleras para dirigirse al piso donde se encontraba su dormitorio y mientras descendía por fin lo había comprendió. Un grito de vergüenza se lograba escuchar a través de las paredes, trastabillando al darse cuenta de que Toya se le había declarado entre líneas y ella de la manera mas ingenua le dio luz verde al decirle que seguirá siendo su sol, sin duda aquellas palabras se volverían su tormento y en su contra algún día.
Al llegar a su piso, recargo su cuerpo sobre el barandal del balcón, intentando utilizarlo como sostén, luchando por recuperar su estabilidad emocional mientras miraba atenta el hermoso atardecer que se estaba haciendo presente en aquel día caluroso de verano.
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Ya tenía suficiente con el malentendido de Bakugou como para ahora añadirle la declaración de Toya, sin duda habían sido días muy intensos, volviendo a su mente como flashback la escena de la discusión de ellos dos, había pasado pocos días pero la distancia entre ambos se sentía abismal.
¿Cómo podía arreglar las cosas? ¿Debería dejarlas así y seguir adelante? Meditaba detenidamente pero claro no podía huir, después de todo la platica que tuvo con Toya le había animado un poco en al menos intentarlo. Pero rápidamente la invadió un sentimiento de pesar, era necesario volver a buscarlo...¿? Lo había hecho tantas veces que por mas ánimos que tuviera, no eran los suficientes para volver a intentarlo y soltando un gran suspiro melancólico, miró su teléfono deseando por enésima vez, ver algún mensaje de él que por supuesto jamás llegaría debido a lo orgulloso que era, pensando ingenuamente si ¿Acaso también él estaba esperando uno de ella? y mientras permanecía esperanzada. Lentamente el sol se ocultaba, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados que contrastaban con el negro de su ánimo.
Aquellos altibajos la dejaban emocionalmente exhausta y antes de aceptar el hecho de que ya era hora de superarlo y resignarse escuchó unos pasos detrás de ella. Virando alarmada su faz, percatándose de que a sus espaldas se encontraba Bakugou, con una expresión que reflejaba tanto abatimiento como determinación. Su corazón dio un vuelco, pero se mantuvo firme, esperando a escuchar o ver como este reaccionaría al verla. Después de todo, se la había pasado escapando de ella en los últimos días por lo que no quería ilusionarse - Bakugo...
